Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela (FM 90,9) que conduce Emilio Grande (h.).- A decir verdad, la selección nacional fue de menos a más en las distintas fases de la copa mundial finalizada hace unos días en Brasil y creo que muy pocos pensaban que íbamos a llegar tan lejos, nada menos que disputar otra final luego de 24 años con el mismo rival: Alemania.
El dato de la realidad es que en ambas ocasiones: Italia 1990 y Brasil 2014 salimos subcampeones y perdimos por el mismo resultado 0-1. Otra similitud fueron los malos arbitrajes en ambas finales: cuando el mexicano Edgardo Codesal marcó el punto penal en favor de Alemania cuando quedaban 5 minutos de partido. Veinticuatro años después, el italiano Nicola Rizzoli no sancionó una clara falta del arquero germano Manuel Neuer contra Gonzalo Higuaín adentro del área.
Ciertamente, un penal cambia la historia de un partido de fútbol, pero más allá de esta anécdota lo concreto es que el equipo nacional no acertó en las pocas opciones de gol que tuvo, por ejemplo Higuaín, Messi y Palacio.
Dicen que goles son amores y también se puede hacer un paralelismo cuando un joven quiere seducir a una chica, quien durante toda la noche le dice piropos, le paga algún trago, la invita a bailar, pero al final no concretó nada, se va a su casa con las manos vacías… estos fueron los sentimientos de los jugadores y de todos los argentinos porque las oportunidades estuvieron, pero no concretaron.
Hubo algunos puntos muy altos en el seccionado como Romero, Mascherano, Zabaleta, Demichelis, Garay, Rojo, Perez, Biglia, Lavezzi, Di María, entre otros, y como contracara muy bajos Gago, Palacio, Agüero, y algunas ráfagas de Messi e Higuaín.
En los comentarios en general se destacó el trabajo en equipo y la humildad del grupo humano, más allá que la mayoría gana millones de euros anuales. Respecto al entrenador Alejandro Sabella por ahí dudó en el armado del equipo con 5 defensores contra Bosnia, pero tampoco tenía mucho recambio cuando tuvo algunos lesionados.
Lo que no es muy reprochable fue no convocar a Tévez, quien fue campeón y goleador de la Juventus en el calcio italiano, similar a lo que ocurrió en otros mundiales con Zanetti o Ramón Díaz.
Finalmente, lo terrible fue la acción depredatoria de algunos argentinos luego de la final, especialmente en Buenos Aires, quienes destrozaron lo que encontraron en el camino, de los casi 80 detenidos a las pocas horas la mayoría quedó en libertad, con lo cual en el futuro pueden reincidir en las cuestionadas acciones sociales, pero el funcionario nacional Berni dijo que el operativo fue impecable…