Con colegas foráneos
Además se efectuaron dos entrevistas con periodistas que visitaron Rafaela. La única aclaración que hay que hacer es que no se siguió el cuestionario anterior con los colegas locales, porque aquellas se realizaron previamente a la confección de este último. De todas maneras, se analizaron los puntos principales de esta investigación.
* Entrevista a Carlos Compolongo
En adhesión al Día del Periodista, el 6 de junio de 2003 el doctor Carlos Campolongo, actual director de la licenciatura en Periodismo de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, ofreció una conferencia titulada «Conflictos del periodismo actual», en el local de la UCES Centro.
Campolongo es abogado y licenciado en Psicología, profesor titular en la Universidad Nacional de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, profesor de posgrado en Psicología, legislador de la ciudad de Buenos Aires y asesor en comunicación política. También trabajó en la campaña política de Aníbal Ibarra para la jefatura de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Primeramente, explicó los ejes de la charla. «Hay que abordar la complejidad de las sociedades contemporáneas en su entramado socioeconómico, en las dificultades que hay para tener un eficaz sistema de representación política y que está en crisis en nuestro país y en muchos lugares del mundo. El objetivo sería tener instituciones que tengan confianza en la sociedad, credibilidad y calidad de producción institucional», dijo.
Y agregó: «Además hay que tener en cuenta los desarrollos tecnológicos que hoy inciden en la comunicación. Cuando yo empecé la cátedra en la Universidad de Buenos Aires en 1989, Internet no existía como un productor comercial y hoy tiene un despliegue en todo el mundo muy significado».
En este contexto, luego analizó la cuestión del poder: «La figura más común es el poder entendido como las instituciones gubernamentales, si bien es un concepto de la Ciencia Política muy denso y complejo, quiero señalar que hoy gran cuota del poder concreto no reside tanto en esas instituciones sino en los poderes fácticos: grupos de poder, presión y económicos concentrados, que tienen incidencia en el propio subsistema comunicacional como propietarios».
Y puso como ejemplo lo que ocurrió recientemente, los casos en el New York Times y en La Nación. «Tiene que ver con lo profesional: en las problemáticas de capacitación, en los debates éticos alrededor del periodismo y la necesidad de control de gestión dentro de las propias empresas para ver la dinámica de los profesionales periodistas dentro de la organización empresarial. El planteo de que las empresas periodísticas actúen en relación de independencia total con el resto de los actores sociales y políticos, para visualizar las empresas periodísticas como actores de poder independientemente del sistema y entre ellas, cooperativamente del sistema o con complicidad para ciertas cosas con una connotación negativa. No nos olvidemos que las industrias culturales o del entretenimiento son las que más ganancias están obteniendo».
Entre las dicotomías que tienen que ver con un cambio de culturas, Campolongo señaló «la oposición entre pensamiento e imagen, cuáles son las lógicas del pensamiento y cuál es la forma en que actúa la percepción visual».
-¿Cómo corregir estos puntos y tensiones del periodismo contemporáneo?
-No hay soluciones en lo inmediato. Dar una legislación sobre información muy cauta en un consenso con todos los actores y de frente con la sociedad. En muchos países desarrollados lo tienen pero en la Argentina el concepto de la comunicación es tecnológico, distribución de frecuencias, no hay un concepto social de la comunicación. En la formación, un fuerte trabajo en los aspectos deontológicos del ejercicio profesional, la ética aplicada a la profesión; las empresas actuando con mucha transparencia frente a la sociedad, de que el verdadero derecho a la información reside en el lector, quien debe saber cómo se obtiene una información y finalmente la cultura de la sociedad que nos estamos refiriendo en particular a la educación, un ciudadano con un razonable espíritu crítico, que la lectura y visión del medio o del consumo de las imágenes lo sea a partir de una formación como resultado que el individuo se apropie pero con una mirada crítica. La educación Argentina está en declive ya que los contenidos no están abordando estas problemáticas de la dicotomía entre el pensamiento y la visión; uno podría tener a largo plazo un ciudadano con un pensamiento más crítico, lo que originaría un círculo virtuoso de demandar mejores productos y necesidad de elaborar mejores cosas. Otras cuestiones a analizar es la tendencia a la construcción escandalosa de la noticia y el borramiento de la vida privada construida como noticia exagerada.
