Celebran el día del trabajador judicial

Los empleados judiciales en movimiento, construyendo “hacia un futuro mejor con más democracia”.

Como cada 16 de noviembre, trabajadores judiciales festejan su día. En memoria de un nuevo aniversario desde la conformación de la primera confederación nacional que los agrupó en todo el país.

El Sindicato de Trabajadores Judiciales de Santa Fe, representa a quienes desempeñan en los distintos organismos que componen el sistema judiciario en el territorio provincial: juzgados y tribunales de los diversos fueros, fiscalías, defensorías. A nivel nacional, se encuentran nucleados en la FESITRAJU (Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores Judiciales).

Desde la institución prodigan, como en similares ocasiones anteriores, “el fraterno saludo a todos, quienes diariamente demuestran con esfuerzo y dedicación el compromiso con un servicio de honda significancia en el contexto de un Estado de derecho. Como asimismo a quienes lo hicieron durante su vida laboral activa”.

Precisamente, en relación con la actualidad del sector pasivo, el Sindicato expresa “su beneplácito por la reciente iniciativa del Gobierno nacional consagrada por ley, que elimina la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias. Es el corolario feliz a una lucha de años que hemos sintetizado en el aserto que el salario jamás puede ser ganancia. Esperemos que pueda mantenerse como política de Estado. Nuestros jubilados han recibido con mucha alegría el primer impacto en sus haberes, por vez primera en el corriente mes”.

El devenir institucional requiere activamente en varias direcciones. Tanto el propio Sindicato como la Mutual de Integrantes del Poder Judicial brindan una muy amplia gama de servicios y beneficios, tales como subsidios, salud, farmacia, turismo y convenios especiales con comercios e instituciones educativas, entre muchos otros. Pero la prioridad es marcada por la labor estrictamente gremial.

“La defensa del sistema jubilatorio y el régimen salarial, el velar por el respeto a la carrera judicial, por las condiciones dignas de labor que como siempre decimos redunda en un mejor servicio a los ciudadanos, son las pautas que rigen nuestra labor”, ratifican. En base a ello “se mantienen permanentes gestiones tanto con la Corte Suprema de Justicia, como con el Ministerio Público de la Acusación y el Servicio Provincial de la Defensa Penal, habiéndonos reunido recientemente con las nuevas autoridades del sistema punitivo”, señalan.

Tal como se reclama desde hace un tiempo a esta parte, el Sindicato insiste en la necesidad que el Máximo Tribunal ponga en marcha los Comités Mixtos de Salud y Seguridad en el trabajo (ley 12.913). Para ello -como también se informó oportunamente-, el gremio puso a disposición los resultados de un estudio científico elaborado por especialistas de la Universidad Nacional de Rosario, y basado en una encuesta que se llevó a cabo en todas las dependencias judiciales santafesinas. También se exige la conformación de un espacio para atender la violencia laboral (12.434). “Esperamos que las autoridades del Poder Judicial cumplan con la legalidad”, se subraya.

Delicada coyuntura

“Como representantes de uno de los sectores del movimiento obrero organizado, y además vinculados con el funcionamiento de uno de los poderes-pilares fundamentales del sistema democrático, no podemos permanecer indiferentes”, apuntan desde Judiciales.

La referencia no es otra que el escenario electoral de balotaje, de inminente definición.  De acuerdo entiende la dirigencia gremial “otorga chances de regreso a la práctica de recetas económicas de probado fracaso en el mundo entero. Particularmente trajeron mucho dolor a los argentinos y a las argentinas, principalmente trabajadores, en un pasado no tan lejano”. “Asistimos perplejos al reciclado de ideas que creíamos superadas por siempre. Constituyen además de por si amenazas serias a la convivencia social pacífica. Cuadro agravado por otras manifestaciones y propuestas de contenido abiertamente inconstitucional y, por ende, antidemocrático. Lideradas por una persona que se muestra agresiva y violenta con frecuencia, despertando serias sospechas de no contar con un mínimo de salud psico-emocional que requiere la responsabilidad de conducir un país”.

“Son tiempos complejos. Harto dificultosos. Los que trabajamos cotidianamente en la gestión de conflictos, estamos lejos de desconocerlos. Pero, parafraseando a su santidad el papa Francisco, de las crisis no se salen con cantos de sirena, mesiánicos. El camino no es el ajuste brutal y a ciegas. No pasa por la supresión de las más elementales garantías establecidas por la Constitución Nacional. Por no respetar los derechos humanos.  Por no cuidar al aparato productivo nacional. No es sin nuestras Pymes. No es entregando nuestros recursos estratégicos. No es con menos educación, empleo, salud, investigaciones, desarrollos. No es desprotegiendo a nuestros clubes de barrio. No es dañando al medioambiente. La noble libertad no puede ser bastardeada para esconder el real propósito de licuar los pocos controles que apenas tienen el poder económico concentrado, corporaciones, multinacionales. La libertad debe tener en cuenta a las desigualdades. E ir de la mano de la solidaridad y del bien común para ponerse en movimiento. Es necesario poner un freno al individualismo extremo.  Crecer en una ética del buen vivir, cordial, teniendo al otro con un fin en sí mismo y jamás como un medio.  Es imperativa una salida de unidad nacional, con puntos básicos de acuerdos. En esos nobles objetivos nos encontraremos aportando, construyendo hacia un futuro mejor con más democracia”.

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