Por Emilio Grande (h.).- «Frente a la crisis que afronta la Iglesia universal que es grave y están las razones que llevaron a la renuncia de Benedicto XVI están también los motivos del cardenal Bergoglio como papa. Los cardenales que asistieron al cónclave y los que estuvieron también en el consistorio evaluaron que la Iglesia europea ya no tiene más respuesta porque se empobrece en niveles de participación y en dinamismo. Saltar a alguien de la Iglesia de latinoamérica es recurrir a un representante de la parte que tiene la mayor cantidad de católicos y con mayor dinamismo. Tenemos muchas conexiones culturales e históricas con Europa y con el centro de la Iglesia mundial. La Iglesia necesita hoy alguien que tenga claridad sobre cuestiones éticas porque está atravesada por muchos procesos de corrupción por algunas incoherencias muy fuertes respecto de sus enseñanzas y prácticas que aparecen en revelaciones de los Vatileaks y en los dolorosos casos de pedofilia. Bergoglio ha mostrado en su propia práctica una administración muy ordenada, una coherencia ética muy fuerte y le están pidiendo que tome decisiones, pare con la corrupción y una vida que sea auténticamente coherente con lo que dice».
Así se expresa Washington Uranga durante una entrevista realizada por este cronista en el seminario de Comunicación Estratégica II -del que es responsable- de la maestría de Comunicación Estratégica en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR. Es periodista del diario Página 12, docente de grado y posgrado en las universidades de Buenos Aires, La Plata, Quilmes, Rosario, entre otras. Fue jefe de Gabinete del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires (2008/09) y director de Educación Social Popular del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (2006/07).
-¿Esta elección de Bergoglio como papa contribuirá a que haya más diálogo en Argentina?
-Puede ser que algunos tomen las prédicas o cuestiones que Bergoglio está planteando como objetivo. No creo que el Papa se meta en la política de Argentina, tiene que mirar su misión en otro lugar, ojalá que las dirigencias en Argentina y en otros lugares le presten atención a algunas de las cosas muy importantes que está diciendo en los primeros días de su pontificado.
-El colega Horacio Verbitsky de Página 12 fue uno de los más críticos del pasado de Bergoglio sobre una supuesta vinculación con la dictadura, ¿qué elementos tiene para decir que entregó a los curas Yorio y Jalics?
-No puedo hablar por él, no soy vocero ni crítico de Verbitsky. Yo tengo el testimonio de Orlando Yorio porque fui amigo y compañero en muchas cosas, siempre me dijo que se sintió desamparado de su superior que en ese momento era Bergoglio, no les dio el respaldo y la protección que ellos necesitaban, eso es muy distinto a decir que Bergoglio fue cómplice de la dictadura. La Iglesia Católica Argentina así como tuvo muchos cómplices de la dictadura también tuvo héroes, yo hubiese esperado de una persona una conducta más valiente pero eso no lo criminaliza.
-Fuiste funcionario nacional con Alicia Kirchner y provincial con Daniel Scioli, ¿cuáles son los secretos de perpetuarse el kirchnerismo en el poder durante 10 años?
-Creo que el secreto más importante son las urnas, que la gente sigue votando y determinadas satisfacciones tiene que haber en la población para que eso se refleje en las elecciones. Lo que hay es un modelo político diferente que se ha instalado en el continente en los últimos años y también en la Argentina. Y la ciudadanía lo sigue considerando exitoso, en cada elección tendrá que refrendarlo, veremos qué pasa en octubre.
-En el medio hay hechos de corrupción en este Gobierno y clientelismo político, ¿cómo trabajar contra estos dos problemas?
-Es una realidad que atraviesa la política argentina no ahora sino desde hace muchos años, ensombrece cualquier gestión y hay que denunciar los hechos de corrupción porque es un problema grave. El clientelismo es contrario a la política, pero ha habido procesos de crecimiento de la conciencia política de los argentinos que no eliminan el clientelismo pero lo reducen, teniendo que trabajar no solamente el Gobierno sino toda la ciudadanía y los partidos políticos.
-Hace tres años se votó la nueva ley de medios, ¿qué cosas rescatás de positivo y cuáles serían los puntos a modificar?
-Es una excelente ley en el proceso de construcción democrática pero ha tenido unos serios problemas de implementación. Tratemos de poner la ley en sus verdaderos términos: necesitamos una política integral de comunicación, la ley es una pata. Hay dos tipos de dificultades: el Gobierno no se ha animado a aplicar la ley en su totalidad, hay un problema grave con la radio y televisión pública porque son gubernamentales y no pública frente a la gran corporación de Clarín que no acata la ley.
-Al margen de Clarín, ¿el Gobierno propicia otros grupos empresarios amigos del poder?
-Efectivamente, el Gobierno hace su juego pero esto es normal, a mí no me preocuparía esto si hay diversidad de miradas. Todo lo que propicia el Gobierno es menor al lado de lo que tiene Clarín en términos de impacto, presencia y poder económico.
-¿De qué manera se planifica estratégicamente en términos de prospectiva en los gobiernos nacional y provinciales, organizaciones, empresas?
-Hay que trabajar intentando un cambio cultural, hay que salir del corto plazo y mirar el mediano y largo plazos, hay que construir colectivamente imágenes del futuro hacia las que queramos avanzar; esto se traduce en pasar de políticas de gobierno cortoplacistas atadas a los períodos de gestión a políticas de Estado que miren por encima de las gestiones particulares y de los intereses partidarios y sectoriales.
«Bergoglio mostró administración muy ordenada y coherencia ética»
Expresa Washington Uranga, periodista del diario Página 12, docente de grado y posgrado en varias universidades, en una entrevista en Rosario. Fue funcionario nacional y provincial. Opina sobre la corrupción política, el clientelismo, la nueva ley de medios y planificación estratégica.Por Emilio Grande (h.)