Por Emilio Grande (h.).- Lo que parecía casi imposible para la oposición, a excepción de algunos triunfos legislativos como Rodolfo Enrico en 2001 durante la gestión de Ricardo Peirone, en 2013 con la lista liderada por Natalia Enrico y en 2017 al meter cuatro concejales con la lista encabezada por Leonardo Viotti (en el contexto de la marea macrista a nivel nacional), finalmente llegó lo que nunca quisieron escuchar en el oficialismo: dejar la hegemonía del poder municipal durante treinta y dos años ininterrumpidos.
Se trata del mismo signo político a través del primer mandato de Omar Perotti (1991-1995), dos de Ricardo Peirone (1995-2003), otros dos de Perotti (2003-2011) y tres de Luis Castellano (2011-2023), lo que ha producido un desgaste lógico y natural en el poder. La historia muestra que nada es eterno y en algún momento la alternancia iba a llegar a la Perla del Oeste, como ocurrió en la provincia de Santa Fe y en el gobierno nacional, a partir de 1983. Es sano para la vida democrática como ocurre en cualquier institución (gremio, vecinal, club, ONG, entre otros).
A decir verdad, los «mariscales de la derrota» fueron el intendente y el gobernador, quienes no percibieron que en algún momento se olfateaba el cambio político, en este caso encarnado por un joven dirigente radical, quien se venía posicionando de menos a más en las elecciones de 2017, 2019 (ganó las Paso y perdió la general) y 2021. Frente a una situación similar, el intendente de Sunchales, Gonzalo Toselli con tres mandatos no se presentó a elecciones porque su imagen estaba muy desgastada.
Ambos pecaron de soberbia al creer que este espacio político era interminable en el poder y no quisieron o no pudieron generar dirigentes que emergieran como nuevos candidatos de recambio. También cayó en la misma cuenta el ministro de Gestión Pública provincial Marcos Corach, expresando que «Rafaela no puede terminar en manos de improvisados», mientras que la gestión provincial de «paz y orden» fue una improvisación manifiesta de cuatro ministros de Seguridad con el aumento del narcotráfico y la inseguridad en el territorio provincial, sumado a los cuestionamientos en la salud pública (por falta de recursos humanos y materiales) y en educación (falta de inversión tecnológica en la pandemia), recibiendo una paliza electoral en la categorías de gobernador y diputados.
Las claves de la derrota
Desde la derrota de las Paso del 16 de julio, que anticipaba la futura catástrofe, hasta el domingo 10 de septiembre, Castellano, Perotti y los candidatos a concejales Juan Senn y Paz Caruso estuvieron en un sinnúmero de actos, inauguraciones, actividades culturales, presentación de propuestas de campaña, pero que en definitiva no lograron el objetivo final de revertir la derrota de hace dos meses; sí crecieron en cantidad de votos (de 16.858 a 23.257) y achicaron la diferencia (de 5.375 a 4.509).
En no pocos casos se violó la ley electoral que prohíbe durante quince días previos a la fecha fijada para los comicios la realización de actos inaugurales de obras públicas, el lanzamiento o promoción de planes, proyectos o programas de alcance colectivo, la realización de todo acto de gobierno que pueda promover la captación directa del sufragio a favor de cualquiera de los candidatos a cargos públicos electivos nacionales. El ejemplo más grotesco fueron las visitas organizadas al nuevo hospital previstas para la semana última, pero ante las denuncias de la oposición el Tribunal Electoral intimó al municipio para que las suspenda.
Al mismo tiempo, otra de las claves de la derrota fueron las denuncias efectuadas por dirigentes del SEOM y delegados en el mes de febrero de este año sobre abusos de poder y maltrato en diferentes áreas municipales (el 17 de agosto se aprobó el nuevo protocolo sobre situaciones de violencia laboral en el cuerpo legislativo), en el que también expusieron el atraso de la renovación del parque vehicular para los distintos servicios (camiones de recolección de la basura, riego y limpieza, y minibuses). Si en una empresa, entidad o familia se sublevan sus integrantes, queda en evidencia la mala gestión de sus responsables.
Además, está el grave problema del caótico tránsito que creció de manera exponencial, la emergencia en seguridad vial no dio los resultados esperados, sumado al deficiente servicio del transporte público de minibuses (funcionarios del área prometieron en 2022 un nuevo diseño), pregunta formulada por este cronista (en representación del Círculo de la Prensa de Rafaela) durante el encuentro de candidatos del martes 5 de septiembre, en el SUM del CCIRR.
No hay que olvidarse los hechos delictivos en el Cementerio Municipal con testimonios desgarradores de sus familiares; el crematorio construido sin habilitación municipal sobre la ruta 70, que luego fue clausurado por el juez municipal de Faltas Rubén Pavetti y sigue en la actualidad; el pedido de informes del concejal Miguel Destéfanis sobre cinco vehículos nuevos presentados a fines de marzo de este año en la plaza 25 de Mayo, donde claramente dos eran usados (noviembre de 2021 y mayo del 2022).
Desafíos de la oposición
En la vereda de enfrente, el triunfo histórico de Leandro Viotti frente al aparato político del oficialismo es por demás destacable porque tuvo que enfrentar a la gestión municipal en la que parecía que nunca se iba a desbarrancar. El 3 de julio último el concejal Lisandro Mársico (ladero clave en el triunfo opositor) había presentado un proyecto en el cuerpo legislativo para conformar una mesa de transición por cambio de mandato, una idea que parecía disparatada en ese momento, pero que intuyó el cambio que se concretó el domingo electoral. Seguramente, en las próximas semanas se avanzará con este proyecto, como lo adelantó el edil del PDP a este diario en la noche triunfante.
En toda la campaña, el flamante Intendente nunca habló sobre quienes integrarían su futuro Gabinete en caso de ganar las elecciones. En los tres meses que quedan hasta el 10 de diciembre se irán develando las piezas claves en cada una de las Secretarías, posiblemente Bottero integre la de Gobierno. Lo que sí adelantó es que eliminará la Jefatura de Gabinete, que representa un gasto de 15 millones de pesos.
Entre los desafíos de la futura gestión están la inseguridad en casi todos los barrios, que seguramente tendrá la apoyatura del nuevo gobierno provincial conducido por Maximiliano Pullaro y la reciente experiencia recogida por Viotti en el gobierno de la CABA.
Además, encauzar en forma urgente el caótico tránsito con más controles, prevención, construcción de nuevas ciclovías y mejorar el transporte público de los minibuses (con frecuencias más cortas y directas de los barrios al centro); viviendas (es un tema clave porque hay 8.500 rafaelinos que buscan su techo propio, según el registro del IMV); potenciar nuevas ofertas de trabajo, especialmente en los jóvenes con las nuevas tecnologías y disminuir la carga impositiva municipal para los privados; obras inconclusas como el camino Nº 6 (se cayó dos veces la licitación) y los terrenos en el noroeste de la ciudad frente a la variante de la ruta 34 que necesitan obras hidráulicas, entre otros.
Finalmente, en esta oportunidad el electorado rafaelino se inclinó por el cambio. Parafraseando a la politóloga alemana Elizabeth Noelle Neumann (1916-2010) con su investigación «La espiral del silencio» (1980), en muchas ocasiones la gente prefiere callarse en vez de expresarse y adhiere a la opinión pública dominante, hasta que por ciertas circunstancias hay un momento de crisis y de incertidumbre en el territorio social, que puede desencadenar en un inesperado cambio político.