Por Emilio J. Grande.- Este es mi cuarto artículo comentando la necesidad de un trabajo para que no digan otros visitantes lo que expresó un tucumano, consignado en la nota del 9 de febrero último: “Una ciudad tan linda con veredas tan feas”.
Visitar la ciudad, esas aceras causan mala impresión, más para los rafaelinos en general que diariamente las caminan, las que resultan permanente peligro para un porrazo con imprevisibles consecuencias para los sanos y con mayor riesgo para quienes se ayudan con bastón o muletas; y peor aún para esas madres que empujan cochecitos con sus bebés, las que generalmente optan por bajar a la calzada, lo que genera un potencial peligro para los automovilistas, motociclistas y ciclistas.
El tema de la veredas rotas, algunas en ese estado desde hace lustros y otras que llevan decenas de años en esa situación, provoca todo tipo de comentarios. Hay quienes piensan que los intendentes, cada uno a su turno, no toman la debida decisión porque es algo muy sensible para los bolsillos de los frentistas en vísperas de elecciones. No creemos que eso pase por la mente del actual titular del Ejecutivo, arquitecto Luis Castellano, porque estamos a más de un año para volver a las urnas.
Otros piensan que las autoridades municipales deberían proceder con cierto rigor e intimar primero y al no haber respuestas, hacer el trabajo y remitirle la factura a pagar al contado con descuento o sin este en varias cuotas mensuales a los dueños de los inmuebles.
Pregunto: para que a los frentistas con veredas en mal estado el arreglo les cueste mucho menos ¿no se podría realizar con personal tomado por la Municipalidad como hace para el mejoramiento del sector adoquinado?, práctica esta que además beneficiaría a decenas de desocupados.
Tampoco falta quienes piensan en voz alta en el sentido que para el tema veredas rotas se podría adicionar determinado valor a la Tasa Municipal para financiar el trabajo a cargo de obreros municipales, lo que beneficiaría a los frentistas en particular y a los peatones en general.
Son opiniones, son sugerencias, son comentarios. Lo concreto es que esta “ciudad tan linda con veredas tan feas” no debería seguir desmereciéndola más tiempo con este problema.
Para solucionarlo el Departamento Ejecutivo o el Concejo Municipal deberían competir para ver quién se ocupa primero del tema, restándole tanto tiempo que le dedican, sin solución, a lo de los jóvenes que lavan autos en la calle o al estacionamiento medido y dedicarse de una buena vez al pintado de sendas peatonales en pleno centro, algunas inexplicablemente postergadas, como es el caso de las cuatro esquinas de la plaza 25 de Mayo, especialmente la de Lavalle y San Martín.
Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 23 de agosto de 2016.