Cuando éramos chicos en la escuela nos enseñaron que las Islas Malvinas eran argentinas y, al mismo tiempo, en muchas rutas del país hay carteles que hacen referencia de nuestra soberanía sobre estas islas, pero en la práctica ocurre lo contrario.
Hace unos días se cumplieron 25 años del intento militar de recuperarlas en forma unilateral a través de un trasnochado presidente militar Leopoldo Galtieri, dejando secuelas en sobrevivientes y familiares que todavía no cicatrizaron.
El 2 de abril último se hizo el acto oficial en Usuahia en recordación del “Día del Veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas”, pero en forma sorpresiva estuvo ausente el presidente Kirchner, para evitar reclamos de los docentes por aumento salarial. En la ceremonia el Gobierno volvió a reivindicar la soberanía sobre la islas y pidió al Reino Unido a reanudar las negociaciones.
Al respecto, el periodista Richard Gott escribió en el diario inglés The Guardian que las Malvinas fueron robadas a la Argentina por Gran Bretaña “durante una era de dramática expansión colonial británica” y calificó de “justo y necesario” el reclamo argentino.
¿Cuál era el contexto de 1982? Era el final de la dictadura militar que había hecho desastres en materia de derechos humanos y en la economía nacional, con inversiones faraónicas como la construcción de los estadios para el Mundial 78 y buscaron conquistar las Malvinas para perpetuarse en el poder con los resultados conocidos.
Pero el enfrentamiento fue con Inglaterra, una de las potencias mundiales en flota mercante y contó como aliado al imperialismo de los Estados Unidos, de eso no hay que olvidarse para saber quien es cada uno en el concierto internacional. Durante varios días la guerra la ganaba Argentina según la información del gobierno militar y de la noche a la mañana se rindieron las tropas argentinas el 15 de julio de 1982.
Quien puede negar que las Islas Malvinas y los demás archipiélagos del Sur deberían estar bajo territorio argentino por presencia histórica desde el siglo XIX hasta nuestros días. En 1820 habían pasado a la soberanía argentina y en 1833 fueron ocupadas por las tropas británicas. A pesar de los constantes reclamos argentinos, continuó en calidad de colonia imperial. En 1981 la asamblea legislativa de las Malvinas votó a favor de la continuidad de la soberanía británica.
Varios gobiernos del Reino Unido se encargaron de dominar a las islas, designando un gobernador y generando una cultura inglesa en el lugar. Hay intereses geopolíticos con la instalación de una base militar para un eventual conflicto mundial y riquezas económicas por ser una zona pesquera.
Los reclamos se hacen por la vía diplomática y no a través de una guerra. Hay que buscar nuevos caminos ante Naciones Unidas para compartir la soberanía y contar con un programa de contención con los sobrevivientes porque tienen problemas sicológicos.
Emilio Grande (h.)
