Por María Inés Adorni.- En un mundo frío…arde, arde la esperanza. Mi nombre es María, a lo largo del tiempo, muchas personas me han llamado de distintas maneras, Madre, Virgen santa, Reina de la paz, hoy sin embargo les quiero hablar como una mujer, una madre y una portadora de esperanza.
Hace muchos siglos, en un lugar muy humilde, fui llamada a llevar la luz eterna a un mundo lleno de temor y sufrimiento, no fue un camino fácil, aprendí a confiar en medio de la incertidumbre, a cargar el amor cuando parecía un peso y a mantener la fe, incluso cuando otros no creían.
Estoy aquí para compartir un mensaje, que espero pueda aliviar a aquellos que sienten el peso de las cargas y traer paz a las almas inquietas y renovar la esperanza en quienes buscan algo más grandes que ellos mismos, hablo de un amor inquebrantable, de una esperanza que nunca se apaga y de una fe que nos conecta, sin importar de nuestras diferencias y de los desafíos que hemos enfrentado.
Por eso ave esperanza. Para recordarles que incluso en los momentos más oscuros la luz siempre estará presente, esa luz es el amor y vive en cada uno de nosotros….
Cuando cae las sombras y habla el silencio,
cuando el corazón se siente sin aliento
hasta en la vista el alba vendrá,
una promesa escrita en la eternidad
Ave, ave, la esperanza
Susurra suabe que en el alma llegará
en cada tormenta, en cada tristeza
ave, ave el amor sanará.
Resiste alma, no te rindas,
en valles profundos, en vientos que giran,
la fe te guía, el amor siempre te encuentra
ave la esperanza, siempre alienta.
Caminé por senderos de flores y espinas
en cuevas oscuras, bajo la lluvia y el sol
y en un canto me levanto con las manos abiertas
faro de paz para cada tierra.
Ave, ave, la esperanza es fuerte
y nos ha dado un canto que florece
en noches cansadas y esperas eternas
Ave, ave el amor me envuelve siempre.
Cuando el mundo es frío, cuando el camino es largo, en noches de silencio mi alma guarda para cada corazón que se atreva a creer y amar podrá renacer… Resiste alma, no te rindas, en valles y praderas hay vientos que giran al amor.
La fe te guía, el amor te encuentra, ave la esperanza. Siempre alienta. Aquí estoy, una vos, una llama para encontrar a los perdidos y hallar sus almas. Ave, ave, esperanza y guía siempre todo, se acompaña y se cuida.
Cuando el mundo es frío y me da tristeza,
ave la esperanza, que será la puerta,
y allí está Jesús que te espera.
La fe te guía, el amor te encuentra, ave la esperanza
Siempre alienta.