Por Emilio Grande (h.).- El presidente Javier Milei participó el 23 de enero de 2025 en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), un evento de importancia a nivel global que contó con la presencia de líderes mundiales y economistas destacados. En su discurso, defendió al liberalismo, la batalla cultural y lanzó duros ataques contra la “ideología woke”.
En el contexto actual, el concepto “woke” se refiere a una conciencia social y política con respecto a las cuestiones de justicia social, igualdad, y discriminación, especialmente hacia grupos históricamente marginados como personas de color, mujeres, LGBTIQ+ y otras “minorías intensas”, como las califica la doctora Lila Luchessi de Buenos Aires.
Volviendo al Presidente, sentenció: “Hasta que no saquemos esta ideología aberrante de nuestra cultura, nuestras instituciones y nuestras leyes, la civilización occidental e incluso la especie humana no logrará retornar la senda del progreso que demanda nuestro espíritu pionero. Es indispensable romper estas cadenas ideológicas si queremos dar un paso a una nueva era dorada”.
Ciertamente, el poder existe en todos los niveles sociales y opera principalmente de dos maneras, imponiéndose como hegemónico o también buscando acuerdos y consensos sociales sobre determinadas políticas públicas, que tiendan al bien común para incluir a la mayor cantidad de actores sociales.
Y Milei fue más allá en sus delirios ideológicos: “el concepto de libertad como protección fundamental del individuo frente a la intervención del tirano, pasamos al concepto de liberación mediante la intervención del Estado. Sobre esta base fue construido el wokismo, un régimen de pensamiento único, sostenido por distintas instituciones cuyo propósito es penalizar el disenso; feminismo, diversidad, inclusión, equidad, inmigración, aborto, ecologismo, ideología de género son cabezas de una misma criatura cuyo fin es justificar el avance del Estado mediante la apropiación y distorsión de causas nobles”.
En la mirada presidencial criticó a los que defienden legítimamente el planeta Tierra, la “casa común”, como la llama el papa Francisco, porque está en peligro con el calentamiento global a través de la emisión de gases de invernadero, especialmente de las grandes potencias mundiales: “El wokismo se manifiesta en el siniestro ecologismo radical y la bandera de cambio climático. Conservar nuestro planeta para las futuras generaciones es cuestión de sentido común, nadie quiere vivir en un basurero. Pero el wokismo se la arregló para pervertir esa idea elemental de preservar el medio ambiente para el disfrute de los seres humanos, pasamos a un ambientalismo fanático donde los seres humanos somos un cáncer que debe ser eliminado y el desarrollo económico poco menos que un crimen contra la naturaleza”.
En el medio de este cuestionado discurso se mostró a favor de la vida desde la concepción natural de la que estamos de acuerdo: “No es casualidad que estos mismos sean los principales promotores de la agenda sanguinaria y asesina del aborto, una agenda diseñada a partir de las premisas malthusianas de que la superpoblación va a destruir a la Tierra y debemos implementar algún mecanismo de control poblacional”.
En la parte final del controvertido discurso, Milei arremetió contra el Estado burocrático, que en parte tiene razón: “Porque es la única forma de cortar de cuajo con este sistema perverso, drenándole los recursos, para devolver al pagador de impuestos lo que es suyo y terminar con la venta de favores. No hay mejor método que eliminar la burocracia estatal para que no exista la posibilidad de vender dichos favores”.
La reacción social no se hizo esperar. Miles de personas se movilizaron el sábado pasado en Buenos Aires (se filtraron dirigentes opositores y gremialistas) y en diversas ciudades del país y del mundo para condenar las declaraciones de Milei al vincular la homosexualidad con la pedofilia y arremetió contra la agenda “woke” y los movimientos feministas. La marcha representó un rechazo al proyecto presidencial que busca eliminar la figura del feminicidio del Código Penal y derogar leyes de paridad de género. Desde el Gobierno aseguran que las declaraciones de Milei fueron malinterpretadas y niegan que haya vinculado a las personas homosexuales con el abuso infantil.