Por Emilio J. Grande.- En la edición de este Diario del domingo 16 de este mes en página 15 se publicó una nota referida al tan reclamado Centro de Radioterapia, en la que da testimonio la concejal y popular vecina Chany Fontanetto. Se trata de un escrito para leer, releer y guardar.
Su contenido es tan impactante con poder para conmover hasta el corazón más duro e insensible. Justamente se tiene la esperanza que haga reflexionar y decidir a quienes por su responsabilidad oficial depende que se analice y resuelva la instalación del Centro de Radioterapia: el gobernador Antonio Bonfatti, el intendente municipal Luis Castellano, el diputado nacional Omar Perotti, los diputados provinciales Roberto Mirabella y Rosario Cristiani, el senador provincial Alcides Calvo y cuantos directa o indirectamente tienen a su alcance aportar en pro de tal logro.
De lo que se trata es una aspiración que se alienta desde hace unos 20 años a la que La Opinión siempre brindó generoso espacio ocupado este entre otros por la inteligente campaña de la señora Olga Lezcano de Guazzini, propuesta que ha tenido distintos tiempos de intensidad, y que recientemente ha vuelto a la escena pública cuando en el Concejo Municipal el doctor Silvio Bonafede, integrante de ese cuerpo, planteó el interrogante de “¿por qué no el tratamiento de radioterapia en Rafaela?”.
La respuesta harto conocida debe recordarse: en víspera de concluir su mandato el hace poco fallecido Jorge Obeid había dejado listo el llamado a licitación para tal centro de salud, que increíblemente se malogró cuando lo dio de baja quien tomó la posta de gobernador de Santa Fe, el doctor Hermes Binner, nacido en Rafaela.
En las declaraciones vertidas en la citada nota de la edición de este Diario, la concejal Fontanetto no toca de oído, por el contrario, con claridad meridiana describe el vía crucis que los enfermos de cáncer, como ella, debió afrontar durante muchos años, con la cita de traslados a centros de recuperación de otras ciudades porque no cuenta Rafaela, más gastos, pérdidas de tiempo, consecuencia desagradable del tratamiento, todo lo cual sumado a la angustia e incertidumbre de un permanente e íntimo interrogante: “¿…me sanaré?”.
Cobra más relieve para concretar lo que nos ocupa de la ex conductora de televisión en el que se sienten esperanzadas decenas de personas de todas las edades que padecen esa enfermedad cuando funcionarios mencionados con poder de decisión han logrado con su gestión ante el gobierno nacional muchos millones de pesos para financiar distintas obras, entre estas, repavimentación del autódromo local y la construcción del edificio para la Escuela de Música.
¿Son estas más importantes que un Centro de Radioterapia? El costo de este y otras circunstancias que se esgrimen son argumentos en su contra que carecen de peso, cuando las posiciones políticas no deberían interferir para la postergación en tantos años de una obra para atender y mejorar la salud. Dios no lo permita, ¿pero acaso pensarían y obrarían distinto los aludidos funcionarios si algún familiar contrajera tal enfermedad?
Para terminar reproducimos textualmente un párrafo de la entrevista referida. Dice Fontanetto: “tenemos que hacer todo lo posible para lograr el Centro de Radioterapia. No tenemos que darnos por vencidos en esta lucha ciudadana. Ya una vez se dejó caer el proyecto y dolió mucho, por eso ahora hay que seguir insistiendo, sobre todo porque cada vez hay más enfermos, más personas que necesitan esa especial aparatología”.
Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 19 de marzo de 2014.