Por María Herminia Grande.- Finalmente Santa Fe cerró su capítulo electoral. El ganador terminó perdiendo y el perdedor terminó ganando, y no estoy hablando de las consecutivas desprolijidades del sistema electoral santafesino; hablo de cómo finalmente la política se impuso a la impericia. Cuando las PASO pusieron en Aleta Rojo al Frente de socialistas y radicales; rápidamente la intendenta Fein abrazó a Pablo Javkin y su nutrida cantidad de votos. Y Miguel Lifschitz reubicó en primer plano los rostros de Binner y Bonfatti. No perdió tiempo en buscar en el centro norte el conocimiento y los votos esquivos y se puso el traje de ex intendente de Rosario y al mejor estilo PRO timbreo sobre la memoria y cariño de su gente.
Miguel del Sel fue abandonado a manos de inexpertos en el arte de “tragar sapos y escupir sonrisas”… ¡sabia definición de la política argentina de estos tiempos!. No se puede trabajar a estos niveles políticos sin un jefe político de campaña. También es necesaria la pericia de fiscales y de apoderados en el Tribunal Electoral.
Cuando el protagonista es alguien como Del Sel cuya sensibilidad y empatía con la gente está fuera de manual; se lo debe dejar elegir a su gente de acuerdo a lo que sienta. Buenos Aires (ignoro si en esto también estuvo la impericia política de Durán Barba) decidió contra la voluntad del candidato la conformación de su fórmula. Macri debería analizar sin su gurú, lo que Santa Fe le enseña.
A contrapelo del manual del buen político Perotti abandono el conteo del voto a voto entretenido ya, en la próxima oportunidad que le brindan las listas nacionales. Lifschitz ya navega sobre su próximo gabinete. Cachi Martinez fue abandonado por Sergio Massa probando una medicina que no le es ajena, y Miguel Del Sel deberá decidir desde el llano (recuerdo que renunció a su banca de diputado nacional, jugó sin red), si va a conducir lo que cosechó. Si esto es así, rápidamente tendrá que ponerse en marcha. ¡Por estos días la política tiene la memoria mucho más frágil que en otros tiempos!
El flamante gobernador me ha reconocido que en los próximos días convocará tanto a Perotti como a Del Sel con quienes especialmente debatirá e intentará encontrar coincidencias sobre el área más débil que tiene su actual gobierno: la inseguridad. También menciona que el lunes próximo a su asunción como gobernador en diciembre, convocará a los representantes institucionales de su provincia para debatir y acordar. Respetuosamente me permito sugerirle que el tiempo es hoy, y que debiese llegar a diciembre con el producido de esas reuniones.
Lifschitz quiso ser distinto pero no pudo. Como se señaló anteriormente debió abrazar a un sector de su partido con el que viene teniendo diferencias. Tendrá un comisario político en la cámara de diputados, con él deberá acordar sus políticas, de lo contrario lo padecerá. Ya habla de intentar una reforma constitucional. Si su idea es incluir la reelección, aunque suene apresurado, la incógnita en esto tiene apellido: Bonfatti. El otro aspecto no menor, es que sólo Mendoza y Santa Fe no tienen reelección en el cargo ejecutivo y esto realmente hace a la calidad institucional, deseo este ítem no se modifique.
Dos elementos de la política nacional. Scioli y Massa son personas enamoradas de sus respectivos métodos. En el caso de Scioli su sumisión al kirchnerismo. En el caso de Massa su priorización al acuerdo con intendentes antes que su mirada integral de un país que necesita de un presidente con mirada estratégica. A Massa no le fue bien en la reiteración de su método. Scioli, hasta hoy en lo personal, le viene dando resultado, la pregunta es ¿le servirá a los argentinos si llega a consagrarse presidente? Nunca como gobernador tuvo candidatos propios en las listas. Los rumores indican que de llegar a ser presidente de los argentinos sólo podría ubicar a su actual jefe de gabinete Alberto Pérez.
Macri no deja de equivocarse con sus acciones políticas. Así como decidió una fórmula absolutamente porteña para las presidenciales, también confeccionó en Santa Fe la lista de diputados nacionales sin expresión territorial. También Massa muestra desconocimiento en su armado. Hoy existe un grueso de argentinos atrapados por una gran desolación dado que sólo el cambio real lo expresa Jorge Altamira.
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