Barbijos intervenidos: el objeto en el arte contemporáneo

Se trata de una nueva propuesta expositiva en la Sala Luis Remonda del Centro Ciudad de Rafaela, que se habilita el 9 de octubre a las 19:30. “La pandemia que afectó a la humanidad a principios de esta década provocó diversas realidades y circunstancias en cada uno”, destaca Norma Giampieri Bogero.

El jueves 9 de octubre, a las 19:30 horas, quedará inaugurada una muestra de barbijos que realizará Norma Giampieri Bogero en épocas de aislamiento por la pandemia que afectó a la humanidad hace 5 años.

Más allá del dramatismo del hecho que simbolizan estos barbijos son un ejemplo de la fuerza creativa del ser humano, esa que le permite emerger de la tragedia.

La muestra quedará habilitada hasta el 7 de noviembre y podrá ser visitada de lunes a viernes de 15:30 a 18:00.

Textos que acompañan la muestra

La pandemia que afectó a la humanidad a principios de esta década provocó diversas realidades y circunstancias en cada uno de nosotros, afectándonos con distintos grados de dramatismo.

En mi caso particular el aislamiento me llevó a generar formas de ocupar ese tiempo, que parecía no transcurrir. Ocuparme en la huerta, en generar nuevas recetas de cocina. Respondiendo a mi profesión de docente en actividades prácticas telas, agujas e hilos pronto estuvieron presentes entre mis recursos para hacer más llevadero ese encierro no deseado.

Con el estímulo de los dibujos que me enviaban mis nietas como contacto cariñoso -que nos era negado en forma personal- comencé a pensar en generar alegría y belleza en un objeto, que estábamos obligados a usar, como medio de protección contra el fantasma del contagio.

Surgen así los barbijos intervenidos, la mayoría regalados a familiares y amigos como demostración de mi incondicional amor hacia ellos. Como medio de devolver una pequeña alegría al dramatismo del momento.

Algunos de ellos se exhiben aquí como ejemplo del efecto sanador que lo manual, unido a la creatividad que todos poseemos, nos permite suavizar emocionalmente crisis que afectan nuestra cotidianeidad, más allá de nuestra voluntad.

Los recursos que nos brindan las diversas técnicas en las artes visuales y en las manualidades son inagotables si los ponemos a disposición de nuestra imaginación. La esperanza fomenta la paciencia, nos permite soportar las dificultades y mantenernos firmes ante los desafíos. Actúa como un ancla, brindando seguridad y firmeza en medio de las pruebas e incertidumbres de la vida.

En lo personal, esperanza y creatividad fueron las fuerzas que me permitieron transitar por ese período extremadamente dramático del que, increíblemente, se cumplen 5 años.

Para muchos fueron irrecuperables pérdidas de seres amados, amigos, colegas. Para quienes transitamos por más años de los que quedan por delante, la pandemia nos arrebató algunos de los pocos que nos quedan.

A todos, en medidas que no pueden ser comparadas con ningún parámetro que los acerque a las pérdidas humanas, nos ha afectado en nuestras relaciones sociales, creándonos desconfianzas que no formaban parte de nuestra cultura.

Reproducir los paisajes que me enviaban Alfonsina y Guadalupe, pájaros, animales, casas, personas, flores, árboles. Imaginar los “grandes temas” que me planteaban para nuevos barbijos -el sistema solar, el universo- me colmaron, en la tristeza, de paz y una cierta alegría creativa. Luego surgieron los “pedidos” de sus amigas y los temas infantiles fueron aflorando espontáneamente.

Para la confección de los “tapabocas” utilicé telas con diferentes texturas, lisas y estampadas. Diversas técnicas, materiales y herramientas me permitieron intervenir los soportes con las ideas que afloraban espontáneamente, de acuerdo con los cambiantes estados de ánimo de aquellos días tan especiales.

Materiales y herramientas olvidados en un cajón fueron quienes me permitieron traducir, en un lenguaje sin palabras, los sentimientos que afloraban desde mi interior.

Hilos, agujas, tijeras, cuchillas, abalorios (mostacillas, canutillos, lentejuelas), hojas naturales, pinceles, esténciles, chablones, fueron recursos para transitar ese oscuro período de nuestras vidas.

Objetos cotidianos

Los objetos cotidianos intervenidos como arte son aquellos elementos de la vida diaria (botellas, muebles, utensilios, ropa, barbijos, electrodomésticos, etc.) que los artistas transforman con el objetivo de resignificarlos, convirtiéndolos en medios de expresión, reflexión y crítica cultural.

Tienen su origen en las vanguardias europeas de las primeras décadas del siglo XX. Surgen como respuesta a la profunda crisis política, social y cultural provocadas por la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. Estos movimientos visuales y literarios compartieron el deseo radical de romper con las tradiciones establecidas experimentando con nuevas formas estéticas y valores. Cuestionaron los límites impuestos tradicionalmente que imponían una barrera infranqueable entre lo que se consideraba arte y lo que no lo era. Afirmaron la libertad artística, dando lugar a movimientos liderados por el dadaísmo y el surrealismo. Fauvismo, cubismo, futurismo son otras de las corrientes que revolucionaron históricamente el arte.

En la segunda mitad del siglo XX los artistas redefinen las vanguardias otorgándoles características propias. En los 60 se rompieron los límites entre arte y vida. En los 70 se sumó la reflexión política, social y científica. Desde los 90 en adelante el llamado arte contemporáneo adquiere características relacionadas con lo irónico, lo conceptual, siendo determinante la incorporación de las nuevas tecnologías. En nuestro país, Marta Minujín, León Ferrari, Luis Benedit, Víctor Grippo, Nicolás García Uriburu, Marcos López, Marcelo Pombo son algunos de los artistas representativos de los movimientos de vanguardia en Argentina.

Archivos
Páginas
Scroll al inicio