Consecuencias ecológicas y políticas del Katrina

Se transcribe el editorial del programa "Sábado 100" que se emite en radio Horizonte (FM 99,5)

El paso incesante del huracán Katrina en el sur de Estados Unidos con epicentro en la ciudad de Nueva Orleáns dejó al descubierto un escenario desolador con consecuencias impredecibles.
Por un lado, cuando el hombre se cree «dueño y señor de la vida», que le la espalda a Dios, en cuestión de segundos muestra sus límites y debilidades como ocurrió en estos días.
A decir vedad, la inundación ocurrida en la ciudad de Santa Fe hace un par de años atrás donde la tercera parte de la población quedó bajo agua quedó minimizada con el devastador huracán que azotó a toda una ciudad americana y sus alrededores, a tal punto que tuvo que ser evacuada en su totalidad, construida por debajo del nivel del mar y con una población de 1.400.000 habitantes.
Los testimonios de la gente son por demás de elocuentes y afectó como siempre a los sectores más débiles desde el plano socioeconómico, ya que sus casas quedaron baja el agua, con pérdidas incalculables: estiman en 150 mil millones de dólares (dos veces la deuda en default de la Argentina).
Si se busca las causales de este desastre y se escarba un poco más, hay que decir que este tipo de fenómenos climáticos se están repitiendo en distintos lugares del mundo por el calentamiento del planeta y no disminuyen las temperaturas mínimas, según los expertos.
En este contexto, recientemente se firmó el protocolo de Kyoto en el que se establecen metas para los próximos años en temas ambientales, pero Estados Unidos se negó a firmarlo, recordando que sus industrias son las principales emisoras de sustancias tóxicas.
Los cambios que se están produciendo en el clima en todo el mundo el responsable principal es el hombre con la deforestación de montes y las emisiones que se producen con la quema de petróleo, gas y carbón, que están produciendo el descongelamiento de los polos y el aumento de las lluvias en la pampa húmeda argentina.
En esta análisis reflexivo, hay que decir que se mencionó con insistencia que los especialistas le habían advertido al presidente Geoge Bush de la llegada de este huracán que hasta el momento produjo más de 10.000 muertes, pero la soberbia del mandamás de la Casa Blanca hizo oídos sordos.
Pero el país que parecía ser el gendarme del mundo no puede resolver solo sus propios problemas que ciertamente son numerosos y pidió ayuda externa. Por este motivo, la comunidad internacional, especialmente la comunidad europea salió a contrarrestar con ayudas económicas.
¿No será el momento del diálogo entre los países ricos y pobres en temas importante como es la defensa del medio ambiente? ¿Será más sensible Bush en sus futuras decisiones políticas a tomar?

Emilio Grande (h.)

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