El Episcopado recordó al cardenal Primatesta

Al término de la 91ª Asamblea Plenaria del Episcopado, que desde el lunes sesionó en la casa de ejercicios espirituales El Cenáculo - La Montonera, de Pilar, los obispos recordaron al cardenal Raúl Francisco Primatesta, fallecido el pasado 1 de mayo. Los obispos destacaron las virtudes sacerdotales del purpurado fallecido, al que definieron como "un gran pastor", y su "larga y destacadísima" trayectoria. Entre otros aspectos, valoraron su "responsabilidad pastoral" en tiempos de "dolorosos desencuentros" en el país y su preocupación permanente por "la concordia y la paz" entre los ciudadanos. También su contribución a solucionar el diferendo limítrofe con Chile por el canal de Beagle.

Pilar, MAY 13 (AICA): Al término de la 91ª Asamblea Plenaria del Episcopado, que desde el lunes sesionó en la casa de ejercicios espirituales El Cenáculo – La Montonera, de Pilar, los obispos recordaron al cardenal Raúl Francisco Primatesta, fallecido el pasado 1 de mayo a los 87 años de edad.
El Conferencia Episcopal Argentina, que preside el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, destacó las «virtudes sacerdotales» del purpurado fallecido y su «larga y destacadísima» trayectoria. Entre otros aspectos, valoró su «responsabilidad pastoral» en tiempos difíciles de «dolorosos desencuentros» en el país y su preocupación permanente por «la concordia y la paz» entre los ciudadanos.
También consideró que «sólo Dios sabe cuánto le debe la Patria por haber contribuido a evitar un enfrentamiento bélico de imprevisibles y trágicas consecuencias para ambos pueblos», en relación con sus gestiones para que Juan Pablo II mediara para solucionar el diferendo limítrofe con Chile por el canal de Beagle.
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El 1º de mayo, fiesta de San José Obrero, falleció en la ciudad de Córdoba el Cardenal Raúl Francisco Primatesta, luego de sobrellevar con evangélica entereza una larga enfermedad.
La Iglesia que está en la Argentina agradece a Dios por este gran pastor que se destacó por sus virtudes sacerdotales, por su profunda espiritualidad y su constante entusiasmo en anunciar a Jesucristo y su evangelio. Fue uno de los grandes impulsores de las “Líneas pastorales para la Nueva Evangelización”, que animaron la renovación pastoral en las comunidades cristianas de nuestra Patria.
Tuvo una trayectoria larga y destacadísima, primero como formador en el Seminario Mayor de La Plata y como Obispo auxiliar de esa misma Arquidiócesis, luego como primer Obispo de San Rafael en Mendoza, y finalmente como Arzobispo de Córdoba. Participó en todas las sesiones del Concilio Vaticano II, en la mayoría de los Sínodos de los Obispos y de las Asambleas Generales del episcopado latinoamericano, y en dos cónclaves para elegir al sucesor del apóstol san Pedro. Desempeñó también diversas tareas en el seno de la Conferencia Episcopal, de la que fue presidente durante varios períodos.
Desde su responsabilidad pastoral estuvo atento a las diversas circunstancias de la vida de la Nación, algunas de ellas difíciles y signadas por dolorosos desencuentros. Fue uno de los principales inspiradores del documento “Iglesia y comunidad nacional”, que ayudó a transitar el camino hacia la recuperación de la democracia en nuestra Patria. Animó la difusión de la doctrina social de la Iglesia y en torno a ella promovió encuentros entre diversos sectores sociales.
Su preocupación permanente fue promover la concordia y la paz entre todos los ciudadanos. Esa preocupación llegó a su culmen cuando colaboró decididamente con las gestiones del querido y recordado Papa Juan Pablo II para solucionar el diferendo limítrofe con Chile por el canal de Beagle. Sólo Dios sabe cuánto le debe la Patria por haber contribuido a evitar un enfrentamiento bélico de imprevisibles y trágicas consecuencias para ambos pueblos.
Recordándolo con admiración, gratitud y cariño, lo encomendamos a María Santísima para que lo presente al Pastor de los pastores y de Él reciba el premio de los servidores fieles.

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