-¿Hasta dónde las presiones económicas y políticas restringen la libertad de expresión del periodista?
-Uno podría tentarse de responder por sí o por no. La libertad es una cosa cuasi anárquica que cada uno hace lo quiere, sabemos que todos somos hombres en situación; tenemos presiones en la familia, en el grupo de trabajo. Hay que sacarse del imaginario esa idealización del concepto de libertad como estado puro. La libertad se va construyendo y modificando con el tiempo. Algunas prácticas son consideradas normales y libertarias en un país y no en otro, por ejemplo que un periodista recibe parte de su sueldo de un organismo estatal en México es mirado con normalidad, en Alemania sería observado negativamente. El periódico es un actor político económico y entra en ese interjuego de los conflictos. La representación de distintos intereses condicionan también al propio periódico, pero la empresa puede actuar con más criterio de autonomía o menos criterio, cooperando o no. La opinión política en los medios audiovisuales condiciona la posición de la mayor parte de los periodistas porque los anunciantes en los canales de cable son las empresas privatizadas; usted va a enunciar algún discurso en contra de las privatizaciones, del mal servicio que dan y que no cumplen con los planes de inversión, no porque le sacan el aviso. Otros anunciantes son el sistema financiero privado y los gobiernos nacional, provincial o municipal, luego vienen las premédicas. Esto genera condiciones pero no son absolutas porque depende del periodista y de su ética profesional, esta última se debe trabajar en las carreras de comunicación y periodismo; son situaciones de hipótesis y después en la acción pura el que decide es el propio individuo si lo que está haciendo está bien o mal y hasta donde llega su límite.
-En las universidades se estudia sobre la ética pero después ese profesional de la comunicación trabaja en una empresa periodística que tiene otros criterios éticos donde se generan conflictos.
-Esto sucede con mucha mayor importancia sobre lo que está en juego en el periodista, pero existe también en cualquier otro tipo de empresas. No tratemos de encontrar ningún ámbito de la sociedad que no sea conflictivo, con esto no estoy justificando sino que estoy reconociendo un problema para después trabajar sobre él. De todas maneras se puede mejorar esa situación, por ejemplo, la ley del Periodista (Nº 12.908) prácticamente no se cumple en muchísimas empresas grandes porque cobran en negro y menos (de lo estipulado); tiene una cláusula que muchas veces se intentó eliminar, en la práctica por el sistema de contrato precario se deja de lado, establece una doble indemnización porque se trataba de buscar la institución de lo que se denomina estabilidad impropia en el Derecho Laboral, es decir tiene una estabilidad hasta cierto punto, hay que pagar una indemnización mayor que a la de cualquier otro trabajador y trataba de resguardar la estabilidad. Se pueden buscar instituciones y mediaciones para proteger más al periodista individualmente hablando, que está muy desguarnecido. En mi opinión esto hace que actualmente los productos periodísticos tanto gráficos como audiovisuales puedan ser pensados en función de una mejor calidad, pero si no hay público y una demanda que exige mejores productos nadie va a modificar para mejor si no se ve presionado para mejorar.
-Usted habla de un público que tiene que ser crítico, pero el problema es que cada vez más se va involucionando y el acceso a la educación va disminuyendo. ¿Cuál es el anticuerpo para que la gente vuelva a la formación?
-Ese es el problema que lo llamaría cultural, en la capacidad de pensar. En todo desarrollo formativo volvería a recuperar la Filosofía como campo de reflexión y pensamiento, porque en general es aquella disciplina que ayuda a buscar las síntesis que un pensamiento científico tiende a muchas veces a disolver al hombre porque lo particulariza tanto que pierde la visión general de la obra humana. Todas las prácticas sociales siempre tienen en juego valores e ideologías; es muy importante el pensamiento concreto empírico pero también lo es este otro grado de conceptualización y de síntesis. En una investigación en el CBC (Ciclo Básico Común) de la Universidad Nacional de Buenos Aires se nota como viene el estudiante pésimamente formado del secundario con imposibilidad de pensamiento abstracto, pobreza de conceptos, poca riqueza de vocabulario. Esto nos está indicando que no estamos cerca de un ideal dentro de la moderación de una ciudadano crítico en esos aspectos.
