Buenos Aires, 19 May. 06 (AICA).- El director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina, padre Alberto Bochatey OSA, advirtió hoy que “toda vida humana debe ser respetada”, al ser consultado por AICA sobre el proyecto oficial para reformar el Código Penal, cambios que podrían llevar a despenalizar esa práctica de modo indirecto.
“El aborto es siempre un crimen, por lo que hay que buscar soluciones para las mujeres que desean abortar, para no matar al hijo/a, que es persona, en el vientre materno”, aseguró.
El sacerdote consideró que “nunca es bueno que un país despenalice un delito, como es el caso del aborto” y dijo confiar en las expresiones públicas del ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien aclaró hoy que el gobierno no impulsa un debate en este sentido ni su posible legalización.
«El gobierno ya tiene posición tomada y no considera el tema del aborto. Es un tema terminado. No está en la naturaleza del gobierno impulsar el debate porque no se admite la discusión», dijo el funcionario en declaraciones radiales.
El religioso dijo que esperaba que la Iglesia sea tenida en cuenta sobre la posible reforma al Código Penal, porque “todos los grupos sociales merecen ser consultados ante un cambio en el modo de vida y cultural de un pueblo”.
No obstante, el padre Bochatey expresó preocupación ante la posibilidad de que la despenalización del aborto “venga por la vía de la Corte Suprema de Justicia, como está sucediendo en otros países latinoamericanos”.
Tras citar el reciente caso de Colombia, el sacerdote señaló que de esa forma se “libera tanto al Poder Ejecutivo como al Legislativo de un tema urticante”.
Ante la posibilidad de que esto también ocurra, el padre Bochatey, sin mencionar a la doctora Carmen Argibay, estimó necesario que
los integrantes del máximo tribunal que hayan hecho pública su posición a favor del aborto “deben excusarse».
“Muerte digna”
El padre Bochatey reflexionó sobre la decisión de la jueza de Familia de Neuquén, Isabel Kohon, que dispuso que un niño de 11 años afectado por una enfermedad crónica y terminal, pueda tener una “muerte digna” y no sea sometido a “tratamientos invasivos” de terapia intensiva.
“Esto demuestra una vez más la crisis del ejercicio de la medicina. Hoy los médicos recurren a la justicia por temor a los juicios por mala praxis, para estar respaldados frente a decisiones que deberían tomar libremente con los fundamentos de la ciencia que los respaldan”, explicó.
El director del Instituto de Bioética afirmó que la crisis también se evidencia cuando el médico recurre a la justicia para “excusarse de actuar como debería o para encontrar respaldo legal frente a una práctica que desea realizar, pero que no está autorizada”.
Bochatey había estado en Rafaela para dar una charla sobre el tema de bioética.
