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“Muchos argentinos reducen al Papa como un animal político y es un hombre espiritual”

Es la mirada de la periodista rosarina Inés San Martín en el programa “Sábado 100” por radio El Espectador. Desde 2014 está acreditada ante el Vaticano por el medio norteamericano Crux. Cubrió unos 25 viajes pontificios a distintas regiones del mundo. “Lo que más le preocupa es el clericalismo y la dureza de corazón”, destacó.
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Inés San Martín trabaja para el medio norteamericano Crux en el Vaticano.

Por Emilio Grande (h.).- Recientemente, Inés San Martín dio una conferencia virtual, organizada por Catholic Voices y la escuela de posgrado de la Universidad de Austral. Tiene 33 años, es licenciada en Comunicación Social de la citada casa de estudios y periodista rosarina que desde 2014 está acreditada ante el Vaticano por Crux, un medio estadounidense especializado en noticias sobre la Santa Sede y la Iglesia Católica. Ha cubierto unos 25 viajes pontificios a distintas regiones del mundo y, además, ha viajado por países como Iraq, India, Egipto y Nigeria, documentando la persecución de los cristianos en el mundo.

“Tengo la suerte de viajar mucho con el Santo Padre en el avión papal, el primero fue a Armenia en 2014 y el último fue a Tailandia y Japón, donde visitó Hiroshima y Nagasaki, en noviembre de 2019; varias veces estuvo en Africa y en América”, expresó San Martín durante el programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1), conducido por quien firma esta entrevista.

En 2013 fue la responsable de la oficina de prensa internacional de la Jornada Mundial de la Juventud realizada en Río de Janeiro (Brasil). “Primero en Madrid (2011) estuve muy cerca del papa Benedicto XVI pero no pude saludarlo y luego en Río tuve la suerte de conocer a Francisco, siendo la primera experiencia real con el periodismo”, contó, aclarando que por la pandemia se encuentra en su ciudad natal.

-En clave comunicacional, ¿cuáles son los secretos del papa Francisco para transmitir el evangelio de una manera renovada?

-Se publicó un nuevo libro en Roma “Una misma Iglesia”, escrito por Benedicto XVI y Francisco con el prólogo del cardenal Pietro Parolin (secretario de Estado del Vaticano), compilando distintas audiencias públicas que tuvieron los 2 papas para mostrar una continuidad entre los dos. La clave comunicacional de Francisco son los gestos, en cambio Juan Pablo II se daba “baños de multitud” y Benedicto un papa teólogo que en mi humilde opinión probablemente sea reconocido como autor de la Iglesia por su escritura destacada de los siglos XX y XXI. Francisco mamó estos 2 papas y del Concilio Vaticano II, pero en vez de comunicar la fe a través de palabras lo hace con acciones, promueve mucho el ecumenismo de obras, diciendo que no hace falta ser de la misma religión para ayudar a los otros y promueve los hogares, los comedores o las iniciativas interreligiosas para ayudar al prójimo. También defiende el medioambiente y lo demuestra plantando árboles, es un pequeño gesto de cuidar el planeta a través de acciones. La caridad se la ve cuando pide que paren el auto para saludar a una mujer discapacitada o cuando abrazó a un hombre con una deformidad física importante, recordándonos como una manera de abrazar al prójimo.

-¿Por qué Francisco es muy querido y respetado en el mundo, a excepción del grupo conservador de los Estados Unidos, y en Argentina hay gente que lo quiere, pero también están aquellos que lo detestan?

-Hay un paradigma de lo que pasa en Estados Unidos y en la Argentina, y se lo ha politizado demasiado. Mientras es un jefe de Estado, el católico de a pie lo toma como un líder espiritual o religioso. Rara vez habla de la política y de la situación en la Argentina, y si se le pregunta cuándo viene al país se ofusca; emitió un mensaje muy importante a los argentinos en 2017 cuando dijo que el mundo es más grande que la Argentina y creo que como argentinos no lo terminamos de interiorizarlo. Estamos convencidos que si el Papa habla sobre la importancia de reducir la deuda externa en países del Tercer Mundo es porque está en contacto con el presidente Fernández, pero si estuviéramos con una presidencia de Macri el Papa no lo hubiese hecho; son las grandes mentiras de pensar que somos el centro del universo y no puede ser que el primer Papa argentino de la historia no esté pensando en nosotros todo el tiempo. La gran ofuscación que muchos argentinos sienten hoy con Francisco es porque lo reducen a un “animal político” cuando en realidad es un hombre sumamente espiritual. Si uno leyese sus mensajes y no la tergiversación de sus palabras, que muchas veces hacemos desde los medios, se lo entendería mucho más en un contexto adecuado y la situación sería muy distinta en la recepción que tenemos los argentinos del Papa.

-¿Cómo es tu relación y tu trato con Francisco?

-Mi argentinidad se nota en el modo que estoy vestida, en los últimos viajes ya me reconoce quien soy y me hace la misma pregunta de “si sigo haciendo lío”, que lo uno a un momento en la jornada de Río cuando me pidieron que organizara el encuentro con los jóvenes argentinos, uno de los grandes desafíos de mi vida, y fue ahí cuando el Papa dijo la famosa frase de “hagan lío en sus diócesis”, golpeándole las puertas a los obispos. Le dije que mis sobrinos no lo quieren porque vuelvo a la Argentina en diciembre para Navidad y me vuelvo a Roma en enero porque hay un viaje papal programado, entonces el “hombre de blanco” se lleva a la tía Inés. Soy una persona bendecida porque tuve la posibilidad de que me grabara unos videos en la JMJ de Polonia (2016) con un mensaje para los voluntarios y fue recordar por qué estoy haciendo lo que hago, que es el elemento de fe que mueve mi trabajo.

-¿Pensás que vendrá en algún momento a la Argentina?

-Su plan siempre estuvo en venir, lo intentó en 2017 y el viaje se pinchó, tuvo 3 años durante la presidencia de Cristina para venir y tampoco lo hizo. Creo que la pandemia va a cambiar bastante su estructura de viajes; este va a ser el primer año sin viajes papales internacionales desde fines de 1970, haciendo que se atrase su perspectiva de viajar. Para mí dejará a la Argentina como el último viaje de su pontificado para despedirse de los suyos; hace 7 años que no ve a la hermana María Elena, la única que le queda viva.

-¿Cuáles son los problemas que más le inquietan?

-Lo que más le preocupa es el clericalismo, que es esa idea de la jerarquía con poder y que mueve la realidad, pero el Papa siempre lo dice que nos así, si bien la Iglesia es una estructura jerárquica, pero hay solo 400.000 sacerdotes en el mundo para 1.200 millones de católicos; entonces destaca la importancia de la fe del santo pueblo fiel de Dios como el motor que mueve a la Iglesia junto con la eucaristía. También está la dureza de corazón que la percibo tanto en conservadores como en liberales, en la que muchos han reducido a la Iglesia a una batalla en favor de esto o en contra de aquello; hay una cerrazón muy grande ante la opinión del mensaje y la experiencia que vive la otra persona. Estos dos aspectos están muy unidos y llevan a muchos otros problemas como los abusos sexuales por parte del clero.

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