NAIROBI, miércoles, 14 marzo 2007 (ZENIT.org).- El padre Martin Addai, un sacerdote ghanés de los Misioneros de África, fue asesinado el sábado en Nairobi (Kenia).
El crimen, cuya noticia se ha confirmado recientemente, se perpetró en Mombasa Road, en el área Sur B de la capital keniana.
El sacerdote de los Padres Blancos (como también se conoce su congregación), de 46 años, fue tiroteado por unos criminales que se llevaron su automóvil. En el momento de su asesinato, el padre Addai se dirigía al seminario de Teología –del que era rector- de su congregación.
El órgano informativo «Fides» de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos se hace eco de los interrogantes de los Padres Blancos: el asesinato del padre Addai «se parece más a una ejecución que a un homicidio para robar el coche o cualquier otra cosa», escriben en la web de su revista «África».
«¿Querían los asesinos acabar con el sacerdote o fue un error de persona? ¿Se trata de una venganza local? Por el momento no se sabe», añaden.
Un comunicado del superior general de los Misioneros de África –el padre Gérard Chabanon- enviado a «Fides» relata que el padre Addai «se dirigía a visitar a algunos amigos cuando, cerca del seminario, algunos bandidos le pararon y le dispararon».
«Parece que murió enseguida. Su cuerpo fue arrojado al borde de la carretera y sus agresores huyeron con el coche, que fue hallado la tarde del domingo», añade.
Se cuestionan los Padres Blancos en la citada web: «Del coche no había desaparecido nada: teléfono móvil, pasaporte, dinero, documentos, ¡estaba todo!. En la puerta, algunas huellas de sangre. Probablemente el padre Martin se apoyó antes de caer a la carretera herido de muerte. Le dejaron en la vía y se marcharon. Parece que alguien llamó a la policía, que retiró el cuerpo, pero en la zona no se oye nada de particular. La gente interrogada por la policía no vio nada, y eran las dos de la tarde de un sábado…».
Sus hermanos de comunidad y los estudiantes del seminario no se preocuparon por el hecho de que no regresara el sábado, pues sabían que se había acercado a una fiesta de la comunidad local ghanesa. Fue en la tarde del domingo cuando empezaron las indagaciones.
Originario de Kumasi (Ghana), donde había nacido el 12 de noviembre de 1960, Martin Addai ingresó en el noviciado de Kasama (Zambia) en 1984. Pronunció sus votos como Misionero de África en Totteridge (Londres) a los cinco años.
Fue ordenado sacerdote en 1990; y desarrolló su labor en Mozambique, en la diócesis de Chimoio.
De 1993 a 1996 prosiguió sus estudios en Roma, para licenciarse en Teología Moral, y posteriormente siguió un año de espiritualidad en Canadá.
A su regreso a Mozambique, enseñó en el seminario mayor de Maputo, antes de ser nombrado rector del Filosofado de Ejisu, en Ghana, hasta 2004. Ese año, elegido miembro del Capítulo General, fue enviado a Nairobi como rector del seminario de Teología de los Padres Blancos.
Igualmente era profesor de Ética Médica en el Tangaza College, parte de la Catholic University of Eastern Africa.
Los robos con armas de fuego en carretera son un azote cada vez más preocupante en Kenia, denuncia «Fides»; los obispos locales han reclamado al gobierno varias veces que actúe para asegurar la protección de la población. Se calcula que en el país circulan al menos cien mil armas de fuego de posesión ilegal.