CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 29 marzo 2006 (ZENIT.org).- Ante la escasez de sacerdotes y consagrados que experimenta la Iglesia, Benedicto XVI ha tomado papel y pluma para pedir más oración a todos los católicos.
«La misión del sacerdote en la Iglesia es insustituible. Por tanto, a pesar de que en algunas regiones se da una disminución del clero, no hay que perder nunca la certeza de que Cristo seguirá suscitando hombres que, como los apóstoles, dejando a un lado toda ocupación, se dediquen totalmente a la celebración de los sagrados misterios, a la predicación del Evangelio, y al ministerio pastoral», afirma.
Son líneas del mensaje que ha escrito con motivo de la XLIII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebrará el 7 de mayo y que fue publicado este jueves por la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Al profundizar en el tema de la jornada, «La vocación en el misterio de la Iglesia», el Papa analiza también la llamada a la vida consagrada, es decir, la vocación de hombres y mujeres que se «consagran al seguimiento total y exclusivo de Cristo».
Tras recordar la recomendación de Jesús: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mateo 9, 37), el Papa afirma: «experimentamos vivamente la necesidad de rezar por las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada».
«No sorprende que allí donde se reza con fervor florezcan las vocaciones», constata, pues «la santidad de la Iglesia depende esencialmente de la unión con Cristo y de la apertura al misterio de la gracia que actúa en el corazón de los creyentes».
Por este motivo deja un consejo a los mil millones de católicos del mundo: «cultivar una relación íntima con Cristo, maestro y pastor de su pueblo, imitando a María que custodiaba en su corazón los divinos misterios y los meditaba con asiduidad».
Ante la escasez de sacerdotes, el Papa pide orar por las vocaciones
Con motivo de la Jornada Mundial que se celebrará el 7 de mayo.