En la basílica de Santa Rosa de Lima, ubicada en el barrio porteño de Balvanera, el 28 de noviembre pasado se presentó el libro “Mensajes y homilías de monseñor Vicente Faustino Zazpe”, editado por la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), a cargo del presbítero Jorge Montini (párroco en San Jerónimo Norte) y de Gustavo Tibaldo de la Asociación de Fieles Monseñor Zazpe de la arquidiócesis de Santa Fe de la Veracruz, siendo moderada por José Ignacio López.
Se trata del primer volumen del Tomo III Vol 1. de1969 a 1979. Fue para honrar la memoria de un profeta del evangelio en tiempos difíciles de la Argentina y, al mismo tiempo, para promover el comienzo de su causa de santificación.

En la oportunidad, se leyeron dos mensajes de obispos eméritos. Por un lado, el cardenal Luis Villalba (fue párroco más de 12 años en Santa Rosa de Lima) desde la ciudad de San Miguel de Tucumán testimonió que “yo me confesaba con Zazpe. Él me presentó al seminario y predicó en mi primera misa. Zazpe fue un verdadero pastor. Debemos recuperar todo lo que dijo y escribió. Agradezcamos a Dios que nos haya regalado a monseñor Zazpe”.
El restante texto fue del obispo emérito de Rafaela Luis Fernández (actualmente en el Gran Buenos Aires): “agradecido a Dios por la vida de monseñor Zazpe. Hombre fuerte de Dios, con pasión por la verdad, que no la calló nunca y sus silencios profundos ayudaban a esclarecer tiempos nuevos de esperanza. Su personalidad ayudaba a la juventud y a la Iglesia a abrirse a los tiempos nuevos que trajo el Concilio Vaticano II (1962-65). Las bienaventuranzas de Zazpe abrieron caminos de compromiso y fidelidad a la Iglesia, al país y al mundo. Puso los fundamentos en su primera Diócesis. Rafaela lo agradece de corazón”.
Zazpe fue ordenado sacerdote en 1948 en Buenos Aires, donde había nacido en 1920, inició su tarea pastoral arquidiocesana desde la parroquia Santa Rosa de Lima, donde trabajó durante una década.
En 1959 pasó a estar a cargo de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes en Belgrano y después fue párroco de Luján Porteño en Flores. En 1961 el papa Juan XXIII lo designó primer obispo de la nueva diócesis de Rafaela. Zazpe participó de todas las sesiones del Concilio Vaticano II en Roma y de las asambleas de los obispos en Medellín (Colombia) y Puebla (México). En 1968, el papa Pablo VI lo nombró obispo coadjutor de la arquidiócesis de Santa Fe y sucedió al arzobispo Nicolás Fasolino en 1969 hasta su muerte el 24 de enero de 1984. Fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina en varios períodos.
Al cumplirse 25 años de su fallecimiento, el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio dijo de él que se había aferrado al evangelio de las bienaventuranzas.
«Cuando muchos miedosos que buscaban contemporizar callaban, él habló. Y cuando esos mismos, pasado el peligro se animaron a hablar, él calló: ¡profeta! Y nunca habló desde la política, nunca desde la coyuntura social sino desde el evangelio iluminando la situación social, iluminando la injusticia que se vivía en cualquier tipo de mesianismo. Zazpe era así: un trabajador del Reino, un operario del Reino».







