Por Mariano De Vedia.- El llamado del papa Francisco a Javier Milei no solo sorprendió al presidente electo. También tomó por sorpresa al centenar de obispos en la Argentina. Reconfigura, además, el vínculo institucional del Santo Padre con el país –desdibujado en los últimos dos años del gobierno de Alberto Fernández- y refuerza las perspectivas de un posible viaje al país.
Frente al proceso electoral concluido el domingo con el triunfo de Milei, el Episcopado argentino venía manteniendo distancia, más allá de las fuertes críticas al líder libertario. Sectores representativos, como los curas de las villas y barrios populares habían llegado al extremo de pedir no votar por el candidato de La Libertad Avanza por sus reiterados agravios a Francisco, lo que alimentó las tensiones en los últimos meses.
Tras el balotaje, la única expresión de la Iglesia por el triunfo de Milei fue un escueto mensaje del presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, quien en la red social X valoró la jornada democrática y pidió por las autoridades elegidas. “Rezamos al Señor para que ilumine a las nuevas autoridades elegidas y que puedan trabajar por el bien común de nuestro pueblo”, dijo el obispo de San Isidro.
El día de la elección, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, celebró por la mañana una misa en la Catedral metropolitana y en la homilía pidió “no decidir con miedo” en la votación, un mensaje que contrastaba con la estrategia del temor al candidato libertario lanzada con insistencia por el oficialismo de Unión por la Patria frente a la decisiva instancia electoral.
Fueron prácticamente los únicos pronunciamientos de la Iglesia, por lo que algunos, puertas adentro, interpretan que el llamado de Francisco al presidente electo descoloca, de algún modo, a la mayoría de los obispos que guardaron silencio, cuando la gente necesita señales claras de diálogo y entendimientos, ante la profundidad de la crisis política, económica y social.
El gesto del Papa
“Francisco, en su calidad de jefe del Estado del Vaticano se comunicó con el nuevo jefe de Estado de la Argentina. De nuestra parte no hubo gestiones para facilitar el llamado”, respondieron fuentes del arzobispado porteño.
Varios de los obispos se enteraron por los medios del llamado telefónico del Papa, un gesto que impactó en la política argentina y en medios eclesiásticos. La comunicación fue confirmada más tarde por la Oficina de Prensa de la Santa Sede. La iniciativa de Francisco, quien le recomendó al presidente electo manejarse con “coraje y sabiduría”, fue reconocida internamente como “una jugada política de primer orden”, para desactivar cortocircuitos que podrían entorpecer la relación del Vaticano con el país de su jefe supremo, al que Francisco, de 86 años, espera visitar.
En el diálogo, de ocho minutos, el Papa felicitó a Milei y el mandatario electo invitó al líder de la Iglesia a visitar la Argentina, en su doble condición de jefe de Estado y cabeza de la Iglesia Católica, y le garantizó que será recibido “con todos los honores”.
En septiembre pasado, cuando la tensión entre Milei y la Iglesia escalaba por el estilo agresivo que mostraba el fundador de La Libertad Avanza hacia el Papa, los curas de villas y barrios populares celebraron una misa de desagravio y rezaron por el magisterio de Francisco. Cuestionaban expresamente sus propuestas de reducción de la presencia del Estado en los barrios vulnerables, la desvalorización de la justicia social, la libre portación de armas, la venta de órganos y la negación del cambio climático. Como presidente del Episcopado, monseñor Ojea también rechazó los agravios, pero aclaró que la Iglesia “no avala a ningún candidato en particular, porque no es nuestra misión y no nos corresponde”.
En esas semanas de tensión electoral, los curas villeros se reunieron con los candidatos presidenciales Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) y Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País). No lo hicieron con Milei y reclamaron que pidiera disculpas públicas por sus ataques a Francisco. En el último debate presidencial, el domingo anterior al balotaje, el líder libertario dijo que le hizo llegar a Francisco un pedido de perdón a través de un emisario. En algunos medios se atribuyó esa misión al empresario Eduardo Eurnekian.
El diálogo entre el Papa y el presidente electo también deja en un segundo plano la propuesta surgida en La Libertad Avanza para “suspender las relaciones diplomáticas con la Santa Sede mientras permanezca en Roma un autoritario”, como expresó en un acto de campaña el doctor Alberto Benegas Lynch (h.), pero desestimada luego por Milei y por Diana Mondino, quien asumirá como canciller y actuó ahora de enlace en el llamado telefónico.
Según pudo averiguar La Nación, la disposición al diálogo que quedó evidenciada con el llamado desde el Vaticano no implica que la Iglesia abandone la preocupación por determinadas posturas del presidente electo, especialmente en el campo social, consideradas extremas por algunos sectores eclesiásticos. Otras voces no creen que sea conveniente en medio de esta crisis reactivar un nuevo debate por la ley del aborto, impulsado por sectores católicos que militan en La Libertad Avanza, como el diputado nacional electo Alberto “Bertie” Benegas Lynch.
Además, fruto del azar, la incipiente relación entre Francisco y Milei encontró un motivo para relajar tensiones, al confirmarse la suspensión del viaje de Cristina Kirchner a Italia, visita en la que la actual vicepresidenta tenía ya programada una audiencia con Francisco.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/