Por Emilio Grande (h.).- A decir verdad, este 12 de octubre (día del respeto a la diversidad cultural) no fue un día feriado más en nuestro querido país con decenas de problemas irresueltos. Miles de argentinos se movilizaron responsablemente a lo largo y lo ancho de la Argentina, quienes fueron convocados por las redes sociales, en un banderazo histórico con un mensaje contundente para el debilitado gobierno nacional que lleva apenas 10 meses en el poder.
Durante la hermosa tarde de sol primaveral, la gente volvió a manifestarse pacíficamente por las calles argentinas, reclamando por la defensa irrestricta de la democracia, la Constitución, la división de poderes, basta de corrupción (enfocada en la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner), en contra de la reforma judicial (la remoción de tres jueces ahora que debe decidir la Corte), la defensa de las libertades individuales, el trabajo digno (aumentó la desocupación y la pobreza), el regreso a las clases, la falta de seguridad (no paran los hechos de inseguridad), la falta de futuro para los jóvenes (similar a la crisis de 2002 cuando se fueron y se van del país), entre tantos reclamos sociales.
Continuando anteriores marchas durante este año, por ejemplo el 20 de junio, el 9 de Julio, el 17 de agosto, entre otras, seguramente la de hoy (la séptima) fue una de las más importantes porque la población está cansada y harta de la eterna cuarentena, decretada el 20 de marzo pasado, con graves consecuencias económicas y psicológicas.
En distintas ciudades de nuestro país, los ciudadanos poblaron las calles argentinas libremente, reclamando por las libertades constitucionales porque estamos cayendo en un virtual «estado de sitio»: no se puede viajar de una provincia a otra, están prohibidos practicar deportes al aire libre, por ejemplo fútbol y bochas (es sano para la salud física y mental), cuando está permitido en lugares cerrados tomar un café, concurrir a un casino o participar de una celebración religiosa…
Estas masivas movilizaciones no fueron convocadas por la oposición sino por los vecinos autoconvocados. Si el Gobierno no escucha el mensaje del pueblo pacífico, que no fue llevado en colectivos ni pagados con un choripán, la gente volverá salir las veces que sea necesario. Es la manifestación de la clase media frente a tanto atropello institucional.
Hay algunos antecedentes recientes de años anteriores que marcaron un punto de inflexión: la crisis del campo en 2008 con el corte de rutas y el recordado voto no positivo de Julio Cobos y la masiva movilización en 2018 contra el aborto (ahora Alberto Fernández insiste con el mismo drama, cuando supuestamente dice defender la vida). En ambos casos fueron golpes duros para los gobiernos de turno (kirchnerismo y macrismo). A veces hay que tocar fondo para aprender de los errores del pasado…
Rafaela dijo presente
Cuando dicen que nuestra ciudad es atípica y fría es mentira… nuevamente los rafaelinos salieron masiva y pacíficamente por el centro de la ciudad en autos con bocinazos y de a pie con banderas, durante casi dos horas en este feriado nacional.
Hubo personajes para todos los gustos: banderas de todos los tamaños, carteles contra la corrupción y la defensa de las libertades, conductores de vehículos exhibiendo herramientas de trabajo (palas, tenazas), por citar algunos ejemplos.
Previamente al horario previsto de las 17, después de las 16 horas se empezaron a escuchar los interminables bocinazos. La concentración fue en el calle interna de la plaza 25 de Mayo frente al edificio municipal. Una camioneta revestida con una generosa bandera argentina dio inicio a la histórica movilización por el bulevar Santa Fe para volver hasta el principal paseo rafaelino durante varias pasadas y bocinas ensordecedoras.
En similares características se repitieron protestas ciudadanas con el mismo objetivo: la defensa de la democracia, la Constitución como hilo conductor, las libertades como garantías constitucionales, la posibilidad de trabajo para todos los sectores (en nuestra ciudad hay un fuerte reclamo de los trabajadores de fiestas y eventos sociales), no se puede tomar mate en una plaza o cantero de Rafaela (constituye una vergüenza reconocida por los empleados municipales que tienen que correr a la gente) cuando se puede concurrir a un bar o un casino, entre tantos reclamos sectoriales.
¿El gobierno nacional escuchará humildemente estas masivas movilizaciones ciudadanas de gente a pie o hará oídos sordos, culpando del reclamo a un sector de derecha y golpista?
