Por Sergio O. Zenklusen.- Había acusado de «irresponsable» y «mentiroso» a un empresario local que supuestamente había contraído el virus. Luego, no dio positivo en los hisopados realizados.
La aparición de una sospecha de contagio en la ciudad con este virus de moda, luego de muchos meses sin que se detectaran infectados, motivó una maraña de iniciativas propias de aquellos que utilizan esta pandemia para hacer algo de circo, dirigido hacia los que todavía duermen atontados bajo el manto de una gestión municipal tan inoperante como sospechada de severas irregularidades.
La conferencia de prensa para anunciar semejante hallazgo, incluyó, por parte del intendente Castellano, un claro señalamiento y destrato para un empresario local que supuestamente estaba infectado por este virus. Y los medios de prensa que hace mucho tiempo se comportan como tristes voceros del fracaso, salieron a titular de manera drástica la vergonzosa afrenta para una ciudad «ejemplo» como Rafaela.
«Gerente de empresa desplegó una conducta anticuarentena en Rafaela, que ahora está en alerta naranja. Contrajo el coronavirus que obligó a aislar a 60 personas, cerrar cinco fábricas con más de 200 trabajadores afectados», expresó un medio de esos que no cuentan con redacción propia. Hay muchos ejemplos más, pero la intención no es la de saturar a los lectores.
Aparecieron graves acusaciones: “violó la vigilancia epidemiológica”, “desobedeció” al equipo médico del municipio que le pedía los 14 días de aislamiento y generó decenas de “contactos estrechos” entre familiares, amistades y cinco empresas del grupo en el que trabaja que tuvieron que activar el protocolo. Siguieron los «comunicadores» con carga dramática para sentenciar al «descarriado» que había osado romper con este eterno y pedorro ASPO, sostenido por un DNU claramente anticonstitucional.
Castellano se había puesto el traje de magistrado y utilizo al palacio municipal de juzgado para sentenciar de “irresponsable” y “mentiroso” a quien, sin tener los mínimos elementos para someterlo, se lo puso en evidencia ante la comunidad para estigmatizarlo como si fuera un delincuente. Es más, en ese momento, el Intendente no había descartado la posibilidad de denunciarlo ante la justicia si el Ministerio Público de la Acusación no lo hacía de oficio.
Pocas horas después y ante una serie de hisopados, el señalado empresario rafaelino, mostró las pruebas realizadas en un laboratorio de análisis clínicos de Av. Mitre, en donde no aparece como positivo en Covid-19.
Punto final para otra patética -de las tantas- puestas de escenas del oficialismo rafaelino, en procura de mostrar lo que no son. No es responsabilidad directa de ellos; están ahí porque muchos rafaelinos todavía sustentan fracaso y decadencia creciente en esta ciudad.
Fuente: facebook de revista Palpitar, Rafaela