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Animales domésticos mimados mientras millones de niños pasan hambre

Cualquier perro puede gozar de hoteles a 170 dólares la noche

LONDRES, sábado, 7 enero 2006 (ZENIT.org).- El gasto en animales domésticos está por las nubes. Los propietarios de mascotas en el Reino Unido gastarán cerca de 85 millones de libras (150 millones de dólares) en regalos de Navidad para sus mascotas, informaba el 19 de noviembre el periódico Scotsman. La cifra viene de una encuesta llevada a cabo por Churchill Insurance. La firma estimaba que cerca de un 70% de los propietarios de mascotas comprarán regalos para sus animales este año.
Y para los propietarios que planeen salir de vacaciones, siempre está la opción de un hotel para mascotas. En Japón se ha abierto recientemente un hotel de cinco estrellas para animales, informaba el 1 de diciembre el periódico británico Guardian.
Localizado en el aeropuerto Narita de Tokio, el Pet Inn Royal tiene 170 habitaciones, así como jaulas para los presupuestos más bajos. Están disponibles servicios veterinarios y de entrenamiento, así como un campo de ejercicio y el personal que cuidará las mascotas 24 horas al día.
La tarifa por una jaula estándar comienza en los 4.000 yenes (34 dólares) por noche, elevándose a los 20.000 yenes (170 dólares) de una suite de lujo – cerca del doble del precio de una habitación de un hotel medio para humanos, observaba el Guardian. Todas las habitaciones tienen aire acondicionado y purificadores. Según el reportaje, Japón tiene cerca de 19 millones de mascotas – más que el número de niño con menos de 15 años – y la industria del cuidado de mascotas está valorada en cerca de los 8.800 millones de dólares al año.
Las mascotas pueden también encontrar hoteles en Estados Unidos. PetSmart ha instalado una cadena de 20 hoteles para mascotas en sus almacenes, según un reportaje del 3 de agosto en Financial Times.
De hecho, Estados Unidos está viviendo un verdadero auge en la industria de las mascotas, informaba el 16 de noviembre el New York Times. El lucrativo sector está atrayendo grandes almacenes como Wal-Mart y Target, además de firmas especializadas más pequeñas como Petco y PetSmart.
Petco tiene cerca de 765 tiendas y 17.000 empleados y en 2005 ha abierto 90 nuevas tiendas, según Kevin Wayland, un portavoz de la compañía. PetSmart tiene más de 750 tiendas y abre 20 tiendas nuevas cada tres meses.
Según el New York Times, la industria de mascotas alcanza actualmente un valor de 37.000 millones de dólares. Las ventas en Estados Unidos de complementos para mascotas, sin incluir alimentos ni servicios, alcanzaron los 8.500 millones de dólares en el 2004, en comparación con los 6.200 millones en complementos para bebés. Las ventas de complementos para mascotas crecen un 7% al año, mientras que las de bebés descienden. Y la American Pet Products Manufacturers Association, un grupo comercial de Connecticut, tiene actualmente cerca de 900 miembros, comparados con los 500 de sólo hace tres años.
El Times observaba que cuando el huracán Katrina forzó la evacuación de Nueva Orleáns, mucha gente rechazó el irse sin sus mascotas. Desde entonces, varios miembros del congreso han propuesto legislación que exija la consideración de las mascotas en los futuros planes de evacuación.

