Claves para entender el desarrollo nórdico y escandinavo (o el subdesarrollo argentino)

En esta segunda parte del artículo, el autor continúa con el desarrollo de los argumentos que buscan llamar la atención sobre algunos aspectos que ayuden a comprender la incidencia de factores que adunaron al progreso de aquellas tierras.

Por Rodolfo Zehnder.-

8. Cumplimiento de las normas

No son países “al margen de la ley”, o cultores de la “anomia boba”, como denunciara nuestro filósofo Carlos Nino, con referencia a Argentina. Escandinavia y los países nórdicos observan un estricto cumplimiento de la legislación vigente; que, en todo caso, se ocupan periódicamente (aunque no a menudo) de revisar si no responde a las expectativas sociales. A pocos se les ocurre violar o evadir las normas: el que lo hace es objeto de la condena social, además de la judicial.

9. Cultura cívica

Con vectores como el orden y la disciplina, a nadie -o a muy pocos- se le ocurriría: mentir, evadir el cumplimiento de las normas (de tránsito, tributarias, etc.); violar la palabra empeñada; convertirse en elemento disruptivo (“sacar los pies del plato”); transgredir un orden y estado de cosas que se reputa generalmente justo. Abunda la practicidad en la resolución de problemas, sin tanta “cháchara” estéril.

10. Alta carga tributaria

En un rango entre 35 al 62% de los ingresos (más paga quien más gana; se garantiza la progresividad); la evasión es escasa, y muy mal vista. Hace poco se realizó un referéndum en Dinamarca, consultando a la población si estaba de acuerdo en rebajar los impuestos: la mayoría dijo que no, porque estaba convencida de que el Estado devuelve lo que recauda en obras, servicios públicos, educación y salud. Está claro que el pago de impuestos es una condición sine qua non para que funcione el Estado de Bienestar, al punto que se desarrollan políticas para incentivar que las parejas tengan hijos: serán los futuros contribuyentes que garantizarán la vigencia del modelo.

11. Escasa población

Si bien la cantidad de habitantes es un factor cuantitativo que suele otorgar poder (es paradigmático el caso de China y de la India), en este caso la vigencia del Estado de Bienestar se ve favorecida por el escaso número de habitantes: todos rondan entre los 5,5 a 6 millones, salvo Suecia (10,5) e Islandia (no llega a 400.000).

12. Pirámide salarial achatada: equidad social

Existe escasa diferencia entre el que más gana y el que menos gana.

Juan Pablo II supo decir que la bondad de un sistema económico-social se mide por la forma en que es retribuido el trabajo humano. En estos países, son muy pocos los ricos, y casi no existe la pobreza: todos pertenecen a una clase media, con leves variaciones de nivel. Esta equidad es un factor determinante del escaso grado de conflictividad social. Si bien el costo de vida es elevado, los salarios son altos y existe capacidad de ahorro en la mayoría de la población.

13. Bajo índice de criminalidad

El valor de la seguridad está plenamente alcanzado. El número de delitos ha ido decreciendo y está muy por debajo de los otros países europeos, ni hablar de Estados Unidos y América en general (salvo Canadá).

Los datos son elocuentes: número de homicidios: Dinamarca (en 2023): 50. Tasa cada 100.000 habitantes: 0,87. Noruega: 35 (en 2023); tasa: 0,54. Suecia: 92 (en 2024); tasa: 0,87. Finlandia (en 2023): 57; tasa: 0,98. Islandia: 5 (en 2023); tasa: 1,29. Mientras tanto, en la provincia de Santa Fe tuvimos 398 homicidios en 2023 y 176 en 2024, con una tasa de 4,83; y en Argentina 1.810 homicidios, con una tasa de 3,8. Como se ve, valores e índices escandalosamente superiores a los de Escandinavia y países nórdicos.

