A raíz de las notas de prensa que critican la falta de acuerdo para que Alberto Iribarne sea el embajador argentino ante el Vaticano, la Corporación de Abogados Católicos recordó que, además de divorciado vuelto a casar, es uno de los firmantes del Decreto que aprobó el Plan Nacional contra la Discriminación. Una síntesis de ese destructivo Plan, en materia de Familia y Vida, puede consultarse pulsando aquí
Agreguemos que Irirbarne, siendo Ministro de Justicia, presidió la Comisión de expertos que redactó el inicuo Anteproyecto de Reforma del Código Penal (Vid Notividas nº 353, 373 y 374).
A continuación el texto completo de la declaración:
Ante los trascendidos periodísticos, acerca de un presunto rechazo del placet por la Santa Sede al nombramiento como embajador del doctor Alberto Iribarne, la Corporación de Abogados Católicos, formula el siguiente comentario:
“Si bien se ignora la existencia de un rechazo y a qué razones obedecería en tal caso, se lo atribuye a la condición de divorciado y vuelto a casar del candidato. Sobre el particular cabe decir que, tratándose de la Argentina, como país católico y respetuoso de las normas y principios que informan las relaciones con la Santa Sede, parecería lógico que el motivo aludido pudiera ser la causa del rechazo. Aun cuando en la Argentina está vigente la ley de divorcio vincular, la Iglesia sostiene que el matrimonio es indisoluble, y por lo tanto, una nueva unión de un divorciado no puede ser reconocida oficialmente.
Además, en torno a la calificación como candidato a embajador del doctor Iribarne, se puede agregar que él, junto con el ex presidente Kirchner y el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, suscribieron el Decreto Nº 1086/2005 aprobatorio del documento titulado “Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación”.
Éste es un verdadero plan maestro que contiene propuestas de contenido vituperable, entre otras materias, el aborto, la homosexualidad, el replanteo del artículo 2º de la Constitución Nacional, que significaría la modificación de las relaciones de la Iglesia y el Estado, lo que derivaría, entre otras consecuencias, en la eliminación de los capellanes católicos en las cárceles, hospitales y capellanías militares, y la eliminación de los símbolos religiosos en las oficinas públicas, etc.
Como conclusión, a fin de no complicar las relaciones con la Santa Sede, sería deseable que no se insista en la designación de este candidato.
Alberto Solanet- Presidente
Guillermina M.C. de Fuschini-Secretaria
Fuente: Notivida, Año VIII, nº 489, 4 de febrero de 2007