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Murió el Pocho Zenklusen, un personaje de la peluquería rafaelina

Tenía 87 años. Trabajó 69 años: en 1950 empezó en Pilar y en 1952 se radicó en Rafaela. Se había retirado de la actividad en octubre de 2019. “Soy un agradecido de mis clientes de tantos años de Rafaela y de la zona”, destacó en una entrevista el 4 de noviembre de 2019.
Pocho Zenklusen en la peluquería junto a su nieto Andrés y sus hijos Javier y José.

Por Emilio Grande (h.).- Esta tarde falleció Ovidio “Pocho” Zenklusen a la edad de 87 años, causando hondo pesar entre sus familiares y amistades que cosechó a lo largo de una fructífera vida. El entierro es este jueves a las 10 horas en el cementerio Parque Colonial, previo oficio religioso en la Catedral San Rafael.

A decir verdad, era una persona sencilla, conversadora y creyente. Casi toda una vida dedicada a la peluquería: 69 años cortando el cabello a cientos de rafaelinos y personas de otros lugares. “Soy un agradecido de mis clientes de tantos años de Rafaela y de la zona. Es incalculable la cantidad de cabezas que corté (risas) porque pasó tanta gente”, contó en una entrevista con este cronista, publicada el 4 de noviembre de 2019 en diario Castellanos. Tenía clientes de Villa San José, Angélica, San Martín de las Escobas, Bella Italia, Nuevo Torino, Lehmann, Egusquiza, Roca, Vila, Clucellas, Pilar, entre otros.

Hacía poco que había “colgado” la tijera. Y testimonió: “Yo creo que todo tiene un principio y un fin… seguía trabajando pero ya cumplí mi misión y hay que saber retirarse a tiempo. La vejez trae muchas cosas, decidí dejar porque fueron muchos años y quería retirarme bien; ahora que se encarguen los hijos”.

Había nacido en Bella Italia, empezó en 1950 con esta actividad a los 16 años en Pilar, haciendo sus primeras armas durante dos años. Y a partir del 28 de octubre de 1952 se independizó y se instaló con su propia peluquería en Rafaela, primero en calle Belgrano 90 frente a la plaza 25 de Mayo, para continuar luego en bulevar Roca 241, Moreno 414 y desde 1983 en la esquina de Aristóbulo del Valle y San Lorenzo.

“Empecé en Rafaela en un lugar céntrico, atendiendo a los vecinos de acá y de los pueblos; también durante muchos años en el Colegio San José los días lunes (el día del peluquero que no trabaja) porque los hermanos maristas tenían un pupilado de 130 chicos de la zona ya que no había secundario en los pueblos y algunos venían de provincias vecinas. Así me fue conociendo mucha gente y me fui relacionando con el paso del tiempo. Gracias a Dios siempre tuve mucho trabajo”, expresó.

“Adonde yo iba la gente me seguía…”, poniendo como ejemplo que cuando estaba en el local de Moreno le dijo a Héctor Mastrandrea que se mudaba a San Lorenzo y Aristóbulo del Valle. Y su cliente le respondió: “Qué lejos que te vas…pero mire Zenklusen si usted va al cementerio y pone una peluquería también voy a ir (risas)”.

Los dos pianistas más famosos de la ciudad en aquella época eran clientes suyos: don Remo Pignoni y el citado Mastrandrea. “Ambos dejaron mella en Rafaela”, agregó. También atendió a mi abuelo Antonio Grande: “Durante muchos años, primero venía al negocio y después yo iba a su casa de calle Bolívar 160 hasta que murió (tenía 90 años), con la particularidad que fumaba sin sacarse el cigarrillo de la boca y no se le caía la ceniza”, recordó.

“Más de 45 años le corté el pelo al padre Juan Sudic (sacerdote croata, quien se escapó de la Segunda Guerra Mundial, y vivía en el Colegio Misericordia sobre calle Ituzaingó). Fue una persona muy buena e importante de la ciudad”, sostuvo.

Después se incorporaron los hijos José Luis (1986) y Javier Hernán (1996), y sus nietos Claudio (2007, pero hace unos años se radicó en Susana con una peluquería) y Andrés (en 2018). Además, tenía un hermano menor, peluquero en Pilar, llamado Nilo.

“Ahora llevo una vida más tranquila, miro televisión y escucho radio. Tengo una quinta en Bella Italia, los domingos vamos con la familia a comer”, dijo. Vino a Rafaela a los 18 años y se casó a los 25 años con Adelina Buffa en Nuevo Torino por Civil y en Pilar por Iglesia con misa de esponsales el 27 febrero de 1958.

Pocho Zenklusen con su esposa Adelina Buffa: 62 años de casados.

Además de los dos hijos mencionados, tuvieron dos hijos más: Sergio Ovidio (director de la revista Palpitar) y César Guillermo (fabricante de productos de limpieza San Valle), sumado a los 11 nietos y 6 bisnietos. “A mis hijos les transmití primero el trabajo, yo tuve suerte con los cuatro hijos, muy importante la compañera (en febrero de 2020 cumplieron 62 años de casados). Yo estaba todo el día ocupado en la peluquería porque trabajaba muchas horas y ella se dedicó a la casa y a los hijos, siendo muy importante. Una madre criando a los hijos no hay reemplazante, con una misión muy buena porque sabía cocer la ropa a los chicos y también en la cocina. La vida en el matrimonio no es uno solo porque el carro se tira entre dos para el mismo lado”.

Finalmente, sobre las enseñanzas que te dio la vida, el Pocho sostuvo que “primero hay que tener amor al trabajo y hacer lo mejor; el saber administrarse que es muy importante. El trabajo es fundamental para la persona y yo siempre lo hice con mucho cariño”.

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