Cada Pascua…una nueva oportunidad…

Por Alicia Riberi.- El pasado Domingo de Ramos revivimos la entrada de Jesús en Jerusalén, aclamado por un pueblo que luego le daría la espalda, pero de todos modos, esa celebración nos permite al levantar los ramos, reconocer el triunfo de Jesús sobre al pecado, los egoísmos, las miserias y sobre la muerte misma, que para muchos representa un verdadero temor, pero Dios nos dejó la promesa de la resurrección, a los que decidamos vivir como Él nos pide y nos da el tiempo , hasta el último minuto de nuestras vidas.
El lunes santo empieza el tiempo más fuerte de la semana santa, de verdadero recogimiento, austeridad, en donde debemos acompañarlo “al Maestro” hasta el último minuto de su pasión, con una intención de renovar verdaderamente nuestra vida, descubriendo el valor de la generosidad para con nuestro prójimo, la sinceridad para con nuestros semejantes, la fidelidad para con Jesús que no dudó en dar voluntariamente su vida por amor a nosotros, para salvarnos y rescatarnos de las garras del maligno que trata permanentemente de que nos aferremos a otros dioses: el dinero, el poder, el materialismo, el sexo, la droga, Internet….y en muchas oportunidades claudicamos y no advertimos las nefastas consecuencias que todo esto acarrea.
La fe es el motor que nos mantiene unidos a Jesús, que nos empuja, nos da fuerza cuando estamos quedando sin combustible, nos levanta cuando estamos cayendo, nos seca las lágrimas y nos muestra la esperanza como estandarte.
Actualmente el mundo perdió el rumbo, la familia parecería haber perdido su misión, los seres humanos nos revestimos de corazas que enfrían el corazón y esconden el alma y es ahí donde debemos comprender que estamos en peligro…en peligro de creernos más que Dios y Él nos regaló la libertad, una libertad que en general se utilizó muy mal, para fabricar bombas, armas químicas, drogas que se están llevando a millares de jóvenes que deberían estar organizando un futuro brillante y solo apostaron al camino de la obscuridad. La libertad que Dios nos regaló es para mejorar todo lo que Él creó, completarlo, disfrutarlo en familia, con amigos y no en bandos enfrentados en donde ya sea por política, por el aborto, por la identidad de género y por cuantas cosas más nos hallamos en veredas separadas y con sentimientos que asustan…No aprendimos a respetar al otro que piensa y siente diferente, olvidamos como se trata a los padres aunque estén ancianos, como se dialoga con los hijos que ya no tienen ni dos, ni tres años, como se debe cuidar a los abuelos a los que debemos valorar por ser familia… Mis queridos lectores, que errados estamos transitando el camino de la vida, parecería que solo al llegar a la vejez nos asustamos y descubrimos que este fue un breve viaje, llamado vida y que la próxima estación solo dependerá de nuestra propia libertad para elegir. Dios fue tan sabio que tuvo la grandeza de dejarnos elegir.
Somos los destinatarios de su pasión voluntaria por amor, que no quedó allí, sino que venció a la muerte y mostró cual será nuestro destino si sabemos elegir. Habrá cruces, pero al final está él en la luz, aguardando con amor nuestras elecciones y decisiones. No esperemos tanto, ya que en cada cuaresma nos da la oportunidad de redimirnos e iniciar un camino de conversión y en cada Pascua nos muestra el premio de la resurrección
Nunca olvidemos lo que él dijo: estaré con ustedes hasta el final de los tiempos…soy el camino, la verdad y la vida…nadie llegará al padre, sino por mí…cuantos mensajes de esperanza y amor en un mundo con tanta destrucción, odio y rencores incomprensibles…
Que esta Pascua nos encuentre en proceso de conversión, unidos y con la firme decisión, de luchar juntos para reivindicar a la familia como centro fundamental de la sociedad, para construir un mundo en donde el amor triunfe e inunde a toda la humanidad.
Cada Pascua es una nueva oportunidad.
Feliz Pascua de resurrección a todos mis semejantes, con un afectuoso saludo.

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