La FEV volvió a pedir fondos para los salones en el presupuesto 2026

Rafael Barreiro, titular de la Federación de Entidades Vecinales, solicitó en el Concejo partidas presupuestarias para las sedes vecinales entre gastos fijos de funcionamiento, mantenimiento durante el año y mejoras estructurales, como fue planteado en 2024. Soraya Álvarez, presidenta del 9 de Julio, se diferenció de la conducción de la FEV.

Por Emilio Grande (h.).- Este martes por la mañana tres presidentes vecinales de la ciudad concurrieron al Concejo Municipal para mantener un encuentro con los concejales. La reunión surgió a raíz de la presentación de una nota de la Federación de Entidades Vecinales (FEV) para solicitar una mesa de diálogo para exponer sus propuestas sobre el presupuesto 2026.

Estuvieron presentes en la sala de sesiones Rafael Barreiro, presidente del barrio Belgrano y de la FEV; Soraya Álvarez, presidenta del 9 de Julio; y Miguel Crispín, máximo referente de Los Álamos del Aeroclub.

El representante de la entidad, que nuclea a todas las vecinales, presentó un proyecto para incluir partidas para las sedes divididas en gastos fijos, mantenimientos menores y obras estructurales.

“Hicimos una gestión en el Ejecutivo y no tuvimos respuesta; seguimos con el Concejo porque es el órgano de contralor de todas las actividades del Ejecutivo y va a votar el presupuesto en diciembre. Manifestamos nuestras inquietudes y adelantamos nuestra propuesta para el presupuesto 2026. Como en 2024, insistimos en un cambio de paradigma, más allá de los números, como política de Estado que los gobiernos respeten con un mejoramiento institucional de las vecinales y una consideración de partidas presupuestarias específicas, solamente para los salones vecinales destinadas a los gastos fijos del funcionamiento, el mantenimiento durante el año y las mejoras estructurales, sin olvidar que hay varias vecinales no tienen salones y deben ser consideradas para la construcción de los mismos. Los números están en la UCM y oscilan menos del 0,2% del presupuesto municipal”, destacó Barreiro en una improvisada conferencia de prensa, luego del encuentro.

Durante la reunión, hubo algunos cruces con la concejal Alejandra Sagardoy: “el vecinalismo tiene que plantear las necesidades de los vecinos, colaborar con el Gobierno y hablar de las cosas que pasan, pero el poder interpreta que es una crítica desmedida u oposición en términos políticos. Fue una discusión interesante con Alejandra en particular o con el que sea porque es necesario ir deslindando estas confusiones que no permiten ver el fondo importante”.

Por su parte, Álvarez opinó la relación con la FEV: “no hay comunicación, no nos interesa, nos manejamos por otra vía y golpeamos las puertas correctas. Estamos trabajando para el gobierno de turno, las cuadrillas fueron ayer a la Vecinal por el techo, tenemos los materiales, pero no podemos hacerlo por la falta de mano de obra. En 17 vecinales hicieron mantenimiento, tenemos respuesta de lo que nos sucede y cada vecinalista reclama lo suyo. Rafael habla de federación, representando a las 41 y no es así porque la mayoría no va a las reuniones, no se siente identificado y no hay conexión. Entre las vecinales nos ayudamos un montón, se hacen puntos de encuentro de vecinales en un punto específico de los barrios, recolectamos dinero y compramos la pintura. Hacemos algo beneficioso, se olvidan del vecino y somos un referente vecinal”.

Sobre la reunión del Concejo, la presidenta del barrio juliense dijo que “venía percibiendo que iba a ver discrepancias con diferentes opiniones. En marzo se termina la gestión y se arma otra federación”.

Finalmente, Barreiro expresó que “nos vamos conforme porque el Concejo tiene conducta institucional, contesta las inquietudes, nos escucha y evalúa la situación. Está muy bien que se vean las diferencias. Una alternativa es el análisis y manejo institucional de la vida colectiva y otra es la decisión individual de un dirigente que resuelve lo que le parece bien o mal y decide no participar de la vida institucional. Todos los gobiernos hacen clientelismo político con el vecinalismo, hay muchas deficiencias en las vecinales que podrían ser mejoradas y lo que se está haciendo está bien, pero lo que se pide es un ordenamiento previsible que las aleje de la decisión particular del funcionario de turno sobre lo que se arregla o no, pero no es consensuado y no es ecuánime para todos. Se hicieron trabajos en 17 vecinales, pero hace un año propusimos trabajar en 36 vecinales con arreglos estructurales y se hizo la mitad. Hay una manera mejor y más ordenada de hacer las cosas”.

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