Por Emilio Grande (h.).- Enorme consternación había producido en nuestra ciudad el fallecimiento del reverendo padre español Dimas Mateos, ocurrido el 18 de agosto de 1935. Hacía 34 años que tenía a su cargo la parroquia San Rafael (había asumido el 4 de agosto de 1901), que en esa época dependía de la arquidiócesis de Santa Fe.
Momentos después de producido el deceso, la casa parroquial se vio asestada de público que fue a testificar su simpatía y veneración por el destacado sacerdote.
“Durante 34 años ininterrumpidos había sabido hacer el bien, siempre el holocausto a su credo, a su fe y a los intereses de Rafaela, que lo habían contado entre sus más prominentes hombres”, destacó diario La Opinión en su edición del 19 de agosto de 1935.
Estuvieron presentes en las exequias el arzobispo de Santa Fe Nicolás Fasolino; Angel Rodríguez (vicario general); los presbíteros Guillermo Borgogioni, Venancio Cruz, Pedro Torres, Marcos Tacca, Celestino Ferrero, Santiago Grenón, Antonio Ellena, Tito Artesella, Victorino Bayo, Adolfo Lucetto, Arsemio Hipólito, Ruiz Badanelli, Benito y Edmundo Rodríguez, Antonio Llionz, Celestino Pusetto, Antonio Zenere, Juan Berizzo, Prudencio Fuigeiras, Guillermo Sklorz, Emiliano Cerdán, Domingo Massolo, Enrique Príncipe, Ignacio Liarte, Antonio Fratin, Pedro Torres y Manuel González.
En forma ininterrumpida se oficiaron misas y plegarias por el sufragio del alma del extinto. Durante el velatorio se hicieron guardia de honor las cuatro ramas de la Acción Católica, desde el momento en que el féretro fue colocado en el templo hasta el momento de darle sepultura.
Presidido por el arzobispo Fasolino, se ofició el solemne funeral para rogar por el alma del extinto y el responso final. Al compás de la marcha fúnebre de Chopin se dio sepultura a los restos mortales en el lugar preparado en el templo parroquial (ubicado detrás del altar principal), que él mismo hiciera construir con la colaboración de los feligreses.

“Dios lo ha querido para El, bendito sean sus designios. Pero señores, para nosotros no ha muerto, para los cristianos la muerte no es la nada, es la vida con Dios, principio y fundamento de nuestro ser, resignación en el dolor, paciencia en las tribulaciones, sonrisa ante el sarcasmo, perdón en el ultraje”, expresó el presbítero Marcos Tacca.
En reemplazo de Dimas Mateos, el 1 de setiembre de 1935 asumió como cura párroco de San Rafael el presbítero Emiliano Cerdán.
Nuevo templo
Dimas Mateos nació en Almeida, Zamora (Castilla y León), España, el 12 de abril de 1866 y llegó a la ciudad de Santa Fe en 1891, ordenándose sacerdote el 21 de septiembre de ese año. Fue vicario de Santo Tomé, en 1893 párroco de María Juana, luego de El Trébol y Susana.
Llegó a Rafaela en 1901. En 1902 fundó un colegio católico para varones y lo denominó Instituto Ítalo Argentino y Colegio Católico, que estaba ubicado en la esquina de Rivadavia y Viamonte.
Durante su pastoreo en el entonces pueblo, se llevaron a cabo las obras para construir el nuevo templo en reemplazo del primero, inaugurado en 1887, debido a que presentaba serios problemas edilicios y en 1903 fue clausurado por la Comisión de Fomento debido a los problemas de higiene y seguridad en la construcción.
Por este motivo, el 24 de octubre de 1908 se colocó la piedra fundamental y en 1912 se inició la construcción de la nueva iglesia, que se terminó en 1932. Dimas Mateo fue el mentor y visionario, dirigiendo la obra personalmente en cada detalle y la colaboración económica de numerosas familias.
«La Catedral de Rafaela, tanto en su composición como en los materiales empleados, es ecléctica, aunque con cierto predominio del arte románico. Las formas ornamentales preferidas fueron las geométricas, zoomorfas y fitomorfas. Esta última se aplica especialmente en los capiteles de los pilares de la Catedral. La planta de nuestra Catedral está organizada en forma de cruz latina con tres naves longitudinales cruzadas por un transepto y articuladas en el crucero», opinó técnicamente el arquitecto Jorge Garrappa, en su investigación realizada sobre el templo mayor de la diócesis de Rafaela.
Finalmente, una calle de la ciudad lleva el nombre de Dimas Mateos en el barrio Mosconi, que se inicia en avenida Aristóbulo del Valle y se extiende hasta el barrio Pizzurno.
Fuentes: La Opinión y El Norte, 1935, en la Biblioteca Nacional; La Opinión, revistas; Mendoza de Rubiolo, María Graciela, “Rafaela y sus calles”, 1997; Garrappa, Jorge, investigación sobre la parroquia San Rafael, 1999; Museo Histórico Municipal de Rafaela; copiador de notas de la Comisión de Fomento de Rafaela en el AHMR.