El 4 de agosto, 46° aniversario del martirio del beato Enrique Angelelli, el obispo de La Rioja, monseñor Dante Gustavo Braida, presidió en la catedral y santuario de San Nicolás de Bari, una misa en la que invitó a rezar “especialmente por nuestra Patria en esta hora difícil que atravesamos, por nuestros gobernantes y por todos sus habitantes, de modo particular por quienes más padecen esta crisis”.
“También recemos por la Iglesia para que, siguiendo a Jesucristo y con el testimonio vivo de nuestros mártires, sea una presencia clara, comprometida y profética en la búsqueda del bien común en el servicio del Pueblo”, expresó en el inicio de su homilía.
El prelado riojano consideró que hoy se necesitan “fortalecer alianzas y priorizar acuerdos que nos ayuden a aunar esfuerzos para enfrentar esta nueva y reiterativa crisis que atravesamos como país y que golpea también a nuestra provincia”.
“Cada ciudadano y cada institución que busca el bien y el desarrollo del pueblo es necesario que se vincule estrechamente con otros, que escuche a los demás para percibir sus inquietudes y necesidades y expresar las propias. No crecemos cuando nos aislamos, cuando nos cortamos solos, cuando somos atrapados por la indiferencia, o cuando vemos al otro como un enemigo y solo buscamos vencerlo”.
El obispo aseguró que “sí crecemos cuando promovemos el diálogo y el encuentro con los demás, cuando nos involucramos y asumimos los problemas reales que nos aquejan” y completó: “Cuando permitimos que nuestro corazón sintonice con el del otro y apostamos a la comprensión mutua, al buscar juntos soluciones a los problemas, cuando podemos determinar un horizonte común, donde contribuyamos al desarrollo integral del pueblo y privilegiemos el bien de los más pobres y postergados de la sociedad”.
Asimismo, consideró que la marcha previa a la celebración eucarística desde el barrio San Vicente, donde monseñor Angelelli celebró la Misa de Navidad en 1971, “es un signo de ese caminar juntos que tenemos que propiciar, compartiendo gestos, oraciones, reflexiones y trabajos en común”.
Monseñor Braida recordó que “siguiendo el Evangelio y el testimonio martirial de Enrique y sus compañeros nos toca a nosotros hoy cultivar esa alianza profunda con Dios y con los demás para que, como ellos, asumamos los dolores y sufrimientos de nuestros hermanos descubriendo en ellos el rostro vivo de Cristo”.
“Con este mismo espíritu tenemos que involucrarnos en la construcción de una sociedad más justa, que brinde posibilidades de vida digna a todos sus miembros. Con ese mismo espíritu no podemos huir hoy del desconcierto en que vivimos por la situación económica y social de nuestro país, sino más bien es necesario abrazar esta realidad y hacernos cargo juntos”.
“A la vez necesitamos fortalecer las instituciones estatales e intermedias de la sociedad para buscar caminos de salida con la mayor participación posible, fortaleciendo la democracia y los canales democráticos de nuestra sociedad, alentando así a que todos hagamos el aporte que nos corresponde renunciando a toda ambición egoísta ya sea personal o sectorial”.
Monseñor Braida propuso iniciar este 4 de agosto un año de preparación para celebrar el centenario del nacimiento de monseñor Angelelli el 17 de julio de 2023, dando gracias de modo especial por “el don de su vida, por los padres que lo engendraron y su familia” y por los que “lo educaron y transmitieron la fe, y por todas las personas y comunidades que contribuyeron a su crecimiento como persona, como cristiano y como pastor”.
“También nos aproximamos a los 50 años del martirio de nuestros beatos en el 2026. Por eso, el próximo año, luego de celebrar el centenario del natalicio de monseñor Angelelli, viviremos un trienio para prepararnos a celebrar los cincuenta años de la entrega de los cuatro mártires”.
“Que todo este caminar nos ayude a seguir creciendo con alegría y mucha esperanza”, concluyó.+
» Texto completo de la homilía
Fuente: https://aica.org/