En la mañana de este viernes fue presentado el libro “En el taller del alfarero” de Holger Zenklussen y Ángela Gudiño en el auditorio del Hotel Parra y Suites, organizado por ACDE Rafaela como cierre del año, en el marco del Jubileo 2025 “peregrinos de la esperanza” y de la hermandad misionera.
Estuvieron presentes el obispo diocesano Pedro Torres, el diputado provincial Juan Argañaraz, el gerente del Banco Nación sucursal Rafaela Cristian Romero, el párroco de Sagrado Corazón Alejandro Sola (también es asesor de ACDE Rafaela), los dirigentes de ACDE Rafaela Oscar Parra, Daniel Cravero y Raúl Arduino, invitados especiales, entre otros.
La apertura del encuentro estuvo a cargo de Javier Di Biase (presidente de ACDE Rafaela) y seguidamente hizo una breve presentación Emilio Grande (h.), quien colaboró en la redacción del libro. Se trata de una búsqueda complementaria desde lo académico por parte de Zenklussen (primera graduación en la UCA y autor también de “El taller de Nazaret”, 1976, traducido a varias lenguas) y desde lo laboral (en el Municipio), sindical (integrante de la comisión directiva del SEOM) y vecinal (primera presidente del barrio San José) con el aporte de Gudiño.
¿Por qué en el libro le dan tanta importancia al barro? ¿Por qué insisten tanto en el concepto de vitalidad creativa? ¿Se puede hablar de vitalidad organizacional? ¿Qué diferencia esencial existe entre amor y amor creativo? ¿Se pueden descubrir en términos de desarrollo humano en la vida de las empresas la productividad, la excelencia, la alegría?
Durante gran parte del taller fue monopolizado por Zenklussen con su verborragia característica para cautivar a los presentes, graficando que cada uno somos una vasija con la parte exterior y el contenido, que sufre varios golpes a lo largo de la vida, hay que restaurarla y reconfigurarla con la gracia de Dios. Describió 8 componentes que interactúan en la vasija: lo físico, lo emocional, el conocimiento, el trabajo, la economía, lo social, los valores/antivalores y las ideas.
También destacó la importancia de la vitalidad creativa a través de la fuerza amorosa de Jesús para tener seguridad y libertad porque no le tenemos miedo a la muerte, agregando Gudiño que la muerte es una dormición con la resurrección a la vida eterna. La persona muere cuando nos olvidamos de ella.
Zenklussen también desarrolló los conceptos de barro, agua, fuego, gracia, molde, transfiguración, figura, que operan en cada una de las vasijas que somos, siendo misioneros quienes estamos atrincherados en las llagas de Jesús.
Torres aprovechó para aportar sobre los valores de dar y recibir a ejemplo del fuego del Dios trinitario: Padre, Hijo y Espíritu Santo, citando al profeta Jeremías (18, 2-4), quien utiliza la imagen del Alfarero (Dios), agregado Sola que la seguridad y la libertad son los vínculos de la relacionalidad como fuente de vida.
En varios momentos del encuentro fluyó la figura de Enrique Shaw, fundador de ACDE en 1952. Zenklussen se consideró discípulo del empresario argentino (fue director delegado en Cristalerías Rigolleau SA), laico fiel y padre de familia numerosa, quien se encuentra a un paso de ser proclamado beato por la Iglesia Católica.
Desde la editorial Autores de Argentina de Buenos Aires, este libro propone una travesía interior desde nuestra fragilidad (el barro) hacia la plenitud de la gracia que nos transforma en vasijas vivas del amor creativo. Con un lenguaje cercano y rico en imágenes (barro, agua, fuego, moldes y figura), los autores iluminan, a la luz del evangelio y la tradición, un método sencillo para reconfigurar la vida: vaciar lo que no sirve, dejarse trabajar por el Espíritu y perseverar en comunidad. La obra invita a integrar oración, acción y misión hasta abrazar el cuerpo místico y convertirse en “misioneros de la esperanza y la eternidad”. Puede servir para retiros, grupos y lectores que anhelan una fe encarnada, luminosa y perseverante.
