Por Emilio Grande (h.).- El párroco de Suardi Mauro Canalis (de la diócesis de Rafaela) participó de un curso sobre la formación permanente del clero para sacerdotes latinoamericanos de habla hispana, durante tres semanas en el mes de febrero pasado, que se desarrolló en el colegio español San Juan de Avila de Roma, cerca del Vaticano, organizado por la Congregación del Clero, con la asistencia de 43 sacerdotes de los cuales 4 fueron de la Argentina.
«Nos sirvió para conocer la realidad de los cleros de Latinoamérica, la problemática sacerdotal; lo que quiere la Santa Sede para las conferencias episcopales y las diócesis para que trabajemos con los sacerdotes en la formación permanente», expresó Canalis (se encuentra en cuarenta por prevención) durante entrevista con este cronista.
Y agregó: «se trataron la dimensión espiritual a cargo de los sacerdotes jesuita español Germán Arana y el mexicano Jorge Patrón Whon. La dimensión humana, la que más entra en crisis para atender desde las diócesis, los seminarios y las conferencias episcopales a cargo de la religiosa teresiana Rosaura (doctora en Psicología), quien habló sobre el problema de los abusos y homosexualidad dentro de la Iglesia con estadísticas y casos; el sacerdote Amadeo Cencini sobre cómo educar la parte humana, la sensibilidad en los seminaristas y en los curas; y el sacerdote de la arquidiócesis de Milán, Stefano Guarinelli sobre cómo acompañar en los procesos formativos y en las diócesis a los sacerdotes con problemas de crisis y humanos que aparecen».
¿Se abordó la crisis vocacional?
Se trató asociada muchas veces a la falta de testimonio del clero, a la poca vida fervorosa de fe de las familias de hoy, la problemática en las familias. Hay una intención clara del Vaticano que busca aclarar y dilucidar los casos de abusos y de escándalos en el clero y en la Iglesia porque hay laicos que tienen sus cosas. Las diócesis, que pusieron mucho énfasis en blanquear el problema de los abusos e investigarlos a fondo, son las que estadísticamente tienen más vocaciones. Se critica mucho a la Iglesia por este tema, pero es la única institución que está haciendo sobre este problema; es un llamado para que todas las instituciones reveamos lo que se hace en esta problemática, por ejemplo un club de fútbol o una escuela le puede pasar lo mismo.
¿Cómo se aplica este curso en la diócesis de Rafaela?
Estoy acompañando al grupo de curas más jóvenes, a los compañeros curas y sirve para para uno mismo; una de las claves es poder hablar de sus problemas, lo mismo que le pasa a un matrimonio y a una familia no hablar de sus problemas. La conciencia de poder ayudar a otros sacerdotes y seminaristas en su formación, blanquear sus problemas, intentar pedir ayuda, acompañar y ser solidario con el otro, en visitarnos y acompañarnos, ser más humanos y hermanos.
¿Cómo fue el encuentro con el Papa Francisco?
En el curso estaba planificado un día asistir a la audiencia general del miércoles en sala Pablo VI (por el frío), en cuyo transcurso el Papa nos saludó a los 43 curas y nos alentó a seguir en este servicio. Después los 4 curas argentinos pedimos celebrar misa con él en Santa Marta y ahí nos saludó a cada uno. Le compartí que estoy en Suardi, le llevé el libro de la parroquia Santa Catalina, del templo San Cayetano y de la capilla San Miguel (cumplió 50 años), las tres de Suardi, y que pertenezco a la diócesis de Rafaela. «Dale muchos saludos al obispo Luis Fernández (fue obispo auxiliar cuando Bergoglio era arzobispo en Buenos Aires)», me dijo. Le conté que en mi parroquia estábamos rezando siempre por él y en comunión con su persona. En todos los lugares que visité uno no se sentía solo sino con toda la comunidad parroquial que estaba acompañando y la gente de la parroquia rezó mucho por estos días que estuve ausente.
¿Aprovechaste para recorrer en los tiempos libres?
Estuve parando en la Iglesia Argentina y el Colegio Sacerdotal (el nuevo rector es Fabián Alesso de la diócesis de Rafaela) en Roma con los curas argentinos que estudian en las universidades, me encontré con algunos compañeros que tuve en el seminario. Además de Roma, pude visitar también Florencia y Pisa, Montecasino donde están enterrados San Benito, Santa Escolástica, San Mauro (patrono del entrevistado) y San Plácido, y fue una experiencia muy linda.
Por el Coronavirus, ¿no pudiste viajar al norte de Italia?
Tengo unos parientes en Cumiana y Piscina, provincia de Torino, región del Piemonte, quienes habían organizado un encuentro, pero me dijeron que no viaje y yo fui obediente.
¿Qué lugares visitaste en España?
Estuve en Madrid con el sacerdote Julián Ortiz, quien estuvo aquí en la Diócesis, visitando la Catedral madrileña, fuimos a Salamanca y Alba de Tormes, donde murió Santa Teresa de Avila y San Juan de la Cruz, compartiendo con la gente la cultura española.
¿Cuál es el balance por el Viejo Mundo?
Fue muy positivo, en Roma uno descubre dónde está la intención de hacer el curso de la Santa Sede, la formación del clero, no se deja la dimensión humana sino hay que asumirla y acompañarla desde la pastoral sacerdotal de las diócesis.
Fuente: diario Castellanos, Rafaela, 17 de marzo de 2020.