Reflexionar sobre la soberanía en Malvinas

Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela (FM 90,9), que conduce Emilio Grande (h.).- Este sábado 2 de abril se cumple un nuevo aniversario en recordación del Día del Veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas de 1982, que llevó adelante de manera unilateral el trasnochado gobierno militar comandado por Leopoldo Galtieri.
Era el final de la dictadura militar que había hecho desastres en materia de derechos humanos, en la economía nacional, con inversiones faraónicas como la construcción de los estadios para el Mundial 78 y como manotazo de ahogado no tuvieron mejor idea que conquistar las islas Malvinas a través de la invasión y no por la vía diplomática.
Pero el enfrentamiento fue con Inglaterra, una de las potencias mundiales en flota mercante y contando como aliado al imperialismo de los Estados Unidos, de eso no hay que olvidarse para saber quién es cada uno en el concierto internacional.
Lo tragicómico fue que durante varios días la guerra la ganaba Argentina, según la información del gobierno militar, y de la noche a la mañana se rindieron las tropas argentinas el 15 de julio de ese año.
Quien puede negar que las Malvinas y demás archipiélagos deberían ser territorio argentino por presencia histórica desde el siglo XIX. En 1820 habían pasado a la soberanía argentina y en 1833 fueron ocupadas por las tropas británicas. A pesar de los constantes reclamos argentinos, continuó en calidad de colonia imperial. En 1981 la asamblea legislativa de las Malvinas votó a favor de la continuidad de la soberanía británica.
Varios gobiernos del Reino Unido se encargaron de dominar a las islas, designando un gobernador y generando una cultura inglesa en el lugar. Hay intereses geopolíticos con la instalación de una base militar para un eventual conflicto mundial y, al mismo tiempo, hay riquezas económicas especialmente por ser una zona pesquera de importancia regional.
La reforma de la Constitución de 1994 en Santa Fe, en la primera disposición transitoria proclama que la recuperación de las Malvinas y las islas del Atlántico Sur constituye un objetivo permanente “conforme a los principios del Derecho Internacional”. Entonces los reclamos se deben hacer por la vía diplomática y no llevándose al mundo por delante.
Como novedad, está el reciente fallo de una comisión de la ONU que reconoció la ampliación de la plataforma continental marítima; la decisión suma 1,7 millones de kilómetros cuadrados de superficie a la Argentina. Es un paso más en la ratificación de soberanía de las islas Malvinas con aval de las Naciones Unidas y futuros negocios petroleros en alta mar.
Además, hay que tener una política de reinserción social de los sobrevivientes porque les quedaron problemas psicológicos y no pocos se suicidaron. La recuperación de las Malvinas es un objetivo permanente. Se logrará si respetamos también a los malvinenses y a las opiniones diversas sobre este tema conflictivo.

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