Este sábado 22 de julio a las 16:00 horas será celebrada la fiesta de santa María Magdalena en la capilla del Hospital con una misa presidida por el sacerdote Alejandro Sola, según informó el grupo “Amigos de la capilla santa María Magdalena”. No se suspenden las celebraciones en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús.
María Magdalena era originaria de Magdala, un pueblo a orillas del lago de Galilea. Ella formó parte del primer grupo de hombres y mujeres que siguieron a Jesús; lo acompañó durante su ministerio público y llegó con él hasta Jerusalén. Fue testigo privilegiada de los acontecimientos de la pasión, la muerte y la resurrección; estuvo al pie de la cruz y fue la primera apóstol a quien Jesús le encargó el anuncio de la resurrección.
El papa Francisco la ha declarado santa en 2016 y estipuló el 22 de julio como fecha de su celebración.
Historia de la capilla
Conviene recordar que luego de estar 14 años cerrada, el 11 de mayo de 2019 fue realizado el acto de reinauguración de la capilla del Hospital de Rafaela al que asistieron más de 300 personas entre autoridades y vecinos, organizado por los “Amigos de la capilla santa María Magdalena”.
Haciendo un poco de historia, esta capilla fue inaugurada el 24 de octubre de 1926, dedicada a santa María Magdalena, en un terreno provincial, que fuera donada por Magdalena Grotter de Lorenzi. La piedra fundamental había sido colocada el 15 de octubre de 1925.
Por qué fue construida y que propósitos perseguía Magdalena Grotter de Lorenzi al donarla. En primer término, fue la siembra de la simiente de la espiritualidad en un barrio que recién nacía. A ello se sumó su profundo amor al prójimo desvalido, su desinterés por los bienes materiales que puso al servicio de las obras de bien que llevó a cabo siguiendo los principios del evangelio y a la convicción que todos somos hermanos y que servir, es el gran propósito de los cristianos.
Y así edificó el templo que es un exponente de la historia de Rafaela. Su propósito fue dotar al Hospital del lugar donde se pudiera encontrar consuelo al dolor, donde orar por las necesidades físicas y espirituales de los internados y de sus familias, mitigando de esta forma angustias y dolores.
Transcribimos sus palabras en una entrevista periodística en 1962, reflejando los objetivos: “He sentido la inclinación de ayudar al inválido, al desvalido, al enfermo y al necesitado dándoles no solo ayuda material sino también el necesario apoyo moral y la fuerza espiritual que se requiere para restaurar las heridas infligidas por la miseria y el desamparo, a las esperanzas puestas en un futuro mejor.”
Eligió a María Magdalena para honrar a una discípula de Jesús de Nazaret y por considerarla el claro ejemplo de la misericordia del Señor. María Magdalena había nacido en Magdala, una localidad de Israel situada en la costa occidental del lago de Tiberíades, vecina a la aldea de Cafarnaúm.
Sus restos se encuentran enterrados en la Basílica Saint Maximin-la Sainte Baumé (Francia). Doce siglos después de su muerte fueron encontrados por el Príncipe de Salerno, posteriormente coronado como el rey Carlos II de Nápoles.
Cuenta la tradición medieval que María Magdalena llegó por barco al sur de Francia en compañía de María Salomé y María de José junto a Marta, su hermano Lázaro y otros cristianos de la primera hora como san Maximino. Ellos iniciaron la primera evangelización de la Provenza. San Maximino se convirtió en el primer obispo del lugar y María Magdalena se retiró de la predicación después de muchos años para entregarse a la oración y la penitencia en una gruta llamada “La Sainte Baume”. María Magdalena al intuir su muerte bajó de la montaña a la ciudad donde se ha venerado por siglos su tumba y la basílica llegó a ser en la Edad Media el tercer lugar de peregrinación en Occidente después de Roma y de Santiago de Compostela.
En la capilla santa María Magdalena del Hospital Samco Dr. Jaime Ferré se encuentra una reliquia de la santa que el padre Florian Racine, párroco de la Basílica Saint Maximin-la Sainte Baumé, obsequió a la Fundación San Juan para que fuera traída a Rafaela.
Esta tarea estuvo a cargo de Juan Manuel Sara, activo integrante del grupo “Amigos de la Capilla”, quien reside en Alemania, y también consiguió una piedra de la gruta a la que la santa se retiró para dedicarse a la penitencia y a la oración.