Servicios sanitarios

También se está gastando mucho dinero en el cuidado médico de mascotas. En Australia algunos propietarios tienen ahora la oportunidad de utilizar la primera máquina de resonancia magnética para mascotas del país, informaba el 20 de octubre el periódico de Melbourne, Herald Sun.
Desde la llegada de la máquina en julio hasta la fecha del artículo, más de 60 gastos y perros habían pasado por el aparato, a un coste de más de 1.2000 dólares australianos (908 dólares) cada uno. Uno de los clientes, Steve Kastelic, utilizó las imágenes del scanner para tratar a su perro pastor alemán de un tumor. Kastelic estimaba que terminaría pagando cerca de 12.000 dólares australianos (9.082 dólares), por los escáneres, la cirugía y la quimioterapia.
«Gastamos en nuestras mascotas como si no hubiera un mañana», comentaba Rachel Jonson en el semanal británico Spectator el 8 de octubre, «y nos prodigamos con ellas a un nivel de cuidados y comodidad que los ancianos de nuestras residencias sólo pueden envidiar». De hecho, observaba, hay una equiparación de estatus entre los propietarios y sus mascotas, o, como se llaman cada vez más, sus «compañeros animales».
En algunos casos las mascotas ganan más, puesto que el seguro médico de mascotas cubre casi todo. El seguro médico humano, en comparación, cubre una cada vez más reducida cantidad de dolencias. La cobertura médica animal se extiende incluso al tratamiento de problemas de comportamiento. Y cuando todo ha terminado, hay incluso crematorios y cementerios de mascotas.
Pero incluso con seguro, los propietarios de mascotas hacen frente a fuertes gastos. Los honorarios de veterinarios suben una media del 12% al año, y los costes del seguro están subiendo, informaba el 27 de abril el periódico británico Telegraph. Las primas para perros van de 50 a 500 libras (88 a 881 dólares) al año, dependiendo de la raza y la edad del animal, y del nivel de cobertura.
Los gatos también son costosos. El Telegraph citaba una encuesta de la Royal Society for Prevention of Cruelty to Animals, que mostraba que el coste de poseer un gasto es de cerca de 9.500 libras (16.800 dólares) a lo largo de su vida. Esto incluye todos los costes, no sólo los sanitarios.
Y los gastos van a subir, conforme aparecen tratamientos cada vez más sofisticados. Darrell y Nina Hallett del estado de Washington, por ejemplo, gastaron 45.000 dólares en un transplante de células madre para su golden retriever, informaba el 7 de abril Associated Press. El tratamiento fue por un cáncer. La pareja dedicó meses a buscar parientes sanguíneos del perro, para encontrar donantes.
Para los que no tengan dinero para cuidar a sus mascotas, la ayuda está en camino gracias a los defensores de los animales, que hace poco recibieron una gran donación. El 8 de junio, el Chronicle of Philanthropy informaba de que Dave Duffied, fundador de la compañía de software PeopleSoft, y su esposa, Cheryl, habían donado 93 millones de dólares a una fundación que establecieron el 1999 para promover el bienestar de las mascotas.
Previamente habían donado 200 millones de dólares a la fundación. Los fondos se utilizarán para aumentar las financiaciones de la fundación – Maddie’s Fund – cuya principal tarea es desalentar a los defensores de los animales de llevar a cabo la eutanasia de su gatos y perros sanos. En agosto de 2004, la fundación de Alameda, California, había concedido ya 33 millones de dólares en cinco años.

Niños en necesidad

Muchos niños no están tan bien cuidados. El 14 de diciembre, UNICEF hacía público su informe titulado «El Estado Mundial de la Infancia 2006: Excluidos e Invisibles». En una rueda de prensa en Londres, la Directora Ejecutiva de UNICEF, Ann Veneman, comentaba, «no puede haber un progreso duradero si seguimos descuidando a los niños que están más en necesidad – el más pobre y el más vulnerable, el explotado y el abusado».
El informe explicaba que los niños están desproporcionadamente representados entre los pobres, puesto que los países menos desarrollados tienden a tener las poblaciones más jóvenes. Los niños pobres tienen más probabilidades de carecer de educación y, como resultado, de la oportunidad de generar unos ingresos decentes que podrían permitirles escapar de la pobreza en el futuro.
Según el informe, más de 1.000 millones de niños sufren de uno o más formas de carencias extremas de privación de una nutrición adecuada, agua potable, instalaciones sanitarias decentes, servicios de salud, abrigo, educación e información.
El Catecismo de la Iglesia Católica tiene algunas directrices útiles sobre la cuestión de cuánta atención y recursos debemos dedicar a las mascotas, y a los humanos. En el número 2416 dice que debemos ser amables con los animales puesto que son criaturas de Dios.
Pero el número 2418 advierte que es «indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar más bien la miseria de los hombres». Además, explica el texto, se puede amar a los animales, «pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos».

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