En medio de la serie de reformas institucionales polémicas impulsadas por el Gobierno, el presidente Néstor Kirchner lanzó ayer una de sus más duras ofensivas contra la prensa: acusó a los periodistas de moverse en forma corporativa, de actuar como lobbistas, de no tener autocrítica y de estar mal preparados. Lo resumió con una frase teatral: “¡Qué pena me dan!”
Dedicó a los medios de comunicación todo el discurso que pronunció en la Casa Rosada después de la firma de un convenio con el intendente de Mar del Plata, el radical kirchnerista Daniel Katz. “Es una linda mañana para seguir haciendo reflexiones, aunque algunos se enojen”, dijo, con una sonrisa, al ocupar su lugar frente al atril del Salón Blanco.
Desde allí, el Presidente ponderó la exposición de más de dos horas que hizo el día anterior en el Senado su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, para defender el proyecto de reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia. La primera dama se había dedicado a refutar con vehemencia una decena de artículos críticos publicados, en su mayoría, en LA NACION.
“Fue una verdadera pieza jurídica y, aparte, les marcó la verdad a algunos periodistas que se mueven corporativamente, se defienden entre ellos. Hay tan poca honestidad intelectual que ni siquiera reconocen sus propios errores de lo que van escribiendo”, sostuvo Kirchner ayer.
De inmediato dijo: “Hablan de todos, dicen de todos cualquier cosa, pero tienen poca autocrítica. ¡Qué pena que me dan! ¡Qué pena que me dan, en serio!”
Añadió que existe una “tendencia al monopolio” en el sector de los medios de comunicación y señaló que el Gobierno tiene una idea propia de lo que debe ser el periodismo. “Nosotros queremos tener un periodismo más autocrítico. ¡Que estudien más, que investiguen más, que dejen de hacer lobby!”, dijo Kirchner.
La queja de ayer se suma a una reiterada serie de críticas públicas del Presidente a la prensa. Esta semana ya había dicho en dos discursos que los medios de comunicación tuvieron «gran responsabilidad» en las recientes crisis institucionales que vivió la Argentina.
Tal como pasó en anteriores momentos de su gestión, la magnitud de las críticas presidenciales a la prensa se corresponde con las quejas de la oposición y otros sectores sociales por proyectos oficialistas de alto impacto institucional.
Esta semana el Gobierno impulsó con especial fuerza dos proyectos controvertidos, como la delegación permanente al jefe de Gabinete de facultades especiales en materia presupuestaria y la reglamentación para convalidar los decretos. Una ofensiva similar había lanzado el Presidente a fines del año pasado cuando promovió la reforma en la composición del Consejo de la Magistratura.
Las frases punzantes de Kirchner siguieron a lo largo de todo su discurso de ayer. «Para mejorar el país no sólo tenemos que mejorar la dirigencia política y las instituciones, sino también a los que escriben», dijo. Para darles más énfasis a sus palabras, aclaró que se dirigía a los periodistas «presentes y a los que miran por TV».
Aclaró que «generalizar sería algo indebido» de su parte, y otra vez dedicó párrafos a LA NACION.
«No importa que sean opositores; hay muchos que son opositores. Yo sé que el que escribe en el diario LA NACION tiene que ser opositor, qué va a hacer, si no… Porque esto de la libertad de prensa… Si la empresa quiere, hay libertad de prensa. Miren si un periodista va a escribir algo que esté en contra de lo que piensa el dueño de la empresa periodística, ¿se imaginan ustedes?».
«Maldad y perversidad»
En ese momento, miró al intendente Katz (uno de los denominados «radicales K») y buscó su complicidad. «Nuestro buen amigo el intendente de Mar del Plata, con quien coincidimos tanto, cada vez coincidimos más, y no por las obras. Dicen: ´Coincide porque él viene y le dan obras, entonces es pícaro y se lleva la obra . Toda esa maldad y esa perversidad que llevan encima», afirmó, en otra directa alusión a los periodistas. A quienes volvió a aconsejar: «Estudien, estudien un poco, investiguen, lean, prepárense, es bueno eso. Porque a veces a mí me da pena, con cariño lo digo».
Añadió que «en el caso de LA NACIÓN son opositores y apoyaron la dictadura del 76 y todas esas cosas están claras, y uno lo recuerda permanentemente».
Más adelante, Kirchner se enojó porque «cuando sube la inflación dicen que sube y cuando baja dicen que se retrae la economía».
Y reclamó que los analistas económicos y políticos tomen otras variables para argumentar: «Así son, ¿cuándo van a tener una posición objetiva? ¿O los mandan a escribir esas cosas? No pasa por el éxito o por el fracaso de un presidente determinado, pasa por que los argentinos vayamos construyendo éxitos permanentes que nos den las posibilidades de tener el país que nos merecemos».
Antes de cerrar el discurso, expuso una visión personal sobre la libertad de expresión, a su juicio mal entendida por los medios de prensa: «Tienen que darse cuenta los medios de que porque alguien sea dueño de una empresa periodística tiene la posibilidad de decir lo que quiere, pero si quieren que haya verdadera libertad de prensa, tanto que hablan de la libertad de prensa, que ejerzan la libertad de prensa, que no digan lo que el dueño del medio quiere».
Superpoderes
§ El jefe del bloque oficialista del Senado, Miguel Angel Pichetto, anunció ayer que la Cámara tratará el miércoles el proyecto de ley que otorga en forma permanente al jefe de Gabinete facultades especiales para reasignar partidas presupuestarias. «Ya quedó totalmente demostrado que de ninguna manera se trata de superpoderes. Es sólo una facultad que el Gobierno necesita para administrar», dijo.
Voces
Nelson Castro, periodista: «Su descarga brutal a la prensa [de la senadora Kirchner] fue porque quedó al descubierto su contradicción insostenible.»
M. Ruiz Guiñazú, periodista: «Las palabras de la senadora suponen que no estamos viviendo en una sociedad democrática dentro del Estado de Derecho.»
Pepe Eliaschev, periodista: «El héroe intelectual del gobierno que encabeza Kirchner es Juan Manuel de Rosas, la suma del poder público.»
Ernesto Sanz, senador radical: «El oficialismo se cree dueño de la verdad, que estamos en el 45, que ella [Cristina Kirchner] es Evita y su marido, Perón.»
Rafael Bielsa, diputado oficialista: «Si bien no son buenas las generalizaciones, coincido con el Presidente en que hay periodistas que deberían formarse más.»
Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 8 de julio de 2006.