Por María Inés Adorni.- En nuestras vidas, llega un momento cuando nos damos cuenta, que hay una parte de nosotros que despertamos y ha sido retenida y que no nos hemos dado la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos y a nadie más, de lo que podemos ser, hacer, lograr y ha permanecido retenida por absurdos y ridículos miedos sobre nuestra propia capacidad.
Pero llega ese momento en el que tienes que decir: es hora de dejar de ver cómo las cosas pasan y voy hacer que las cosas pasen.
No importa dónde estás, sino dónde vas.
No importa lo que has hecho, sino lo que puedes hacer a partir de ahora.
Y llegará un día, dentro de un tiempo y conocerás una persona, alguien muy especial, una persona que es admirada por muchos, porque saben lo que pasó, saben lo que tuvo que atravesar y cómo se ha superado. Y esa persona tan admirada eres tú.
Por esto si acaso no vives para siempre, a lo mejor tienes que hacer una llamada, recomponer una relación, pedir perdón, decir te quiero, dar un abrazo, por esas personas que no intentan cambiar el mundo, sino que intentan cambiarse a si mismas, porque así son un ejemplo para los demás, “una influencia positiva para el mundo”.
Brindo por la ilusión, la esperanza y por el deseo de que tú seas esa persona.
La libertad y el amor: Gálatas capítulo 5 versículos 13 hasta el final.
“Háganse más bien servidores los unos a los otros, por medio del amor.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Sembrando semillas de fe…