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Vendían hamburguesas «Ana Frank» y papas «Adolf» en Rafaela

En una repudiable y banal referencia al holocausto, una hamburguesería del Paseo Hiper Libertad comercializaba sus productos con nombres de Mao, Benito y Gengis. Los responsables del local pidieron disculpas y se comprometieron a cambiar los nombres de sus productos.

Con el objetivo de promocionar sus productos, “Honky Donky”, una hamburguesería de Rafaela utilizó el nombre de Ana Frank para una hamburguesa y el de Adolf -en referencia a Hitler- para unas papas fritas, por lo que fue criticada por referentes de la comunidad judía de la Argentina.

La hamburguesería ubicada en el Paseo Hiper Libertad ofrecía hasta este lunes en su carta la hambuguesa “Ana Frank”, que constaba de 100 gramos de un blend de carne vacuna, lechuga, tomate, pepinillos y mayonesa, por un precio de 3.500 pesos. Asimismo, las papas fritas “Adolf” -con queso cheddar, bacon y cebolla de verdeo- también eran parte del menú.

Ante la mala repercusión que tuvo la iniciativa, los dueños del local aseguraron que iban a cambiar su menú, por lo que “Ana Frank” pasó a llamarse “Ana Bolena”, en referencia a la reina consorte de Inglaterra que estuvo casada con Enrique VIII.

Cabe recordar que fue una niña alemana de ascendencia judía que saltó a la fama gracias al “Diario de Ana Frank”, la edición de sus anotaciones íntimas en las que dejó constancia de los casi dos años y medio que vivió oculta de los nazis en la ciudad de Ámsterdam -hoy capital de Países Bajos-, con su familia y cuatro personas más, durante la Segunda Guerra Mundial. Al ser descubiertos en su escondite, Ana y su familia fueron capturados y llevados a distintos campos de concentración nazis. Ella murió con tan sólo 15 años en el centro Bergen-Belsen tras haber contraído tifus.

Estos nombres no fueron los únicos que causaron polémica, sino que “Honky Donky” entre sus opciones de acompañamientos a las papas fritas las nombró: “Gengis” (por Gengis Kan, conquistador del imperio mongol que se caracterizaba por su ferocidad y falta de piedad con el enemigo); “Benito” (por Benito Mussolini, dictador de Italia durante el auge del nazismo y una de las caras del fascismo junto a Hitler); y las “Mao” (en homenaje a Mao Tse Tung, líder de la Revolución Comunista en China).

La Comunidad Judía de Rafaela emitió un comunicado en el que repudia los nombres elegidos por la mencionada hamburguesería para identificar a algunos de sus productos.

“Ante el hecho de público conocimiento en el cual un local de comidas rápidas de nuestra ciudad, utiliza banalmente los nombres de Ana Frank y Adolf para identificación de sus productos, la Comunidad Judía de Rafaela expresa su más sentido repudio e indignación, comunicando que se tomaran las acciones legales correspondientes al hecho en cuestión”, dijeron en la publicación de Facebook, además de agradecer el apoyo recibido.

Ariel Rosenthal, integrante de la comisión directiva de la Comunidad Judía de Rafaela, contó que se enteraron de esta polémica campaña de marketing en el mes de marzo pero, al hablar con los dueños del local, ellos mismos se comprometieron en retirar los cuestionados nombres. “No entendemos la demora en hacerlo pero entiendo que en este momento se está modificando y va a haber un pedido de disculpas”, adelantó.

“Lamentamos profundamente este hecho y esperamos que se reflexione sobre el tema. Y que se retiren los nombres de Ana Frank, Adolf y Benito de los productos de éste local, y que no vuelva a ocurrir”, concluyó.

Desde la hamburguesería emitieron un comunicado de disculpas a través de Instagram y se comprometieron a cambiar los nombres de sus productos, con el objetivo de honrar a personas que “trabajaron incansablemente por la creación de conciencia de un mundo mejor”.

Desde Espacios Educativos

Al respecto, el coordinador de Espacios Educativos, Leonardo Simoniello, expresó: «Más allá del repudio que necesariamente debe tener una actitud así, estoy convencido que hay mucho desconocimiento a la hora de dimensionar el daño que le infringen a la historia y a las víctimas del genocidio nazi».
«La utilización comercial, marketinera del nombre de Ana Frank de esta forma, banaliza el Holocausto y agrede la memoria de millones de personas víctimas de este hecho de la historia».
Ana Frank fue una niña perseguida, discriminada y asesinada por el nazismo como otros cientos de miles de niños por la sola condición de ser judíos, o Testigos de Jehová, o afrodescendientes. Y hubo una maquinaria que así lo pensó y lo ejecutó. El uso de personas de esta historia y con estos fines, para denominar productos para la venta, es naturalizar el horror para un objetivo personal y comercial.
“Nosotros somos Espacios Educativos, sostenemos la pedagogía de la memoria y encontramos en la vida de Ana una forma de acercarnos a los jóvenes de hoy que también sienten la existencia de cosas que les duelen, que los discriminan o que muchas veces sienten situaciones de acoso. Es por ello que nos importa y mucho, porque además este comercio seguramente trabaje con este sector. Buen mensaje sería el inmediato cambio de los nombres, como así también que acepten nuestra invitación a conocer nuestra casa y así poder charlar sobre la vida de Ana Frank y de cómo se construyó el nazismo, que provocó el asesinato de millones de personas”, finalizó Simoniello.

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