Dirigentes de la Comisión Directiva del CCIRR expresaron su malestar respecto a los frustrados intentos para concretar la pavimentación del camino 6, entre la traza actual de la ruta nacional 34 y la futura variante Rafaela. Al respecto, los referentes industriales manifestaron que, más allá de las gestiones que se lideraron desde el CCIRR, la volatilidad de precios en el marco de la coyuntura macroeconómica que padecemos y diversos inconvenientes técnicos y administrativos que dificultaron un avance más prolijo tras la rúbrica del primer convenio entre la Dirección Nacional de Vialidad, el Gobierno provincial y la Municipalidad de Rafaela (en enero de 2021), han provocado que fracasen las licitaciones correspondientes, sin perspectivas de que suceda algo diferente en el corto plazo.
En este marco, no son pocos los socios que han trasladado su preocupación, teniendo en cuenta que los frentistas involucrados han apoyado -tras negociaciones avaladas por la entidad- una contribución por mejoras para avanzar con obras complementarias (cesión de terrenos, corrimiento de alambrados perimetrales y reubicación de postes de la Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe) que, por el momento, carecen de sentido, en la medida que no se logre concretar la obra central, que es la pavimentación del camino en cuestión.
En el mismo sentido, los dirigentes indicaron que la frustración en torno al camino 6 se suma a la incertidumbre por las demoras del Ejecutivo municipal para abrir el debate legislativo en relación al ordenamiento urbano del sector noroeste en general.
En efecto, la entidad ha planteado en diversas oportunidades la necesidad de profundizar el diálogo público-privado con el objetivo de consolidar un proyecto integral que viabilice el sector noroeste, de forma tal de garantizar la disponibilidad de suelo apto para el desarrollo industrial, logístico y comercial que se proyecta en dicha área. No obstante, si bien ya hace un año que se presentó el estudio de factibilidad hídrica para su desarrollo urbano, aún no se ha avanzado con el análisis legislativo de la ordenanza que regulará el uso del suelo en ese ámbito.
En particular, desde el sector empresario se reclamó mayor voluntad para generar los consensos básicos que hacen falta entre el Ejecutivo local y el Concejo para priorizar este tema, que involucra el desarrollo de gran parte de la ciudad, ya que alcanza al sector comprendido entre la variante, la ruta provincial 70 y el camino 21, hasta la intersección de la variante con la actual traza de ruta nacional 34.
Tal como fuera informado en su momento, el Concejo sancionó, durante la pandemia, una ordenanza que prohíbe realizar subdivisiones o construir a cada lado de la traza de la variante, en un radio de 200 metros, por lo que dicha área no puede desarrollarse hasta tanto no se tomen decisiones respecto a qué tipo de proyectos podrán llevarse a cabo.
En estrecha relación con lo anterior, también preocupa la falta de recursos para concretar la canalización del bajo Compagnucci, una obra clave para proyectar el desarrollo integral del sector noroeste. En la misma línea, existe una sensación de pesadumbre en referencia al desafío mayúsculo que implica proyectar, en estas condiciones, el mejoramiento integral del canal Oeste, una obra estratégica para garantizar la factibilidad hídrica de esa zona.
Cada debate de visión estratégica de los últimos años tuvo en consideración la necesidad de generar suelo empresario, como palanca de inversiones de empresas vigentes o a radicarse en Rafaela, en zonas contiguas a donde actualmente se desarrollan las áreas industriales y de actividad económica (PIR y PAER), para que cuenten con los mismos servicios logrados con tanto esfuerzo en estos años, y con la sinergia de los agrupamientos comunes.