Por Alicia Riberi.- Transitando esta vida terrenal advertimos sin vendas en los ojos que la sociedad es como que ha perdido la conciencia. Es muy triste porque se destruye a muchas personas.
Cada uno trata de pensar en sí mismo y omite que como país debemos ser una comunidad que comparta intereses, defienda ideales con valores, apoye al que lo necesita. ¿Dónde están la honestidad, la caridad, la responsabilidad, la igualdad, la verdad y el honor…?
Personas son asesinadas todos los días y es como que nos acostumbramos porque no nos toca y cuando nos toca no sabemos qué hacer ni a quién recurrir, apoyamos una semana, un mes y después se olvida y nos vamos anestesiando y nos acostumbramos. ¿Por qué si matan a una mujer es femicidio y si matan a un hombre es asesinato y si matan a un niño…? y es como que tienen menos valor. Todas son vidas.
Según el tiempo, las personas se aferran a ideologías sin pensar en el daño que hacen, están de moda, la siguen y dejan de pensar, de razonar, de analizar, solo corren detrás de un modelo y cuando les toca sufrir a causa de ellas se les llena la cabeza de preguntas sin respuestas.
Tengo 68 años y añoro otros tiempos en donde los valores eran prioritarios. La política cambiaba, pero los valores se sostenían.
A veces calmamos la conciencia dando un billete o ropa a algún indigente, creyendo que con eso debemos estar tranquilos. No, se los debe estimular a cambiar de vida, aunque solo uno tome conciencia habrá valido la pena.
En muchos casos el poder político no muestra interés en hacer las cosas bien, sino en juntar votos, aunque para ello deba resignar la dignidad y el sentido común, y eso es lamentable porque aún hay muchas personas que pensamos con integridad.
El poder judicial no ha tomado conciencia que en sus manos está algo tan importante como es la justicia. Cuando vivíamos en la barbarie, al surgir la justicia empezamos a vivir como una sociedad racional y empezó a reinar la tranquilidad, hoy estamos volviendo a la barbarie, donde los intereses económicos, el poder, la soberbia apagaron la luz de la justicia.
La ideología de género destruyó miles de familias sin piedad, juzgan sin pruebas, tergiversándolas, ocultándolas. Escuchan solo un relato y saben lo que dicen: es mejor poner a un inocente preso que ser escrachado por la sociedad… o la verdad no importa vamos a apoyar el -yo te creo hermana- o la mujer no miente, pero miles de madres, hermanas, esposas, hijas que luchan por la verdad no son escuchadas. ¿La mujer no miente?
Cualquier partido político debe resignar políticas que hieren profundamente a la sociedad y hacer las cosas bien. La sociedad despertó y en las próximas elecciones se van a dar cuenta. La gente ya no puede ser engañada. La gente empezó a pensar y a no dejarse atropellar. La gente no quiere privilegios, no quiere ideologías nefastas, quiere verdad y justicia real.
Dan cursos de género para influir a jurados a operadores judiciales y eso es terrible. Los hombres todos tienen miedo de ser denunciados, pero por qué… porque solo se escucha el relato de una mujer, aunque a abogados y personas poderosas se las juzga de manera distinta al resto de la población.
Luchemos por recuperar la conciencia ya que es la que determina el ser críticos en cada situación y si volvemos todos juntos a una sociedad con conciencia viviremos en paz. Recuperemos la integridad y caminemos hacia un futuro promisorio.
Mucha gente pasará estas fiestas con tristeza, angustia y mucho dolor, pero no olvidemos que hay una justicia omnipotente y omnipresente que es la de Dios. Esa no falla y el que obró bien estará muy tranquilo y el que no tendrá que asumir las consecuencias.
La conciencia es la que nos ayuda a discernir nuestras acciones y muchas felicidades a los que aún la tienen. ¡Felices fiestas! ¡Paz, amor, verdad y justicia para todos!
