¿Qué aportan las elecciones de Córdoba al escenario electoral nacional?

Por María Herminia Grande.- Finalmente llegaron las elecciones de Córdoba. Si bien es la octava derrota consecutiva del Gobierno nacional, Córdoba fue mucho más para el telescopio de la mirada política nacional. Juan Schiaretti no fue solamente el ganador contundente de la jornada. Su acción política dejó otras lecturas. A nivel nacional, dada la contundencia del resultado obtenido, lo posiciona como un imprescindible a la hora de marcar estrategias dentro de Alternativa Federal. El armado político de su coalición fue (sobre la vertebración de un peronismo que él define como plural, federal y republicano) con el GEN de Margarita Stolbizer, el socialismo de Lifschitz, radicales desencantados con Cambiemos y hasta kirchneristas desilusionados del cristinismo. Schiaretti fue lo más parecido en conformación y propuesta política a lo que intenta expresar Roberto Lavagna.

El resultado electoral de Córdoba reafirmó que hay una decisión ciudadana favorable a la visibilidad de un tercer espacio político de cara a octubre. Aquí el primer problema. El sector de Roberto Lavagna parece no encontrar el método para lograr un equilibrio entre los socios no peronistas y los de Alternativa Federal que quieren dirimir en las PASO la candidatura, entre ellos, el gobernador Schiaretti, para confluir en una sola estrategia.

Desde su concepción, Roberto Lavagna pretende un armado más amplio, para (de ganar en octubre) conformar un gobierno de unidad nacional. Se advierte también un tironeo entre sus allegados políticos. Por un lado, quienes están convencidos de la necesidad de que participe de las PASO de Alternativa Federal. Entre ellos, el ex presidente Eduardo Duhalde, con quien estuvo reunido en horas de la mañana de ayer. Otros consideran que hace un mes el nudo de esta construcción política es el peronismo y no se resuelve, entienden que no pueden esperar los resultados de una PASO de Alternativa Federal.

Ayer a las 15 horas, el doctor Lavagna se reunió con sus amigos radicales para seguir hablando de los ejes programáticos de su propuesta presidencial. Gran desazón para este sector díscolo del radicalismo que cuenta con la anuencia del vicepresidente de la UCR. Ellos ayer esperaban definiciones políticas. En este tema las urgencias son distintas. Roberto Lavagna no apurará sus tiempos de construcción, mientras las provincias vayan definiendo sus representantes políticos. Una alta fuente cercana a Lavagna me dijo: «No hay que esperar en los próximos días definiciones sobre este tema de parte del doctor». La misma fuente abundó en definiciones: «Que el radicalismo de Cambiemos vea en nosotros un espacio a integrar diríamos que nos halaga, pero Roberto Lavagna solo integrará Consenso 19».

Sucede que los radicales de Consenso 19 tienen a la vuelta de la esquina la Convención Nacional, el próximo 27 de mayo. Se especulaba hasta con la escisión de un sector. Parece que, en realidad, después de una larga discusión, saldrá de la Convención un documento que cada sector utilizará, sin romper, para sus propias conveniencias. Hasta aparecen frases a medida de ese documento: «Ir hacia una instancia superadora», etcétera.

Otra lectura que dejó Córdoba fue la impericia en el armado de Cambiemos, un radicalismo que se ocupó mucho más de sus cuitas internas que de cuestionar a la oposición representada por Schiaretti. Entretenidos en su internismo, perdieron la provincia y la intendencia de Córdoba. Es imposible, al mirar las elecciones que ya se realizaron, no analizar, por sus resultados, el profundo rechazo a las políticas del Gobierno de Mauricio Macri y también que el cristinismo no ganó donde presentó candidatos. Recordar que en algunos lugares, como en Córdoba, no tuvo candidatos ni integró listas. Santa Fe, próxima parada, el 16 de junio, el cristinismo bajó sus candidatos y los integró a las listas a Omar Perotti.

El prestigioso profesor y doctor en Derecho Néstor Sagüés, quien acaba de presentar su último libro Presagio y Poder, me planteaba los cambios que se dan en el mundo en cuanto a la democracia. Con total hallazgo me decía: «Lo importante es el adjetivo que califique al sustantivo ‘democracia’. Así, aquí y en el mundo se perfilan democracias para los que no tienen, para los que tienen. Democracia individual, social, popular». En Argentina, a cinco meses de la elección presidencial que implican elegir un modelo de país, la pregunta es: ¿Qué democracia queremos? Si la continuidad es Mauricio Macri, gobierno atravesado por el endeudamiento, la desinversión, la inflación, el desempleo, la caída de la producción, la de las ventas minoristas y mayoristas, ¿qué nos aguarda? Si la opción es Cristina de Kirchner, quien en la presentación de Sinceramente manifestó que hay otro camino al actual; de formalizar su candidatura y ganar las elecciones, dado el endeudamiento que heredaría, ¿qué posibilidades de aplicar sus políticas populistas tendría?

La crisis social y política fruto de quienes nos han gobernado y nos gobiernan tendrá su palabra en octubre, adjetivando la democracia.

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