Marta Zóbboli, más que docente

Una vida enfocada hacia la educación, donde un gesto puede significar advertencia, pero un liderazgo intelectual guía y forma.

Por Alcides Castagno.- Un rumor en el aula y la súbita necesidad de ubicarse en el lugar asignado señalaba un avistamiento en el largo pasillo de la Escuela Nacional de Comercio, «La Comercial». Alguien había dado la señal: «viene Marta». Quien era designada de esa manera era la profesora Marta Zóbboli, que ejercía la Dirección por prestigio, decisión y convicción. La menor de cuatro hermanas, hijas del ex intendente Octavio Zóbboli, nació junto al año 1933, un primero de enero; con algunos signos de rebeldía ante sus hermanas mayores. Creció a la sombra del delicado afecto de una madre y de la firmeza comprensiva de Don Octavio. Una inclinación que ya se había manifestado en el Secundario, la llevó a Paraná, al Instituto Nacional del Profesorado Secundario, donde se graduó en 1956 como Profesora de Enseñanza Secundaria de Castellano y Literatura. Al año siguiente ingresó como profesora de Literatura en la Escuela Nacional de Comercio de Rafaela, acaso sin sospechar que sería «su casa», en la que dejaría una impronta de liderazgo.

El teatro

El teatro le hizo sentir su llamado; junto a Ariel Abdala, Alba Stoffel, Mario Williner, Lermo Balbi, Mangacha Poggi, Teresita Volta, Néstor Castagno, Oscar Baliela, Henry Milessi, Beatriz Zobboli y otros que fueron sumándose a la idea, formaron el Teatro Independiente «Ricardo Rojas». Marta confirmó allí lo que había pensado en sus últimos años como estudiante: usar al Teatro como herramienta de formación cultural. La pizpireta de «El Viajero Sin Equipaje», «La muchacha de Nuestro Pueblo!, «La Edna de Rey en el Exilio!, entre otras actuaciones, fueron subrayando ese camino que había elegido como herramienta de expresión. Entretanto, en 1960 creó en la Escuela el Círculo de Extensión Cultural y Teatro Experimental, convencida de que el arte permite abrir la mente del alumno hacia perspectivas más amplias; este concepto se confirmó mediante la conexión de la educacional con otras expresiones artísticas y literarias de la ciudad.

Su escuela

La designación de Marta Zóbboli como directora interina de la Escuela Nacional de Comercio se produjo en octubre de 1965; en ese rango continuó durante siete años hasta el 9 de mayo de 1972, cuando fue confirmada su titularidad en el cargo. Su frontalidad para expresar directivas, correcciones y puntos de vista le significó no pocas confrontaciones con sus colaboradores y subalternos, pero siempre supo volver al diálogo como medio de conducción en un medio educativo plural y que crecía en número y prestigio. A propósito del crecimiento numérico, una de las primeras gestiones como Directora fue lograr la ampliación edilicia, para dar cabida a una demanda creciente. En 1969 aplicó con sus alumnos una innovación que le daría mayor prestigio a la escuela y una mayor amplitud didáctica: la creación del Banco Escolar, con la participación de los docentes en Contabilidad. Por el mismo, los alumnos cumplían las funciones bancarias, otorgamiento de préstamos a compañeros y docentes, registración, administración de la cantina y diversas tareas propias de la actividad. Esto significó un hallazgo didáctico de amplia repercusión en el medio educativo nacional. Otra de las actividades paralelas a las áulicas fue la Bolsa de Trabajo, por la cual se proponía a las empresas de la ciudad los nombres de los alumnos interesados en una salida laboral al final de sus estudios. Se le atribuye además la iniciativa para la creación de la Asociación Esudiantil. Esta organización interna significó el desarrollo de la participación de los jóvenes en las prácticas democráticas, en principio dentro de la Escuela y, por extensión, el involucramiento en la vida política y social de la comunidad externa.

Proyección comunitaria

Una de las gestiones más trascendentes de Marta Zóbboli en materia de proyección educativa fue la concreción, en 1974, del turno noche en la Escuela de Comercio. De este modo, se le daba respuesta a una demanda creciente de la población cuya edad o limitaciones laborales le impedían cursar en los horarios diurnos normales. La respuesta obtenida de la comunidad fue el premio a una iniciativa que sumó conocimientos y base laboral para muchos jóvenes y no tan jóvenes. Otro de los acontecimientos en el plano educacional que tuvo Rafaela fue la creación del Instituto Superior del Profesorado. Por gestión de Virgilio Cordero, apoyado por docentes e integrantes de la Asociación Cooperadora, el 14 de abril de 1964 se logró la concreción del primer Instituto de Enseñanza Superior de la ciudad. Si observamos la nómina del grupo fundacional encontramos a Cordero como Director y al cuerpo docente integrado por Marta Zobboli, Marta Valentini, Beatriz Zóbboli, Ariel Abdala, Amelia Denner, Mabel Fussinato, Ana María Golpe, Beatriz Gudiño, Rodolfo Mercante, Hesperia Merlo y Angélica Minelli.La jubilación, producida el 31 de diciembre de 1991, no significó pasividad para Marta Zobboli. Junto a su colega y amiga Mirtha Coutaz, encararon trabajos analíticos editados sobre obras de Lermo Balbi y Mario Vecchioli, que se constituyeron en material de consulta para estudiantes y docentes. En el plano espiritual, Marta se inclinó en los últimos años a la devoción de la Virgen de Schoenstatt, cuya imagen, erigida por un grupo que ella misma integró y lideró, luce en un sector del Bosquecito Besaccia. En resumen, una vida enfocada hacia la educación, donde un gesto puede significar advertencia, pero un liderazgo intelectual guía y forma.

Fuente: https://diariocastellanos.com.ar/

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