Alcides Castagno fue visionario, creador y vanguardista

Se fue uno de los personajes más notables de la cultura rafaelina en todas sus expresiones en los últimos sesenta años. Inventó la televisión nuestra, fue escritor, periodista y destacado en todos los géneros en que incursionó.

Por Edgardo Peretti.- Mayo lo vio llegar y otro mayo lo vio partir.

Siempre es duro para un periodista escribir sobre el viaje de un amigo, solía enunciar con su voz pesada don Antonio Terragni.

Por eso estoy dispuesto a limitar los elogios, aún a riesgo de ser miserable en los mismos. Estoy convencido que en nada afectará la memoria de un tipo que fue un vanguardista notable y destacado en todos los caminos que transitó en sus ocho décadas en este plano.

Libretista de radio, inventor de la televisión nuestra, lector, innovador en todos los escenarios. Revolucionó la radio de los setenta, cambió el paradigma comunicacional en los ochenta con la TV y siempre estuvo un paso adelante en materia de creatividad publicitaria.

Y además fue escritor y miembro fundador de ERA (Escritores Rafaelinos Agrupados) ¿Algo más? Mucho. Pero seguir en este sendero de elogios no le gustaría; Alcides era lo que él quería ser: un espíritu libre que volaba con soltura y dignidad en el mundo del materialismo y de los egos esos que tienen los artistas en todas sus versiones.

Alguna vez, con Víctor Hugo Fux y Luis Garetto, nos invitó a subirnos a la barca novedosa de la televisión, del cable, de lo nuevo; siempre nosotros adelante, aprendiendo de un tipo que sabía formar y comunicar. Siempre se lo agradecimos; siempre se lo agradeceremos. Para nosotros el Maestro (así, con mayúscula) no ha partido. Digamos que se tomó un descanso para seguir creando, para adelantarse un nuevo paso en eso que manejaba tan bien: el talento creativo y una ironía de alto vuelo, intelectual y luminosa.

Hace unas semanas le llevé un libro de mi autoría y el siempre agradecía con ese efecto mágico que tienen las palabras cuando salen del corazón. Así era. Así será recordado.

¿Cuántos años pasaron? Decenas. Desde aquella voz noctámbula que en LT 28 nos traía magia con la música del “Bab’s Show en la noche” hasta la magia de las películas de “Una imagen de confianza”, auspiciado por Foto Cine Gastaldi, en el viejo y querido (eterno en el alma) Canal 2.

Y un día nos hizo famosos. Se encendió la lucecita roja de la cámara, ese temible artefacto que no perdonaba errores, y nos llevó a los cielos de una popularidad con la que nadie había, siquiera, soñado.

Todo Alcides. Genuinos productos de su conducción. Agradecidos, Maestro. En algún lugar, donde sus creencias lo depositen, habrá tiempo de eternidad para seguir creando y soñando.

No le vamos a dedicar ningún crespón. Habrá dolor en su partida porque lo seguiremos queriendo, pero el mejor homenaje será seguir sus pasos, si podemos, en honrar la imaginación y la conducta.

Hasta que nos volvamos a encontrar.

Fuente: https://diariolaopinion.com.ar/

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