Por Luciana I. Mazzei.- Pareciera que la cuarentena llegó para quedarse. No sabemos cuándo ni cómo vamos a empezar a salir y mientras tanto el show debe continuar, el mundo sigue girando y la economía tiene que ser sostenida de alguna manera.
Muchos deben seguir yendo a trabajar habitualmente, pero muchos otros han tenido que adaptarse al “home office” o teletrabajo, esto último significó un desafío más para sumar a tantos a los que nos plantea el Covid-19.
El “home office” implica poseer o desarrollar una serie de habilidades personales y familiares específicas que requieren tiempo, paciencia y compromiso por parte de los adultos especialmente. Hoy acerco algunas recomendaciones para ayudar a que este tiempo sea provechoso y enriquezca a las familias desde varios puntos de vista.
Para la mayoría de las familias la realidad es más o menos la misma: papá y mamá trabajando en casa, los niños en casa con actividades escolares, la persona que venía a ocuparse de las tareas domésticas no está viniendo… conclusión este aislamiento social está provocando más estrés que el esperado y se hace difícil organizar una rutina familiar.
Para lograrlo dejo algunos tips que pueden ayudar a organizar un plan de acción familiar “personalizado”:
- Organizar el trabajo con un horario establecido de antemano o una serie de objetivos a cumplir por día. Definir con anterioridad el tiempo o los objetivos a cumplir ayuda a poder poner fin a la jornada laboral porque corremos el riesgo de perder el rumbo, distraernos y cuando termina el día darnos cuenta de que no hemos avanzado lo suficiente en el trabajo previsto.
Si trabajamos con objetivos es importante que estos sean reales y posibles de cumplir en el tiempo que nos propusimos, de lo contrario la jornada laboral se va a extender más de lo previsto y la frustración de no poder cumplir puede provocar mayos ansiedad y estrés. - Disponer de un lugar físico cómodo, luminoso, donde llegue la menor cantidad de ruidos, donde nos podamos sentir cómodos y lograr la concentración necesaria para cumplir con el trabajo. Probablemente no todos podamos contar con un espacio tipo escritorio o estudio, pero es importante, en este tiempo, poder armarlo según nuestros requerimientos para estar cómodos y lograr la intimidad necesaria que cada labor requiera.
- Dividir las tareas del hogar entre mamá y papá, para que no recaiga todo en una sola persona. Por otro lado, es un buen momento también para educar a los hijos en el compromiso de colaborar con las tareas del hogar y elaborar un plan de acción en el que cada uno tenga una responsabilidad diaria o semanal de acuerdo con la edad y las capacidades personales. Ordenar el cuarto, preparar la mesa, lavar los platos, tender o destender la ropa, son algunas de las tareas que los chicos pueden realizar y que aliviarían a los padres en este tiempo.
Esto se puede volcar en una planilla donde cada uno pueda consultar qué le toca hacer cada día. - Explicar a los hijos que, así como ellos tienen que hacer sus actividades escolares, mamá y papá deben seguir cumpliendo con su trabajo. Estas no son vacaciones y, aunque es positivo compartir mayor tiempo en casa con mamá y papá, también es necesario e importante seguir cumpliendo con nuestras obligaciones laborales y escolares.
- Desconectarse de las redes cuando se ha cumplido el horario laboral. La irrupción de los teléfonos celulares y las redes sociales y la posibilidad de estar conectados todo el día nos ha llevado, muchas veces, a ser imprudentes y no respetar la intimidad y el descanso de los otros. Por eso es muy importante en este tiempo saber poner un límite a la hora de responder mensajes que tienen que ver con lo laboral. Saber distinguir entre Urgente e Importante es clave para desconectarnos.
Explicar respetuosamente a clientes, jefes, alumnos, compañeros de trabajo que nuestra jornada laboral terminó y que la inquietud será respondida a la brevedad. Agendar lo que debamos responder mañana o el lunes, ayuda a bajar la ansiedad y el temor a olvidarnos de algún mensaje.
Esto vale también al revés, debemos ser respetuosos de los tiempos de los demás y saber cuándo no es prudente enviar un mensaje. - Mantener los horarios de sueño, comida y ocio de todos los integrantes de la familia. Es conveniente que los fines de semana sean diferentes, como lo eran antes del Aislamiento obligatorio, para darnos un respiro de las actividades laborales.
- Definir en qué momento del día se trabaja y cuándo se hacen las tareas de la escuela, para que los niños y adolescentes también encuentren un orden y aprendan a organizar sus tiempos de responsabilidad y de ocio. Para algunos, el tiempo de trabajar puede coincidir con el momento de hacer actividades escolares, en otros casos mamá y papá deberán acordar en qué momento trabaja cada uno para poder hacerse cargo de los niños cuando son muy pequeños.
- Darnos pequeños gustos, buscar momentos para la pareja, momentos con cada hijo en particular y también buscar momentos de soledad personal cuando sea necesario. Estar juntos 24×7 no significa estar aglutinados y movernos en masa dentro de la casa, sino ser capaces de mantener o recuperar los momentos de compartir en familia, pero también de reconocer las necesidades personales de cada miembro y ser respetuosos de estas demandas.
Como dije cuando comenzó la cuarentena, esta crisis puede ser una gran oportunidad para que las familias salgan fortalecidas y con nuevos recursos para resolver las dificultades y llegar a acuerdos positivos para todos. Pero esto requiere de toda la predisposición necesaria para entablar un diálogo abierto, donde cada uno pueda exponer sus necesidades, ofrecer sus habilidades y juntos afrontar los días de aislamiento.
Les recuerdo mi e-mail para que envíen sugerencias, consultas y aportes: luchimazzei@hotmail.com.
Desde la Asociación Argentina de Orientadores Familiares estamos realizando consultas on line en forma gratuita para aquellas familias y personas que necesiten contención y acompañamiento en este tiempo de aislamiento.
La autora es docente y orientadora familiar.