* Entrevista a Rogelio Alaniz
El 16 de abril de abril de 2003 el periodista Rogelio Alaniz de la ciudad de Santa Fe vino a Rafaela para presentar su libro “Aquellos fueron los días”, organizado por el Círculo de la Prensa de Rafaela y la Universidad Nacional del Litoral, en la biblioteca Sarmiento del Centro Empleados de Comercio. Al término del mismo se hizo una entrevista, que a continuación se transcribe.
-En este contexto de Argentina el rol periodismo tuvo sus luces y sus sombras, ¿cómo ve hoy al periodismo si se le compara a 20 años atrás?, ¿en qué avanzó y en qué retrocedió?
-En el marco de una libertad de prensa aceptable como la que existe en Argentina, el periodismo ha mejorado en muchos aspectos: es más profesional, hay un nivel de crecimiento de periodistas que se nota y es evidente; ha tratado de ser en la década menemista con un papel muy importante en el campo de la denuncia de la corrupción en una país donde la Justicia estuvo manejada y controlada por el oficialismo. Simultáneamente, este desarrollo del periodismo contribuyó a la valorización de la información, al profesionalismo, a los golpes de efecto, a trabajar más en función del rating que en función de la verdad. Se ha perdido el periodismo sólido y austero que caracterizaba a los buenos periodistas de opinión; es un periodismo que juega sobre los instintos, los impulsos inmediatos, quedar bien inmediatamente con el lector o el oyente. Por un lado, hay un perfeccionamiento y una mejor profesionalización y, al mismo tiempo, un empobrecimiento intelectual y cultural.
-¿Qué lugar ocupa la ética en la búsqueda de la objetividad?
-No se puede hablar de un solo periodismo, al haber libertad de prensa hay un periodismo basura, sensacionalista, serio, conservador, de izquierda. Lo mismo pasa con los periodistas que no están al margen de lo que pasa en la sociedad y de las ideas dominantes que circulan en la sociedad. El periodismo no es nada extraño ni extravagante a lo que ocurre en la sociedad.
-¿Conoce casos de censuras y amenazas a periodistas?
-Hay y existen desde el caso Cabezas (enero de 1997) a otros casos que ha habido. En términos generales, la libertad de opinión y de prensa están en la Argentina, es una de las pocas cosas que hemos sabido mantener a pesar de la crisis económica y social; hay libertades que siguen siendo principales.
-¿Hay intereses económicos y políticos en determinados medios?
-Siempre hay intereses en los medios, no se puede ignorar o desconocer eso, los medios son grandes empresas que reclaman inversiones altísimas que pueden ser sostenidas disponiendo de recursos económicos altos sino no se pueden sostener; todo esto implica compromiso y manejarse con determinados valores, no conocer esto significa no conocer lo que son los medios. Dentro de ese contexto, hay que ver lo que se puede hacer: un poco más o un poco menos. Algunos periodistas se esfuerzan por hacer un poco más y otros se conforman o hacen menos de lo que incluso se podría hacer, y esto marca la diferencia.
Encuesta
El objetivo de este trabajo de campo fue observar si el fenómeno de las presiones políticas y económicas a los periodistas de Rafaela es percibido en la opinión pública o, por el contrario, es una realidad que se existe solamente en el microclima del periodismo (medios de comunicación social y los propios trabajadores de prensa) y no trasciende públicamente.
La encuesta realizada incluyó un muestro con 100 casos estratificado por sexo, edad, nivel de instrucción y condición social. Se llevó a cabo en siete barrios de la ciudad: 9 de Julio, 30 de Octubre, San Martín, General Mosconi, Ilolay, Villa Dominga y Barranquitas (ver mapa), distribuidos proporcionalmente según cinco clases sociales: alta, media alta, media, media baja y baja. El muestreo incluyó preguntas cerradas en su mayoría y algunas abiertas. También existió la posibilidad de opciones múltiples, es decir, elegir más de una respuesta con lo cual en algún punto se supera al 100%.
