Por Guillermo Briggiler.- Mientras el fin de semana pasado tocaba en River la ochentosa banda Red Hot Chili Peppers, lo que en realidad estaba rojo y picante era la economía argentina, pero apareció el nombre del futuro conductor de nuestra economía, Luis «Toto» Caputo, encargado por el nuevo presidente y las cosas se pusieron Red Hot Chili Toto.
Luis Caputo, ya había sido ministro de Finanzas en el país conducido por Macri, y llega con la misión de desarticular el complejo mecanismo creado entre el Tesoro, el BCRA y las Entidades Financieras, por medio de las letras de liquidez, Leliq, que amenazan con llevarnos a una hiperinflación, si no es trabajado sobre su desactivación con sumo cuidado o a lo que sería probablemente peor, una incautación de depósitos.
Lo que ocurrió es que la emisión obscena llevada adelante por el ministro Massa, con fines netamente populistas, debía retirarse del mercado para evitar índices de inflación aún más altos de los que tenemos, y esos pesos excedentes se fueron guardando debajo de la alfombra hasta que no se pudieron ocultar más.
Como ya se ve el bulto en el tapete, hay que proceder a tomar medidas serias y dejar de jugar a que las obligaciones pueden pagarse con papelitos y que cada necesidad genera un derecho, contradiciendo la definición de economía que manifiesta la existencia de recursos escasos para necesidades múltiples.
Con la llegada del «Toto», que ya acompañó a Milei a Washington y se reunió con el FMI, comienza la recuperación de la economía argentina, el nuevo presidente todavía no asumió, pero las expectativas son excelentes.
¿Por qué decimos esto? Solo miramos los mercados, subieron las acciones, subieron los ADRs, mejoró la cotización de los bonos, se estabilizaron los tipos de cambio y bajó el riesgo país. Mientras que la titular del Fondo Monetario, Kristalina Georgieva, habló con el presidente electo y se manifestó muy interesada en ayudar a la Argentina, dijo que tuvo un encuentro por video llamada muy constructivo y un debate muy serio sobre el futuro de la Argentina.
El plan que se viene, según podemos extraer de las declaraciones de Milei y Caputo, es equilibrar las cuentas del Estado, solo se gasta lo que ingresa, por esta vía se reduce la emisión monetaria, disminuye la obra pública con fondos del Estado y se cierra la Secretaría de Comercio Interior con el propósito de llevar todos los precios a valores de mercado.
Las dos primeras, correctivas y necesarias, traerán recesión y la segunda inflación, pero solo por algunos meses hasta que desaparezcan los desbarajustes en los precios relativos y aparezca la inversión.
Este es el escenario de estanflación del que habla el presidente electo, pero luego vendrán los buenos tiempos. Conjuntamente con esto se la ve a la futura canciller, Diana Mondino, trabajando para restablecer el comercio exterior con muchos países con los que venimos con problemas, producto de la intervención en los tipos de cambios y la deuda que se mantiene con los importadores.
La economía argentina está enferma, la enfermaron dos décadas de populismo y como cualquier enfermo hoy necesita curarse, para luego rehabilitarse y al final gozar de buena salud.
Es un camino que probablemente no sea fácil pero una vez realizadas las correcciones el país volverá a crecer, con ello el empleo y la reducción de la pobreza. Vuelve el incentivo a trabajar y la posibilidad de crecer y desarrollarse sin tener que emigrar al exterior.
Nos vamos cantando alegres, Red Hot Chili Tototototo…
#BuenaSaludFinanciera
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Fuente: https://diariolaopinion.com.ar/