Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela FM 90,9 que conduce Emilio Grande (h.).- El reciente encuentro entre Bergoglio y el actual Presidente de la Argentina sigue dando “tela para cortar” en la opinión pública, especialmente a la hora de comparar cuando Cristina Fernández era la jefa del Estado y sus reuniones con Francisco.
A la ex presidenta la recibió en seis oportunidades, de las cuales tres fueron en el Vaticano, siendo la última muy recordada cuando se apareció con integrantes de La Cámpora. Las otras tres veces fueron durante visitas papales en Brasil, Paraguay y Cuba.
A decir verdad, Su Santidad no hace acepciones de personas, recibiendo a las más altas autoridades gubernamentales del mundo, líderes religiosos de diferentes confesiones, pasando por no creyentes y pecadores, hasta el común de la gente, en especial a los enfermos y niños, basta ver las audiencias generales de los miércoles en la plaza San Pedro.
Algunos analistas consideraron una supuesta frialdad en los gestos de Francisco. En cambio, para Macri “el Papa fue extremadamente cordial”, a tal punto que preguntó: “Aquí falta alguien”, cuando vio a Juliana Awada, en alusión a su hija Antonia.
El ex arzobispo de Buenos Aires le pidió a Macri con especial énfasis que no ceda en su lucha contra la corrupción, el narcotráfico, mayor inclusión social y la reconciliación de los argentinos, verdades incontrastables de alguien que conoce al dedillo los problemas de fondo de nuestro país.
Dicen que Jorge Bergoglio es peronista. El colega Morales Solá aclara que tuvo admiración por el viejo Perón setentista y consensual, pero fue crítico del menemismo y más aún del kirchnerismo. No hay que olvidar el maltrato que le dispensaron Néstor y Cristina al ex cardenal, no asistiendo a los tedeums del 25 de Mayo y 9 de Julio, para no escuchar sus filosas críticas.
Otro elemento a reflexionar es el rosario que le regaló el Papa a Milagro Sala, que generó una polémica inusitada entre los duros kirchneristas y los anti. Más allá de las investigaciones y denuncias contra la líder jujeña y del mal proceso judicial porque está presa mientras hay ex funcionarios procesados del anterior Gobierno en libertad, el Papa regala cientos de rosarios con un sentido religioso buscando la conversión de las personas, de hecho a mi familia nos entregó cuatro el 5 de febrero de 2014 cuando estuvimos en el Vaticano. Tampoco son admisibles las declaraciones de Carrió en que no debe entrometerse en la política argentina al empoderar a violentos como Sala y Moreno.
Francisco tiene una mirada misericordiosa, pacificadora y que ve más allá de la temporal coyuntura nacional: si el Presidente argentino hubiera sido otro, le habría pedido lo mismo que a Macri: luchar contra la corrupción, el narcotráfico y la unidad nacional…