En estos países se han cerrado cárceles en los últimos años, por falta de presos. Dinamarca tiene alojados 4.000 detenidos, lo que da una tasa de encarcelamiento de 68 cada 100.000 habitantes; Noruega 2.700, con una tasa de 50; Suecia 6.400, con una tasa de 61; Finlandia 2.700, con una tasa de 49; e Islandia 150, con una tasa de 40. En Argentina, la tasa de encarcelamiento es de 230: otra vez, muy superior a aquellos países (el récord en este punto lo experimenta Estados Unidos, con la escalofriante tasa de 531, la mayor población carcelaria del mundo).

14. Abundantes recursos naturales

En particular petróleo, gas natural, bosques, energía hidroeléctrica y minerales en Noruega; mineral de hierro, bosques y energía hidroeléctrica en Suecia; tierra cultivable y energía eólica en Dinamarca; bosques, agua dulce, minerales y energía hidroeléctrica en Finlandia; energía geotérmica en Islandia; pesca, madera, agua dulce y turismo en todos. Pero fuerte incidencia del avance tecnológico y computación, en especial en Finlandia y Suecia, así como de la industria pesada.

15. Fondo petrolero soberano en Noruega

Noruega era un país pobre hasta que en 1969/70 se descubrió un enorme yacimiento de petróleo y gas natural cercano a sus costas sobre el Mar del Norte, y a partir de allí comenzó a generar ingentes recursos económicos (con monopolio estatal, dicho sea de paso). Lo destacable es la decisión de, con las enormes ganancias, crear un Fondo Soberano (tal el nombre), manejado por el Estado, que ahorra, invierte y nadie osa tocar (ni el oficialismo ni la oposición). Por la pandemia del Covid, se afectó el 1,8% de este Fondo para la atención médica y abonar más de un 60% de los salarios. Los movimientos de este Fondo son públicos, absolutamente transparentes.

16. Política ambiental común

No hay contaminación: ni ambiental (eficaz tratamiento de residuos y eficacia de medidas que evitan la contaminación del aire y las aguas, con profusión de autos eléctricos); ni sonora (es impresionante el silencio que reina en las ciudades), ni visual (escasa cartelería y letreros de publicidad). Muy modernos y eficientes sistemas de tratamiento de residuos.

En conclusión: calidad de vida, alto índice de desarrollo humano: educación para todos, salud para todos, sistema previsional justo, atención a los adultos mayores, capacidad de ahorro, gran apertura y respeto hacia la naturaleza; certeza sobre el futuro, control (cuando no monopolio estatal) sobre el consumo de alcohol (salvo en Finlandia, se puede adquirir sólo en locales especialmente habilitados al efecto, en días y horas y en cantidades también dispuestas por el gobierno).

Tengo claro que, como no hay paraíso en la tierra (aunque Marx lo prometía), hay falencias, muchas veces relacionadas con el clima inhóspito, largos inviernos, la ausencia de luz solar, la tendencia al aislamiento, la carencia de espíritu religioso (las iglesias han devenido a ser, mayormente, museos sostenidos por el Estado), el secularismo, el bajo índice de natalidad, la necesidad creciente de inmigrantes (que conlleva el problema de su integración). O carencias derivadas de un espíritu distinto a los latinos: más retraídos e introvertidos, tendencia a la introspección, dificultad en generar muchas amistades.

Bienvenidos al caos

Parafraseando el epígrafe de muchas obras ficcionales elaboradas a partir de casos reales, diremos que “Cualquier similitud con la realidad argentina, es pura coincidencia”. Saque el lector sus propias conclusiones. Después de todo, o a pesar de todo, como diría Marcos Aguinis hay un “atroz encanto” en ser argentinos.

El autor es abogado; doctor en Ciencias Jurídicas; docente universitario de las cátedras Filosofía del Derecho y de Derecho Internacional Público y de Derechos Humanos; miembro de la Asociación Argentina de Derecho Internacional (AADI) y del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Fuente: https://diariolaopinion.com.ar/

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