Ando buscando Money

El gobierno nacional destacó que en enero logró reducir significativamente el déficit de las cuentas públicas. Pero ahora el problema se agrava en la microeconomía.

Por Guillermo Briggiler.- Desde que nos convertimos en mayores de edad y algunos casos incluso antes, debemos salir a ganarnos la vida. Es sentencia del Génesis, ganarás el pan con el sudor de tu frente. Sin embargo, durante muchos años, en nuestro país se nos regalaban algunas cosas, servicios públicos subsidiados -luz, gas, agua y transporte-, combustibles con precios diferentes al mundo, planes sociales para individuos que podían trabajar, jubilaciones sin aportes, turismo subsidiado con previajes, fútbol (para todos), recitales y entretenimiento gratis para todos, y una maraña de beneficios sin contrapartida -fondo compensador del trigo para morigerar subas del pan-, que hoy se han cortado por no poder pagarse debido a que el Estado prácticamente está quebrado.
Así es como ahora el valor de todos los productos van convergiendo hacia los precios internacionales que poseen en todo el globo. Situación que desde una mirada macroeconómica es favorable -el gobierno reduce el maldito déficit-, pero por otro lado se nos estalla la microeconomía. ¿Por qué? Porque en el medio tenemos personas que deben hacerse cargo de nuevos precios que antes no tenían que afrontar. Hay transferencia de ingresos que antes se destinaban a determinados consumos y ahora deben cursarse para pagar facturas de luz y gas más onerosas, al combustible para movilizarse o a los alimentos que subieron fuertemente en los últimos meses, producto de los desaguisados en la conducción económica y política de los últimos años (Alberto, Cristina, Sergio). Siendo una de las principales víctimas de esta situación los ingresos de los individuos, jubilaciones, pensiones, salarios, etc.
Lo que ocurre es que los salarios deben ajustarse al valor de las cosas y no al revés como se intentaba hacer en las conducciones económicas anteriores. Antes se buscaba que los bienes y servicios no subieran de valor, para que los ingresos de los individuos no se vieran afectados. Pero como era antinatural, no terminaba funcionando… recuerden los sucesivos fracasos del programa Precios Cuidados y sus variantes.
Hoy los precios de los bienes y servicios argentinos se arbitran con los del mundo, combustibles, alimentos, servicios públicos, van a ir convergiendo a los valores internacionales. Las únicas diferencias que van a verse en los precios tienen que ver con la carga impositivas y las particularidades de cada bien y servicio, como almacenamiento y transporte.
Nadie tiene derecho a ponerle el precio a nadie, solo lo ofrece o lo demanda, y si encuentra contraparte, el precio será justo.
Los salarios, por ahora, son inelásticos a ajustarse a la suba como lo hicieron muchos productos con el cambio de gobierno, en gran parte por las leyes laborales y la industria del juicio. Situación que estaba prevista en el DNU que emitió el actual Presidente, pero la justicia suspendió la vigencia de la parte pertinente. La actual situación hace que no se contrate persona y no aumente la demanda de empleo.
Hay que conseguir que la demanda laboral aumente y con ello, a oferta constante, éste escaseará y ahí se produce la suba del salario. Lo que se hizo hasta ahora es lo contrario, se disminuye la productividad y con ello el salario por individuo. La solución que podemos proponer, de forma alternativa, es la mejora de la productividad de aquellos que poseen empleos. Luego de mejorar la productividad, vendrá el aumento del ahorro y este motoriza la inversión. Hoy el ahorro está fuera del sistema, en el colchón y eso destruye la productividad.
El aumento de la cantidad producida genera una mayor oferta de productos, esta presión sobre la misma demanda de siempre, tenderá a hacer bajar los precios de ese producto o servicio. Por otro lado, con una inversión que haga producir más, el empleo, tenderá a aumentar o en cantidad, que es más cantidad de personas con empleo o en mejores salarios cuando se alcance el pleno empleo.
El camino es a través de fomento de la inversión. ¿Y cómo hacemos eso? Hoy los ahorros de los argentinos se encuentran en el colchón, y no los podemos culpar con la incertidumbre que se vive y las sucesivas estafas sufridas por diferentes gobiernos. Ahora observen esto, si la inflación mundial en dólares es del 5% (valor puesto para ejemplificar), quiere decir que el dinero reservado fuera del sistema, colchón, canuto, caja de seguridad, o como deseen llamarlo, al cabo de 10 años, perdió el 50% de su valor. Entonces, hay que mostrarle esto a los ahorristas para que se decidan a invertir.
Mientras quienes no tengan ahorros deben salir a ofrecer su fuerza laboral, a poner en práctica su inteligencia y recursos, a comerciar y a conseguir aumentar los actuales ingresos para poder hacer frente a la situación de adecuación de precios de bienes y servicios a valores internacionales que no tendrá vuelta atrás.
Este verano, como en la canción de Tayson Kryss, todos cantamos y andamos buscando money: – Ando buscando money, Puesto pa’ lo mío ando enfocado, Un traguito de Gin tonic y con el brillo colorado…

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler

Fuente: https://diariolaopinion.com.ar/

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