Agradecimiento y despedida a los vecinos del barrio La Cañada

Ezequiel Dellasanta emitió un comunicado sobre su renuncia como presidente de la comisión vecinal del barrio La Cañada debido a que fue becado para ir a estudiar una maestría a los Estados Unidos durante dos años.

Quiero comunicarles mi decisión de dejar la presidencia de la comisión vecinal del barrio La Cañada. Como algunos habrán leído, he recibido una beca para realizar un posgrado en Estados Unidos, una oportunidad que me mantendrá fuera del país por más de un año y me impide continuar con mis responsabilidades.

Ha sido un honor liderar este equipo y trabajar junto a cada uno de mis compañeros, quienes dedicaron su valioso tiempo al barrio. Juntos, iniciamos un camino de gestión con proyectos importantes como la plaza, las cloacas y el entubado del Canal Sur. Agradezco sinceramente su confianza y colaboración en este proceso.

Mi más profundo reconocimiento se extiende al intendente Leonardo Viotti y a su equipo, por su constante disposición a colaborar. Un especial agradecimiento a los funcionarios Nicolás Asensio y Juan Saliba, quienes mantuvieron un diálogo permanente con nosotros, y a Cristina Molina, siempre atenta a nuestros reclamos en materia de seguridad. También agradezco a los concejales, a la Oficina de Vecinales -especialmente a Marcia y Eloisa- y a la Federación de Entidades Vecinales con Carlos Álvarez y Rafael Barreiro, quienes fueron guías fundamentales en esta tarea. Por último, quiero agradecer a los presidentes de las demás comisiones vecinales por su desinteresada colaboración.

A mis 30 años asumir este rol fue un desafío personal y un aprendizaje enorme. Siempre he creído que los jóvenes no somos el futuro sino el presente y nuestra participación es clave para construir la ciudad que queremos. Agradezco a todos los vecinos de Rafaela por las felicitaciones que he recibido por esta nueva etapa.

Me gustaría dejar un mensaje final: más allá de las diferencias políticas, unamos esfuerzos para hacer de Rafaela una ciudad más linda, segura y colaborativa. Somos un pueblo grande y en un pueblo todos se conocen y se ayudan. Aspiro a que recuperemos ese espíritu de comunidad que nos hacía sentir orgullosos, donde podíamos, como cuando éramos chicos, dejar las puertas abiertas y jugar en la calle. Unámonos para devolverle a nuestra ciudad ese sentido de comunidad.

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