Entrevista con el padre Enzo Fortunato, portavoz del Sacro Convento de San Francisco en Asís
ROMA, viernes, 22 julio 2005 (ZENIT.org).- San Francisco hoy recomendaría a toda persona que tome las decisiones de su vida en oración ante la Eucaristía, explica el portavoz del Sacro Convento de San Francisco, en Asís.
El padre Enzo Fortunato, quien es además profesor de la Facultad Pontificia de San Buenaventura de Roma, en esta entrevista concedida a Zenit aclara que el santo conocido por la ecología, la paz y la pobreza, fue también un gran promotor de la presencia real de Jesús en la Eucaristía
«Francisco entendió muy bien que alrededor de la Eucaristía el hombre se hace más hombre y el fraile más fraile, es más, diría que el hombre se hace más hermano. Es decir, la Eucaristía nos ayuda a ser más hombres y más hermanos», afirma el padre franciscano.
-¿Qué era la Eucaristía para san Francisco?
-En la espiritualidad franciscana es muy importante el discernimiento, que san Francisco presenta en relación con la Eucaristía. El discernimiento afecta a las citas más importantes del hombre ante Dios, cuando tiene que tomar decisiones. En los escritos de Francisco, el término discernir aparece relacionado con la Eucaristía, en el testamento, en la carta que dirigió a toda la Orden, y en la carta a todos los fieles.
Francisco presenta la Eucaristía como central para la vida de cada uno, en su relación con Dios, en sus relaciones con los demás hermanos.
Al invitar a discernir ante la Eucaristía, es como si san Francisco nos dijera a cada uno de nosotros: cuando hay momentos significativos de tu vida y tienes que tomar decisiones, detente ante la Eucaristía, y trata de razonar con la fe, pues la fe nos lleva a discernir y a ver en el pedazo de pan y en el vino la presencia de Cristo.
Francisco desea que este razonamiento, impregnado en la fe, se aplique a todas las decisiones.
-¿Qué dicen las «Admoniciones» sobre la Eucaristía?
-Francisco escribió las «Admoniciones», exhortaciones para las diferentes circunstancias de la vida, todas ellas muy breves. La primera, sin embargo, es más larga, y está dedicada casi totalmente a la Eucaristía. El texto dice: «¡Sublime humildad y sublimidad humilde! Que el Señor del Universo Dios y el Hijo de Dios se humille hasta el punto de esconderse por nuestra salvación en un pedazo de pan».
Este pasaje de la admonición nos muestra que Francisco está emotivamente involucrado ante el misterio eucarístico. En este lenguaje percibimos un aspecto relevante de nuestra identidad como frailes menores. El carácter central de la Eucaristía en la acción de discernimiento da un valor a las decisiones de minoridad y de fraternidad que caracterizan a san Francisco y a los franciscanos.
-El escrito más famoso de Francisco es quizá el Cántico de las Criaturas. ¿Cómo está presente en esa composición esta visión eucarística de la vida?
-La Eucaristía es la fuente de esa acción de gracias que Francisco deja estallar en el Cántico de las Criaturas, como elemento de alabanza de la existencia. En el Cántico se percibe toda la bondad de Dios por el hombre. La naturaleza animada e inanimada es un don del Señor y Francisco hace madurar su primera gratitud ante la Eucaristía.