Los frutos de la Jornada Mundial de la Juventud en Polonia

Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela FM 90,9, que conduce Emilio Grande (h.).- Con una misa multitudinaria, ante dos millones y medio de personas el papa Francisco pidió a los jóvenes que el Evangelio sea el «navegador» de sus vidas y la oración el primer «chat» de cada día, clausurando en Cracovia la 31ª edición de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), cuya próxima cita será en 2019 en Panamá.
Los cinco días en Cracovia estuvieron marcados por sus pedidos contra la guerra, por los refugiados y su conmovedor recorrido en el campo de exterminio nazi de Auschwitz.
Bergoglio advirtió a los jóvenes de todo el mundo que la crueldad no se acabó en Auschwitz, que se sigue torturando en el mundo, pocas horas después de su histórica visita al campo de exterminio nazi en Polonia, que recorrió sin pronunciar una sola palabra.
Conmocionado, en silencio, Francisco cruzó la tristemente célebre puerta del campo de Auschwitz a pie, sobre la cual reza la inscripción en alemán Arbeit macht frei (El trabajo hace libre), con la que los nazis recibían a los deportados.
Al término de ese singular recorrido, de casi dos horas, durante el cual no pronunció discursos, se reunió con diez sobrevivientes de este campo de exterminio. Un gesto simbólico seguido de una oración en la celda subterránea donde murió el santo polaco Maximiliano Kolbe, franciscano, quien dio su vida para salvar a un padre de familia.
A la multitud de jóvenes congregados en el Campo de la Misericordia a las afueras de Cracovia, el Papa enfatizó a «no ser suplentes» en la vida y a no «vegetar» cómodamente en el «sofá», en un llamado a los católicos a construir un mundo más justo.
Entre los 6.000 argentinos que se calcula hubo en Polonia, unos 20 fueron de Rafaela, entre ellos el cura Jonatan Delfino, vicario de la parroquia San Rafael. Al respecto, el abogado rafaelino Pablo Possetto testimonió que «vivimos con un abuelo de 80 años que es viudo. Nos comunicamos con señas, pero su amabilidad nos sorprendió: nos cedió su cama y él duerme en un sillón… ¡Es un marciano!», según publicó la periodista Elisabetta Piqué en el diario La Nación.
Possetto viajó con su hija Faustina y su esposa Malena Bircher agregando esta última que «se ve el amor de los chicos a los abuelos. Es como dice Francisco: una sociedad no puede avanzar si no cuidamos los extremos, a los más pequeños y a los más ancianos».
En medio de tanta locura humana; de guerras sin sentido; de ataques de EI a distintas ciudades del mundo; de corrupciones a toda escala: local, nacional e internacional; de peleas familiares y laborales, de enfrentamientos callejeros por cualquier motivo… sigue emergiendo la sencilla pero profunda actuación del Papa argentino, que sigue evangelizando a los pueblos del mundo. ¿Somos capaces de discernir los signos de los tiempos?

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