Por Emilio Grande (h.).- Para sorpresa de propios y extraños, el nuevo Papa es argentino, latinoamericano y jesuita, rompiendo así una larga tradición europea en el trono de Pedro. Se trata del cardenal Jorge Bergoglio, quien era arzobispo de Buenos Aires y ex presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos mandatos.
A decir verdad, es una gran alegría para la mayoría de los argentinos en ser el primer Papa y también ha causado muy grata acogida en distintos países del mundo entre los creyentes y personas de buena voluntad.
En sus primeras palabras después de ser nombrado, sencillamente dijo que sus hermanos cardenales “han venido a buscarme al fin del mundo”, como si Argentina estuviera olvidada en el concierto de las naciones.
En un contexto de crisis que atraviesa la Iglesia, especialmente la curia romana por los Vatileaks, los cuestionamientos a las finanzas, la pedofilia, las intrigas de poder, los 114 cardenales –iluminados por el Espíritu Santo- buscaron a una persona donde vive casi la mitad de la población católica y a un comprometido con los más pobres, los enfermos, los marginados de la sociedad.
En este sentido, el nombre de Francisco no es pura casualidad. Se trata de San Francisco de Asís, quien vivió en el 1200 en medio de la sencillez y humildad, rodeado por una Iglesia que se estaba cayendo a pedazos. En uno de los sueños que tuvo el “Poverello” Jesús le pidió que reconstruyera la Iglesia, él pensó que se trataba del templo material en realidad apuntaba a la crisis eclesial que había en Roma.
Ahí parece radicar el énfasis puesto por Bergoglio para su papado. En su primer día como Papa ya dio algunos indicios con los primeros gestos realizados: desechó usar el lujoso coche oficial para trasladarse en un auto común, fue a pagar la cuenta donde se alojaba antes del cónclave y pidió a los religiosos argentinos que en vez ir a su asunción del 19 de marzo promuevan un gesto de caridad a los necesitados.
Son infundadas las acusaciones sobre una supuesta complicidad con la dictadura. Entre los testimonios contrarios están Pérez Esquivel -premio Nobel de la Paz-, Graciela Fernández Meijide, Alicia Oliveira, entre otros.
Cuando era arzobispo de Buenos Aires fue crítico del Gobierno y por este motivo Néstor Kirchner y Cristina Fernández dejaron de asistir a los Tedeum del 25 de Mayo y 9 de Julio. El recordado papa Juan Pablo II fue uno de los instrumentos en la caída del comunismo en Polonia. ¿Será el papa Francisco otro instrumento para terminar con el kirchnerismo?
El papa Francisco impulsa cambios en la cuestionada Iglesia
Se trata del editorial del programa "Sábado 100" por radio Sol Rafaela (FM 90,9) que conduce Emilio Grande (h.). Buscaron a una persona donde vive casi la mitad de la población católica y a un comprometido con los más pobres, los enfermos, los marginados de la sociedad.