Uno de los interrogantes efectuados fue ¿qué postura tiene el periodista de Rafaela frente a la verdad de lo que sucede en la realidad?
Al respecto, la mayoría optó por el ítem “informa” (85%) seguido con menor puntaje “distorsiona” (21%). Se desprende nítidamente que el periodista informa verazmente los hechos de la realidad, pero en algunos el mensaje es distorsionado.
Otra de las consultas fue: ¿el periodista de Rafaela enfrenta distintas limitaciones a la hora de informar? Mayoritariamente fue el sí (75%). Los que optaron por el “no lo cree” lo justificaron con estas respuestas: “dicen lo que se les da la gana”, “son directos”, “se conoce todo, pero con algunos no se quieren meter”, “por la forma en que informan”, “pienso que son sinceros”, “estamos en un país democrático”, “son independientes”, “son gente como uno”, “hay libertad de pensar y no hay ningún compromiso con las autoridades”, entre otras.
En el caso de tener restricciones el periodista, las mayores presiones son de índole política (53%) y económica (32%), y en menor medida le siguen del propio medio de comunicación social y también social.
Por este motivo, la libertad de expresión del periodista se ve restringida a raíz de estas presiones en forma mayoritaria, según los consultados: 78%.
Finalmente, la última consulta de la encuesta fue conocer ¿cuál es la responsabilidad social que tiene el periodismo en esta sociedad?: el 57% dice información y el 44% la verdad. Luego siguen servicio, opinión, justicia y denuncia.
Lectura cualitativa
Si buscamos profundizar la encuesta realizada es el momento de hacer una lectura desde el plano cualitativo para sacar algunas conclusiones.
La mayoría de los encuestados cree que el periodista de Rafaela informa siempre sobre la verdad de lo que sucede en la realidad cotidiana y esto tiene íntima relación con la responsabilidad social que tiene el periodismo donde de seis opciones expuestas las más elegidas fueron justamente información y verdad.
Al mismo tiempo, esta encuesta permite establecer que el periodista de Rafaela tiene limitaciones para brindar información, según un porcentaje muy alto de los consultados (75%).
Se puede leer entre líneas que aparece una cierta contradicción un tanto manifiesta del universo estudiado porque el consultado en general afirma que el periodista informa en forma veraz los hechos que ocurren en la realidad, pero después termina admitiendo que hay limitaciones y presiones en el ejercicio del periodismo.
Justamente, las mayores presiones son de índole política y económica, y estas restringen abiertamente la libertad de expresión del periodista, según la visión del 78% de los entrevistados en este trabajo de campo realizado en siete barrios de la ciudad de distintos niveles sociales y de instrucción, de diferentes edades y sexo (ver gráficos).
En este sentido, este muestro permite confirmar que el “fenómeno de las presiones” es percibido en la opinión pública rafaelina más allá del ámbito periodístico y se pone en sintonía directa con el problema planteado en el proyecto de esta investigación académica: “Las presiones económicas y políticas restringen la libertad de expresión del periodista como actor social en la búsqueda de la verdad”.
Estas limitaciones afectan directamente al ejercicio de la tarea periodística de Rafaela porque los poderes políticos y económicos ejercen una influencia en forma negativa y de tal magnitud que atentan contra la libertad de expresión, condicionando la labor periodística para informar verazmente a la comunidad de los hechos que suceden en la realidad.
Ficha técnica
-Fecha de realización: 12 al 14 de agosto de 2003.
-Método empleado: estratificado por sexo, edad, nivel de instrucción, condición social.
-Cantidad de encuestados: 100 personas de 18 a más de 60 años.
-Sexo: 44% masculino y 56% femenino.
-Barrios consultados: 7 (9 de Julio, 30 de Octubre, San Martín, General Moscón, Ilolay, Villa Dominga, Barranquitas).
-Cantidad de encuestadores: 4.
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